El actual Ford GT llegó al mercado hace ya unos años, allá por 2017. Llegaba para seguir la senda de superdeportivos con el sello de óvalo, tras el regreso del Ford GT40 en una reedición que no pudo tener el número 40 en su denominación. No obstante, aunque comparten denominación, uno y otro se parecen en que tienen cuatro ruedas, volante y pedales, por poner algunos ejemplos.
Cuando se dio a conocer la actual versión del Ford GT, prometía ser el modelo más espectacular y avanzado de la firma yankee, con un motor EcoBoost de más de 600 CV, una carrocería con una aerodinámica espectacularmente perfilada y hasta un proceso de compra que buscaba evitar la especulación, potenciando además el uso del coche para lo que había sido diseñado: disfrutar al volante y si era en pista cerrada mejor.
El caso es que al final, el coche se convirtió en un objeto de especulación, como cabía esperar (y como ocurre con este tipo de automóviles), pero también se ha convertido en un ejemplo de las capacidades de Ford, además de ser todo un icono moderno. Quizá por eso se han decidido a crear una edición especial para homenajear al Ford GT40 original, o mejor dicho, al único prototipo de desarrollo que se conserva.
No es la primera vez que Ford lanza una edición especial del GT, se trata de algo bastante común en este tipo de modelo, con el objetivo de crear interés y encontrar compradores para toda la producción. No son coches fáciles de vender y aunque pueda parecer mentira, pierden interés bastante rápido entre los potenciales compradores. Las versiones especiales le hacen ganar valor y con esta, es la quinta serie “Heritage Edition” consecutiva, que Ford crea sobre su superdeportivo.
Al ser un homenaje al prototipo del Ford GT40 de 1964 (presentado en el Salón del Automóvil de Nueva York de 1964), se ha tomado ese coche como fuente de inspiración. Concretamente, se inspira en el Ford GT40 con chasis GT/105, uno de los prototipos de desarrollo que además, también se usó para dar a conocer el modelo antes de sus logros en competición.
Como edición especial que es, básicamente, todos los cambios que recibe se centra en su decoración. Así, adopta la librea del “viejo” Ford GT40 de los 60, luciendo una carrocería pintada en blanco “roto” (o blanco hueso, como más rabia te de) que la marca llama “Wimbledon White”, en contraste con el techo, el capó y parte de la zona trasera pintados en un tono azul muy oscuro denominado “Antimatter Blue”. Destacar las llantas de 20 pulgadas fabricadas con fibra de carbono y diferentes elementos fabricados con el mismo material.
La fibra de carbono también se deja ver en algunas zonas del habitáculo, combinada con una tapicería de Alcántara azul con costuras en un tono plateado. También hay piel y Alcántara negra.
El propulsor, el V6 3.5 biturbo EcoBoost, se mantiene intacto y sigue ofreciendo sus 656 CV. al igual que su complejo sistema de aerodinámica activa. No se sabe cuántas unidades se harán de esta edición limitada, pero no serán muchas, pues el Ford GT tiene una producción limitada a 1.350 unidades.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS