Jaguar se encuentra en estos momentos en una situación delicada. Hace tiempo que no ha realizado un lanzamiento importante, tan solo actualizaciones de sus actuales productos y no cuenta con un gran peso en el mercado. Es, claramente, una firma minoritaria que se ha centrado en el desarrollo de tecnología eléctrica. Es decir, lo apuesta todo por la electricidad, mientras deja atrás una pasión que antaño tuvo. El último modelo, que contó con algunos guiños a la historia en competición de la marca, pisó el asfalto en 2017, aunque abandonó el mercado muy poco después, al no superar la normativa WLTP que entró en vigor.
En julio de 2017 se presentó el Jaguar XJR575, la versión más potente y rápida del sedán británico. Un coche que entraba a competir con rivales como el Mercedes-AMG S63 o el BMW M760Li –lo más parecido a un M7 que ha habido nunca–, donde automóviles, ambos alemanes, que eran lo máximo en lujo y prestaciones. Pero Jaguar no se la jugó sin hacer sus cálculos, porque el XJR575 rodó en Nürburgring durante su desarrollo, con el objetivo de conseguir la mejor puesta a punto. La firma británica, bajo el amparo de TATA Motors, tiene una base de operaciones en el conocido circuito alemán desde hace tiempo, aunque esto no les garantiza las ventas, como se ha podido comprobar.
Bajo el capó escondía una bloque V8 con unas prestaciones respetables, aunque no era un motor nuevo. Jaguar lanzó el que fue considerado, durante un tiempo, como el V8 más salvaje del mercado europeo, uno de los mejores motores de su categoría, con 5.0 litros y sobrealimentado por compresor. Para la ocasión, como la denominación del modelo indica, rinde 575 CV y un par de 700 Nm, que se gestionaban mediante un cambio automático ZF con convertidor de par y ocho relaciones, que según la marca, permitía completar el 0 a 100 km/h en 4,4 segundos y alcanzar los 300 km/h.
Como suele ocurrir, al ser la versión más prestacional de la gama, contaba con una imagen específica. No solo hay que ser, también hay que parecer y por eso, los diseñadores de Jaguar trabajaron en un kit que no era especialmente notable ni agresivo, pero si transformó ligeramente la clásica imagen del Jaguar XJ sin perder la elegancia que se espera de todo modelo de la firma. Así, el paragolpes delantero era específico, con mayores entradas de aire y con un diseño que ayudaba al eje delantero a quedarse pegado al suelo a alta velocidad. Atrás había un pequeño spoiler que buscaba el mismo objetivo, pero sobre las ruedas traseras y las llantas, por ejemplo, alcanzaban las 20 pulgadas.
Sin embargo, un año después, más o menos a finales de 2018, saltó la noticia: el Jaguar XJR575 dejaba el mercado porque su motor, el V8 5.0 sobrealimentado con 575 CV, no superaba la normativa WLTP de emisiones. La aparición del ciclo WLTP supuso la retirada del mercado de una gran cantidad de modelos, muchos de ellos de altas prestaciones y aunque muchos fabricantes prometieron volver a poner dichos modelos en producción –como Jaguar–, la gran mayoría nunca regresó.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS