Prueba: Suzuki Swift 1.2L Mild Hybrid

Prueba: Suzuki Swift 1.2L Mild Hybrid

Una de las opciones más interesantes si buscas un coche económico y ágil


Tiempo de lectura: 11 min.

Sin llamar la atención, sin destacar en nada y sin grandes alardes, el pequeño Suzuki Swift ha superado generación tras generación, con versiones como aquel Swift GTi de los años 90 o el más reciente Swift Sport, hasta llegar a nuestros días cuando una simple pegatina en el parabrisas importa más que cualquier otra cosa. Pero tampoco es problema para el pequeño japonés, porque estrenó en su última renovación, un motor semi híbrido que le permite, al menos en España, lucir la etiqueta ECO y por tanto, ser una opción de lo más interesante. Y además, los precios de este utilitario son bastante contenidos, según estándares actuales, claro. Roza los 18.000 euros en su versión más asequible, lo mismo que costaba un compacto hace 20 años y no, no ofrece lo mismo que un compacto de hace 20 años.

No vamos a comparar el Suzuki Swift Hybrid con un compacto con dos décadas, aunque podría ser una buena comparativa para comprobar si la evolución de los precios concuerda con la evolución de los coches. Ahora vamos a analizar al modelo japonés, que después de una semana como coche único en casa, creo que actualmente está muy poco valorado. Es pequeño, sí, pero es muy ágil, es versátil y gasta poco, al tiempo que ofrece una conducción muy agradable en el día a día. Debería haber más Swift por las calles, es evidente que Suzuki falla en algún punto y por eso no se comercializan más unidades. Quizá sea tema de publicidad, o la falta de concesionarios –hay muchas menos tiendas Suzuki que SEAT, por ejemplo–. Y eso que en motos, Suzuki tiene una imagen mucho más fuerte…

De entre los utilitarios que se comercializan actualmente, el Swift es el menos visto en las carreteras y es el menos conocido. Es más fácil ver Mazda 2, que tampoco es un coche que se prodigue mucho, que Suzuki Swift. Si como nosotros, te dejas ver en ciertas carreteras y en determinadas zonas, es posible que te encuentres con más de un Swift, pero son todos versiones Sport y muchos de ellos no están de serie. Es un detalla curioso, porque está claro que entre los aficionados, el modelo tiene una buena imagen, al menos en su versión más deportiva, pero entre el gran público es casi un desconocido. Y es una lástima porque se están perdiendo una opción de compra, con etiqueta ECO, la mar de interesante.

Económico, sencillo de conducir y muy ágil en ciudad. Y además, con etiqueta ECO

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A ver, no es el mejor coche de su categoría, ni tampoco es el más apasionante de conducir, el Suzuki Swift tampoco destaca por sistema multimedia o por calidades –que no son malas ni mucho menos–, pero si es un coche que, por una cantidad de dinero coherente, ofrece una herramienta que a muchos usuarios les hará un servicio realmente bueno. ¡Y con la dichosa etiqueta ECO!

Como en muchos coches de su categoría, falla la postura al volante

Hay cosas que a mí, personalmente, no me gustan y me cuesta aceptar en un coche, básicamente porque afectan directamente a la conducción, como la postura al volante. Como te sientas para conducir el coche influye en todo lo que haces y en todo lo que sientes al conducir y en el caso del Swift no está lograda. El volante tiene poca regulación, tanto en altura como en profundidad, lo que obliga, al menos en mi caso, a llevar las pierdas muy dobladas para poder tener el volante a una distancia correcta. Además, el volante está ligeramente inclinado, la parte superior del aro está más lejos que la inferior y también resulta un poco incómodo.

Estos detalles ya los he visto en otros modelos similares y no acabo de entender el motivo. Condiciona toda la experiencia con el coche, aunque también hay que tener en cuenta que no todo el mundo le presta atención a estas cosas y quizá no sea un problema para ellas. No obstante, para mí lo es y, por tanto, no puedo pasarlo por alto, sobre todo cuando el resto del coche resulta tan correcto como es el caso. En general, la calidad del coche es buena para su precio y para sus aspiraciones, no desmerece en nada y creo que para el coste que tiene, no se puede reprochar gran cosa. Hay mucho plástico duro por todos los lados, pero el diseño es agradable y el tacto también, mientras que no hay ruidos ni crujidos durante la conducción. Aparecen ruidos cuando pasar por zonas muy rotas y demasiado deprisa, pero eso ocurre en casi todos los coches con un precio por debajo de los 30.000 euros.

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Tiene un rodar muy ligero que resulta muy agradable en carretera

Los asientos cumplen, no son deportivos, pero si son cómodos, aunque, y esto es un apunte personal, prefiero la regulación del respaldo mediante rueda. Soy incapaz de encontrar la posición del respaldo a la primera y casi siempre estoy corrigiendo hasta que, por fin, un día, parece que encontré una posición aceptable. Miguel, nuestro “stuntman” para las fotos –menos en esta ocasión, curiosamente–, por el contrario, está encantado con la regulación por tirador porque resulta muy rápida. Como se dice siempre, para gustos, los colores. Si me gustó, por otro lado, el tacto general de los mandos, sobre todo del cambio, que resultó muy mecánico. El selector no es lo mejor del mundo, al igual que los recorridos, pero se manejaba bien y no había holguras ni era especialmente blando como en otros coches –el nuevo Opel Astra, por ejemplo–.

Un poco más de motor y sería mucho mejor

Aunque pueda parecer que no estoy nada contenido con el coche y que le estoy dando algo de caña, la verdad es bien diferente. Hay que tener en cuenta que se trata del análisis de un producto concreto y que los responsables de ese análisis tenemos que contarlo todo, aunque sea malo o mejor dicho, sin olvidarnos de las cosas malas. Las buenas, al final, todo el mundo acaba por conocerlas porque los propietarios y los usuarios las pregonan a los cuatro vientos, pero las malas no las dice todo el mundo, a no ser que entres en un foro, donde sea el producto que sea, recibe estopa a diestro y siniestro. También es cierto que en los foros te puedes encontrar a gente que sabe realmente muchísimo; apasionados, obsesionados y frikis se juntan en foros y ahora, también, en redes sociales, juntando sus conocimientos y permitiendo que mucha gente –incluso nosotros– tengan una fuente de información inagotable.

Volviendo al comienzo de lo que estaba diciendo –me dejo llevar y me pierdo…–, la verdad es bien distinta, el coche me gusta bastante, incluso con las pegas de la posición de conducción, siendo algo bastante incómodo desde mi punto de vista. Y me gusta porque como conjunto es muy recomendable para quien busque un coche de batalla, fiable y fácil de conducir y muy ágil, tanto en ciudad como en carretera abierta. Se nota ligero, muy ligero en todo momento, y las sensaciones son las de conducir un coche de hace unos años, no un coche moderno, totalmente aislado del exterior y con la información que llega desde el asiento, desde los pedales y desde el volante muy filtradas. El Swift no va tan aislado, es lago más comunicativo y eso me gusta, al igual que la agilidad con la que se mueve. De hecho, se siente tan ligero y ágil, que en más de una ocasión confié demasiado y el eje delantero se vio sobrepasado.

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La posición de conducción no es la mejor, pero no empaña el buen resultado del conjunto

El motor, o más bien el grupo motor microhibrido, resulta muy cumplidor, muy voluntarioso en todo momento. Se trata de un cuatro cilindros de 1,2 litros, asistido por un pequeñísimo motor eléctrico que actúa en fases de aceleración y poco más –en momentos de alta demanda– acoplado a un cambio manual de cinco relaciones, que rinde 61 kW –83 CV– y 107 Nm de par. No es un motor que ofrezca un rendimiento espectacular, ni por prestaciones ni por consumos, pero gracias al poco peso del coche, resulta de lo más adecuado. Responde bien a pocas revoluciones, estira lo suficiente en la zona alta del tacómetro para solventar algunas situaciones donde resulta más interesante estrujar el motor que cambiar de marcha y corre lo suficiente para cubrir cualquier necesidad. Quizá, al menos desde mi punto de vista, no estaría mal contar con algo de más de potencia, no mucho, 10 o 15 CV más, sería un conjunto mucho más redondo, pero en general, es una combinación suficiente para cualquier usuario. Incluso para una familia con un niño de 10 años y tres perros.

Un gran coche “para todo”

Obviamente, no puedes esperar velocidades elevadas y una respuesta fulgurante, pero tampoco es un coche lento de reacciones y el cambio manual te permite escoger la macha que más te interese a ti y no al cerebro electrónico del coche. La ficha técnica indica que completa la aceleración desde parado en 13 segundos, una cifra que no es precisamente sorprendente, pero los 180 km/h de velocidad máxima. Y los coge, aunque le cuesta un poco y lo mejor de todo es que las sensaciones son buenas, no parece que vayas a salir volante, aunque sí se nota claramente que el coche no se encuentra muy cómodo a esas velocidades.

