Tenemos que reducir las emisiones, y no solo por la contaminación, por el cambio climático y todas esas cosas, simplemente, hay que reducir la contaminación, porque si podemos hacer lo mismo sin dañar a nadie ni a nada más, debería ser la opción a elegir. Es tan fácil como eso, pero tampoco es menos cierto que, quizá, las cosas deberían seguir un curso más natural en lugar de obligarnos por la fuerza. Pero ya se sabe, donde hay patrón, no manda marinero y en Europa se han propuesto un cambio radical, sin importar las consecuencias.
Y ese cambio lo vamos a ver seriamente a partir de ahora, ya que serán pocas las marcas que no empiecen a ofrecer una opción eléctrica en todos sus modelos, o al menos, como poco, en los más importantes. No obstante, hay otras marcas que parecen no tenerle miedo a nada, como Alfa Romeo, que según anunciaron hace tiempo, solo tendrá vehículos eléctricos a partir de 2027 –veremos si los combustibles sintéticos cambian los planes de algunos– o como Volkswagen, que según parece, tomará acciones bastante importantes. Decisiones como convertir al Volkswagen Golf en un coche eléctrico, sin opción a motores de combustión, a partir de su próxima generación.
El Volkswagen Golf es un modelo icónico, lo sabemos todos –o casi todos– y es casi la misma imagen de la propia Volkswagen. Ha sido la referencia durante décadas y solo a día de hoy, con una competencia más difícil que nunca, ha flojeado un poco. También influye que Volkswagen haya tenido que apoquinar multas multimillonarias, un “pequeño” detalle que les ha obligado a tener que llevar a cabo algún que otro ahorro de costes y por su puesto, a realizar una reinvención total en busca de limpiar su imagen y demostrar que son tan respetuosos con el medio ambiente como cualquier otro fabricante. La actual generación, la octava, todavía tiene vida comercial por delante y no tardaremos mucho en ver como se somete a un profundo restyling que le permita ser competitivo hasta 2028, momento en el que dejará su lugar en el mercado a un Volkswagen Golf totalmente eléctrico.
La novena generación del compacto alemán será el momento clave, la transformación total de un coche que ha marcado el camino a muchos e incluso ha sido el culpable de la aparición de otros que nada tienen que ver con segmento C, como el Nissan Qashqai –los japoneses recondujeron el proyecto de su modelo compacto, porque la inversión para competir con el Golf era demasiado elevada y el resultado fue el Qashqai–. Cuando se ponga en circulación el Volkswagen Golf IX, además, será el primer modelo de la firma alemana en tomar como base la plataforma SSP, que según afirman desde Volkswagen, supondrá un cambio radical en términos de rendimiento y usabilidad con respecto a la actual MEB.
Entre los detalles que podemos descartar de la nueva plataforma SSP, que integrará tecnología de 800 voltios, y permitirá cargas muy por encima, según se dice, de la potencia actual que alcanzan los eléctricos actuales de Volkswagen –175 kW–. Esto significa que se podrá cargar del 10 al 80% en, aproximadamente, 12 minutos. También podría contar con conducción autónoma de nivel 4, es decir, que el coche podrá moverse sin ningún tipo de intervención de una persona, siempre y cuando, obviamente, las leyes permitan algo así.
La plataforma SSP estaba prevista para 2026, pero diferentes retrasos en el desarrollo –los mismos que han obligado a Audi a firmar un acuerdo con SAIC para emplear sus plataformas en el mercado chino– han obligado a postergar su puesta en circulación. Además, en Volkswagen quieren apostar por precios contenidos, que será la única forma de popularizar los vehículos eléctricos, y por ello, se espera que los precios del próximo Golf estén más cerca del modelo actual que del Volkswagen ID.3.
El encarado de dar forma al próximo Volkswagen Golf, a una de las generaciones más importantes, será el recién nombrado diseñador jefe de la marca: Andreas Mindt, quien fue responsable del Volkswagen ID 2all, un prototipo que ya adelanta algunos rasgos de diseño de la próxima generación de modelos de la firma alemana.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS