El pasado día 24 de febrero fuimos testigos de algo que nadie querría tener que vivir, Rusia invadía Ucrania y daba comienzo a una guerra exponiendo los argumentos más variopintos. Una guerra que ha horrorizado a medio mundo y ha provocado una oleada de sanciones a Rusia que, de seguir así, acabará aislada del mundo occidental. Sanciones que se han visto acompañadas de la salida de infinidad de empresas del país y de la paralización de la producción de todo tipo de productos.
La producción de automóviles, una de las más importantes para Rusia, se ha visto fuertemente afectada, pues muchas marcas extranjeras han detenido sus actividades, tanto industriales como comerciales. Los últimos en anunciar la paralización de la producción de vehículos en Rusia han sido Stellantis, que cuenta con una fábrica en territorio ruso, en Kaluga, cuya actividad queda suspendida.
Desde la marca han alegado cuestiones relacionadas con las sanciones y con las dificultades para el aprovisionamiento de piezas. En la nota de prensa también afirman que Stellantis condena la violencia y apoya todas las sanciones capaces de restablecer la paz. El grupo empresarial tampoco lleva a cabo ninguna operación de exportación o importación con Rusia.
La planta que Stellantis tiene en Kaluga, son unas instalaciones compartidas con Mitsubishi (participación del 70-30% respectivamente), de las que salen los Peugeot Expert, Citroën Jumpy y Opel Vivaro, todos ellos vehículos comerciales. Emplea a 2.700 empleados y el año pasado produjo un total de 11.000 unidades. Un papel marginal para un grupo empresarial capaz de fabricar, anualmente, 6,5 millones de unidades.
No obstante, ese cese de actividad es temporal, aunque no se ha publicado más información al respecto y se desconoce cuándo se volvería a recuperar la actividad, siempre que el gobierno ruso no expropie las instalaciones, como se ha dejado caer en alguna ocasión por parte de los máximos responsables del país.
Esta acción no se puede considerar como una decisión llamativa o sorprendente. Stellantis es solo una empresa más que se marcha de Rusia por lo que está ocurriendo en Ucrania, sea por motivos económicos, políticos o de conciencia.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS