Aunque en la actualidad los modelos de Mercedes-AMG equipan incluso propulsores de cuatro cilindros electrificados, es imposible olvidar la época en la que un V12 era protagonista de muchos de sus modelos. Por ejemplo, del Mercedes-Benz SL65 AMG, construido sobre la generación del cupé alemán denominada internamente R230 y que inició su vida comercial en el año 2001. En el año 2008, este modelo vivió una actualización estética, que afectó especialmente a la forma de sus faros delanteros. Sobre la variante AMG de esta segunda fase, se construyó el Mercedes-Benz SL65 AMG Black Series, aún más agresivo en su planteamiento que el anterior, y del que RM Sotheby’s subastará una unidad próximamente.
En el momento de su lanzamiento, que tuvo lugar en la Semana del Automóvil de Monterrey de 2008, el Mercedes-Benz SL65 AMG Black Series se convirtió en el modelo de producción más potente jamás fabricado con el apellido AMG. Para ello, tomaba la ya de por sí muy prestacional base que constituía el Mercedes-Benz SL65 AMG del momento, a la que se aplicaba un tratamiento de aligeramiento y algunos cambios técnicos.
Así, esta versión Black Series renunciaba a la posibilidad de circular a cielo abierto, puesto que su techo, de CFRP —plástico reforzado con fibra de carbono—, pasaba a ser fijo. De este mismo material pasaban a ser prácticamente todos los paneles de su carrocería, en realidad, salvo las puertas y los retrovisores exteriores, que procedían directamente de la variante convencional. Las nuevas piezas permitían que sus vías se ensancharan hasta 85 milímetros en el eje trasero, por 97 mm en el anterior. Un alerón móvil, también de CFRP, se situó sobre su muy corto tercer volumen. El ahorro de peso quedaba cifrado en 250 kg, por lo que la masa total de este Mercedes-Benz SL65 AMG Black Series se queda en 1.870 kg.
El apellido Black Series implicaba una reducción de 250 kg de su peso total, además de un incremento de su potencia cifrado en 58 CV
Por lo que se refiere a su mecánica, se mantuvo la misma arquitectura de 12 cilindros en uve y 5.980 cc de capacidad, sobrealimentado mediante doble turbocompresor, que se ofrecía en el modelo de base. No obstante, se incrementaba su rendimiento, toda vez que se había incrementado el tamaño tanto de sus turbocompresores como de su intercooler, además de contar con una gestión electrónica diferente. Son 670 CV los que se extraen de este propulsor en este modelo, con 1.000 Nm de par, disponibles entre las 2.200 y las 4.200 revoluciones por minuto. Suponen 58 CV más de potencia e idéntica cifra de par que el Mercedes-Benz SL65 AMG coetáneo de esta versión.
Su caja de cambios automática, una AMG Speedshift Plus, es de cinco velocidades y cuenta, por supuesto, con levas en el volante. Permite seleccionar diferentes modos de funcionamiento desde el habitáculo, que posibilitan cambios de marcha hasta un 25 % más rápidos. En la posición de mayor rendimiento, el Mercedes-Benz SL65 AMG Black Series es capaz de alcanzar los 100 km/h desde parado en 3,9 segundos, y los 200 km/h en solo 11 segundos. La velocidad punta está limitada electrónicamente a 320 km/h.
En el habitáculo vuelve a estar presente ese material ligero, denominado CFRP, que ocupa los paneles interiores de las puertas y también algunas zonas de su salpicadero. Los materiales textiles empleados son Alcantara y napa, y suponen el bordado final para la exclusividad propia de un modelo del que solo se fabricaron 350 unidades. Este ejemplar del Mercedes-Benz SL65 AMG Black Series, fabricado en 2009 y con solo 835 millas recorridas —unos 1.350 km— será subastado en Londres en los próximos días. El precio estimado para su adjudicación oscila entre 320.000 y 380.000 euros.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS