Si bien Porsche puede ser mejor conocido por el sonido de sus icónicos motores planos de seis cilindros, una gran parte de las máquinas más buscadas de la marca en realidad tienen cuatro pistones bajo su capó. El Porsche 904 demuestra que cuatro cilindros son suficientes, y estos breves clips subidos por Robbert Alblas a YouTube dejan claro que el deportivo de 182 CV se mueve con gran soltura y por qué los coches de cuatro cilindros tienen seguidores acérrimos.
El Porsche 904 se produjo entre 1964 y 1965 y llegó como reemplazo del 718 con motor central. El 904 marcó la primera vez que Porsche utilizó un diseño de chasis de largueros, rematado con una carrocería de fibra de vidrio diseñada por el propio Ferdinand Alexander Porsche. Para que el coche pudiera competir en el Grupo 3, como pretendía Porsche, el fabricante de automóviles debía fabricar al menos 100 coches de calle. Porsche solo construyó un puñado más de 904 de los que estipulaban las reglas, incluidos varios prototipos de seis y ocho cilindros.
Dicho esto, la gran mayoría de los 904 venían equipados con el motor de cuatro cilindros y 2 litros Tipo 587/3, con cuatro levas por cilindro y cámaras de combustión hemisféricas. La potencia alcanzó un máximo de 182 CV, pero eso fue más que suficiente para un automóvil con un peso en vacío inferior a 680 kg. El 904 fue un éxito instantáneo en la pista y se llevó a casa la victoria general en la edición de 1964 de la Targa Florio, así como un primer y segundo puesto en su clase en las 24 Horas de Le Mans de ese año.
Este ejemplar en particular fue entregado al piloto de carreras español Juan Fernández en 1964. La pareja tendría una carrera bastante exitosa en los deportes de motor, y Fernández se llevó a casa las primeras cinco victorias en carreras para el 904. Este 904 suena como uno de carreras, con un profundo zumbido de cuatro cilindros que envuelve el habitáculo. Ese tipo de ruido en un deportivo ligero con motor central es algo que Porsche sigue persiguiendo hasta el día de hoy con su Cayman.
Pero lo más importante de todo es precisamente en lo que la mayoría de gente no repara, el peso. Está claro que a día de hoy 680 kg es una cifra difícil de conseguir, los coches han sido inundados de tecnología que en ocasiones no son del todo necesaria, ¿acaso necesitamos en todo tipo de vehículos una tablet adherida al salpicadero? Yo tengo claro que no. Claro está, que esa tecnología nos ha conseguido hacer ir más rápido, más seguros y consumiendo menos, pero en modelos deportivos creo que nos hemos pasado de frenada.
El éxito de muchos deportivos a día de hoy se presumen con tiempos por vuelta en Nürburgring, los coches de competición en muchos casos están tan lejos de la calle que si algún fabricante se molesta en sacar algo similar para la calle lo celebramos. Si concedemos un cilindro a cambio de obtener uno de los últimos deportivos venerados por profesionales y aficionados, veremos que los 1.355 kg del GR Yaris no son el camino a seguir para alcanzar las sensaciones del Porsche, aunque está claro que será infinitamente más rápido.
Su homólogo de los noventa presumía de una suspensión peculiar, el Celica GT-Four del que ya os hablé era lo más cercano a un Grupo A, y el Yaris se parece remotamente al WRC. Tenemos que irnos a algo mucho más extremo, lo más parecido que he encontrado se despoja de todo lo superfluo y busca lo esencial, sensaciones. Hablo del Caterham 420, que con 635 kg y 213 CV puede presumir de superar al Porsche en cifras, 60 años después.
Francisco Javier Rodriguez
En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.COMENTARIOS