En carretera de montaña le puedes exigir todo lo que quieras, sus reacciones son de “coche escuela”, es decir, predecibles, accesibles para cualquier conductor y todo sucede sin brusquedades. Las suspensiones no son adecuadas para atacar curvas con el cuchillo entre los dientes y los frenos no tienen ni la potencia ni el mordiente suficiente para una conducción deportiva, así que tampoco se encuentra muy cómodo circulando “a saco”. Poder puede, pero no le gusta. La posición al volante tampoco es la adecuada para circular rápido y los asientos no sujetan mucho en curva. Mejor ir más tranquilo.

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La mecánica, curiosamente, suena bastante bien cuando se le sube de régimen y admiten bastante bien esa forma de tratarlo, aunque te castiga con unos consumos elevados. La marca homologa 4,7 litros en ciclo mixto, pero yo no pude bajarlo de 5,7 litros y fue con una conducción económica, en circulación normal, sin tener en cuenta consumos y yendo “a tu aire”, los consumos rondan entre los seis y siete litros. Vamos, que con el peso del conjunto y el tamaño general, podrían ser más bajos.

Bien de precio

A nadie se le escapa que los coches modernos han disparado sus precios, cuesta muchísimo encontrar opciones de precios aquilatados y no están las cosas para tener que lidiar con cuotas mensuales muy elevadas. Por eso, el Suzuki Swift destaca entre todos sus rivales por el precio, que no llega ni siquiera a los 18.000 euros. Los precios arrancan en 17.290 euros sin extras, una tarifa de lo más interesante viendo como está el segmento, pero hay que tener en cuenta que el Swift es un utilitario pequeño, más pequeño que opciones similares, el más cercano por tamaño es el Toyota Yaris, que tiene un grupo motor hibridación convencional que gasta realmente menos y es más potente, aunque en cuanto a velocidad punta es más lento y casi 4.000 euros más caro.

Datos técnicos

FICHA TÉCNICASuzuki Swift
MODELO1.2L Mild Hybrid
MOTORDelantero transversal Cuatro cilindros en línea y 16 válvulas.Inyección directa de gasolina, atmosférico. 1.197 cc de desplazamiento. Con Stop&Start. Compresión 13:1
RENDIMIENTOPotencia máxima61 kW –83 CV– a 6.000 RPM
Par máximo107 Nm a 2.800 RPM
TRANSMISIÓNCaja de cambios manual de cinco relaciones. Tracción delantera.
DIMENSIONES Y PESOSLargo por ancho por alto3.845 x 1.735 x 1.495 mm
Batalla2.450 mm
Peso865-911 kg en orden de marcha
DATOS PRESTACIONALESAceleración de 0 a 100 km/h13,1 segundos
Velocidad punta180 km/h
CONSUMOSConsumo medio homologado (NEDC)4,7 l/100 km
Consumo medio durante la prueba5,7 /100 km
PRECIO UNIDAD PROBADA19.660 € (sin extras) + pintura metalizada (370 €)

Galería de fotos

Suzuki Swift 1.2L Mild Hybrid

19660 €
Suzuki Swift 1.2L Mild Hybrid
6.7

Comportamiento en carretera

7.0/10

Comportamiento en ciudad

7.5/10

Confort

7.0/10

Consumo

7.0/10

Habitabilidad

7.0/10

Infoentretenimiento

7.0/10

Prestaciones

6.5/10

Relación valor/precio

7.0/10

Seguridad

8.0/10

espíritu RACER

3.0/10

A favor

  • Agilidad
  • Sencillez
  • Facilidad de conducción

En contra

  • Posición al volante
  • Sistema multimedia
  • Algunos plásticos del habitáculo
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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

Ángel Arias

La historia del automóvil está llena de grandes emprendedores, de ideas arriesgadas, curiosas casualidades, irreconciliables enemistades y muchos fracasos. Es un mundo intenso y fascinante del que muchos hemos quedado cautivados. Cualquier vehículo con un motor me parece interesante, ya sean motocicletas, automóviles, camiones, aviones o barcos; es estupendo sentir la brisa del viento en la cara sobre uno de ellos. Si estáis aquí es porque compartimos afición.

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