El BMW Serie 1 es una muestra de lo que ha cambiado la compañía alemana y de como adapta sus productos a las necesidades y demandas de mercado, incluso si es necesario tirar por tierras sus tradiciones. Muchos tildarán esa forma de actuar de traición a sus raíces e incluso de cosas peores, pero en el fondo, como suele ocurrir, tiene motivos más que sobrados para dar semejante paso. Hay que recordar, como siempre hacemos, que BMW es una empresa y como tal, su único objetivo es hacer dinero con los productos que vende, así de sencillo.
La última generación del compacto de Múnich recibió una transformación enorme, era un coche totalmente distinto que solo mantenía la misma denominación. Apareció en 2019 y ahora, después de cuatro años en el mercado, le toca pasar por una ligera revisión para ponerlo al día. Hablamos del típico restyling de mitad de vida comercial, y, por lo tanto, no habrá grandes cambios. ¿Qué sabemos al respecto? Pues por el momento, poca cosa, pero vamos a intentar analizar un poco lo que podría tener BMW en el honro.
Ya se han visto algunas unidades de desarrollo en vías públicas, así que no deberíamos tardar mucho en ver el modelo definitivo oficialmente. No hay fechas concretas, pero se dice que BMW lo presentará a finales de este mismo 2023, con el objetivo de iniciar las ventas en 2024 –la producción comenzaría en julio de 2024–. Parecen fechas bastante lógicas, las unidades de desarrollo que se han visto, han periodo camuflaje paulatinamente y eso solo significa que se acercan al producto final y que, también, se acercan a su lanzamiento al mercado.
Car and Driver, por ejemplo, ha publicado imágenes de unidades de desarrollo en Nürburgring, algo que asegura un buen comportamiento en carretera de montaña, aunque como bien saben los más expertos, un buen hacer en el Infierno Verde no significa un buen hacer en carretera abierta. Para ello, nada mejor que rodar, precisamente, en carretera abierta y en Autofácil podemos ver imágenes de otra unidad en el tráfico normal de cada día. El BMW Serie 1 perdió gran parte de su tacto deportivo, al menos eso dicen los que han podido probar esta generación –nosotros, por el momento, no contamos con el beneplácito de la marca– y quizá se recupere algo con este restyling.
No deberíamos esperar gran cosa, ya que BMW dejó clara su postura al respecto cuando transformó al Serie 1 en un tracción delantera: la versión más vendida era el 116 y la mayoría de los usuarios no sabían, ni tenían interés en saber, que ruedas movían al coche. Básicamente, se convirtió en el coche de quienes querían un BMW y nos le importaba nada más que tener un BMW. Eso es bueno para las ventas, pero no es bueno para la imagen del modelo e incluso podría afectar a la propia marca. Ahí tenemos a Mercedes y los motores compartidos con Renault –solo la parte mecánica, todos los periféricos, hasta la bomba del agua, son de Mercedes–.
De todas formas, aunque hablamos de un restyling, cabe la posibilidad de que no sea el caso. Según parece, alguien “perdió” un documento donde aparecen diferentes datos de las unidades de desarrollo y uno de ellos es el código interno del modelo. El actual Serie 1 es F40, pero en los documentos aparece el código “F70”, lo que podría significar un cambio notable y un el lanzamiento de un coche con suficientes novedades como para considerarlo una nueva generación.
La plataforma actual del BMW Serie 1 se comparte con el Serie 2 Gran Coupé, así como con el MINI Countryman, el BMW X1, X2 y BMW Serie 2 Active –el monovolumen–. En principio, el próximo Serie 1 debería emplear la misma plataforma, aunque quizá cuente con importantes cambios para recuperar ese tacto que se espera de todo coche salido de las instalaciones de la Bayerische Motoren Werke.
Hablar de diseño en coches tan camuflados carece de sentido, pero sí podemos destacar que las unidades vistas, no son de la misma versión, una de ellas, la captada en Nürburgring, podría ser el BMW M135i, mientras que la vista en carretera, según la documentación “perdida”, es un BMW 116i.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS