Three, two, one… ¿Quién dijo que los eléctricos son aburridos? En ese caso, “piénsalo de nuevo”, sugiere Top Gear. Al chillido incisivo típico de los velocistas a batería lo puedes escuchar en la Fórmula E o bien en esta tradicional prueba del medio británico. De tiempos de vuelta trata este artículo, pero sobre todo de sensaciones y adrenalina. Sí, de los coches para la calle, el Rimac Nevera puede seguir presumiendo de ser el eléctrico más rápido del mundo, pero…
No le quitemos mérito al McMurtry Spéirling Pure por más que se trate de una bestia limitada a su uso en pista. Muy probablemente sea el eléctrico más rápido del mundo. Lo que es seguro es que es más rápido que el Nevera, que establece el 0 a 100 km/h en 1,82 segundos, y que, por ejemplo, el RB21 de Red Bull, que en condiciones inmejorables puede hacerlo en 1,6, pero que lo acostumbra apenas por encima de los dos segundos. Pero no hace falta comparar con papeles en mano el desempeño de ataque del Pure con el de un Fórmula 1.
Es un hypercar, pero no uno cualquiera. Es un monoplaza, pero no un F1. No hace falta recurrir a un misterio que por estas horas ya no tiene sentido. Insisto, esta entrega se trata de sensaciones. El título es el siguiente: El McMurtry Spéirling Pure –The Stig ha vuelto a las andadas, ha vuelto a hacer locuras–, que en 1,5 segundos es capaz de firmar el 0 a 100, realizó la vuelta en el circuito de Top Gear en 55,9 segundos y se convirtió en el más rápido de este histórico ranking, que con esto se actualizó después de 21 años.

El McMurtry Spéirling Pure: No parece haber un humano en el eléctrico más rápido
Es que desde el 2004 fue el Renault R24 el poseedor del récord, con un tiempo de 59 segundos. Más rápido que un F1 de hoy y de ayer. La diferencia de más de tres segundos es notable. The Stig podría haber atravesado la línea de llegada desacelerando e igualmente iba a romper la marca. Con sus 999 CV, está en el promedio de potencia que un hipercoche, pero insisto, no es un hipercoche cualquiera. No puede compararse con un Aston Martin Valkyrie o un AMG One, y no hablo de tiempos de aceleración.
El McMurtry Spéirling Pure es otra cosa, en apariencia y andar. Ya sea al verlo reposando o en acción, no parece un hypercar real, sino un coche a control remoto. Les comparto el vídeo de Top Gear porque hay tomas a las que quiero que le presten atención. ¡La violencia y rapidez con que se saca de encima las curvas son propias de un vehículo a escala preparado para competir en su mundo de miniatura! Ni hablar un pasaje en el que una cámara lo persigue de perfil cuando pasa por los aviones, demostrando contrastes. No, no puede ir un humano ahí dentro, no es posible. Parece un completo montaje.
Three, two, one, go… Sí, hay un humano allí, un humano enmascarado. The Stig acelera y toca las 162 millas por hora –260 km/h– justo antes de frenar para tomar la primera curva. Del minuto 5:24 al 6:20 del vídeo, es un onboard que no tiene desperdicio. El récord está consumado, incluso antes de establecerlo, porque, como les dije, el Pure llegó sobrado y la curva final casi que la tomó de compromiso.
Mauro Blanco
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