Agosto, mes de uno de los salones más esperados cada año. La Monterey Car Week está en la selección de los grandes reductos. Una serie de jornadas que acaba con el Concurso de la Elegancia, pero con atracciones varias en el durante. Para los clásicos, pocas rutas están a la altura del Tour de la Elegancia, con los kilómetros –sus millas, perdón– de la Ruta Estatal 1 a merced, en bajada por la costa de California hasta Big Sur y el retorno a Pebble Beach. En paralelo, la expectativa de las subastas. He aquí.
Los faros retráctiles nunca mueren. Todo lo contrario, están a la alza, valorados bajo el prestigio de siempre, con los intérpretes que no los bajan del pedestal del diseño del automóvil. Viven en los Maserati Indy 4900 de 1971 y Ghibli 4.9 SS Coupe 1972, en un Ferrari F355 Spider 1997 y en un Porsche 914, también del ’71, que quizás es la excepción, dado que en él está la oportunidad de obtener un coche de la marca alemana al valor de unos 40.000 dólares, según las ofertas que se estiman. También viven en el Lotus Etna 1984. Todos ellos, actualmente en subasta por Broad Arrow, de Hagerty. El británico, a la espera del 13 de agosto en el Monterey Jet Center.
El futurismo imposible de disimular, la forma de cuña, la apertura visual y sensorial de los cristales total, en 360 grados e incluyendo a la opaca transparencia del techo… un coche bien de época. Lo mismo acerca de su suspensión activa. Lotus fue pionero de su aparición en el automovilismo, junto a otros precursores como el equipo Williams, y el Etna se sirvió de sus dones comprobados en la escudería de Fórmula 1. No hay razones para sorprenderse por la cotización de su inminente venta al mejor postor: si por este coche se pide entre 250 y 400.000 dólares, en parte se debe a su condición de prototipo. Cuanto más único, más exclusivo, casi una regla de tres simple en el mundo de las subastas.

De haber sido modelo de producción, el Lotus Etna 1984 habría llegado al cliente con otras soluciones novedosas de esos años como el control de tracción y otras aún jóvenes en ese entonces como el sistema de frenos antibloqueo ABS, ambas también heredadas de la máxima categoría.
El presente indica que, con su 4.0 que en su tiempo generaba hasta 335 caballos –¿seguirá estableciendo el 0 a 100 en 4,3 segundos?–, no deberá recorrer tantas millas para llegar al Monterey Jet Center, porque desde hace tres años se conserva en una colección ubicada en el sur de California. El pasado recuerda sus primeras décadas almacenado en la fábrica de Lotus, su paso por festivales varios y subraya ocho años de posesión de parte de uno de los discípulos de Colin Chapman, quien lo vendió en 2012 junto al resto de su colección y entonces conoció a su segundo dueño. El prototipo de las oportunidades.
Acerca del discípulo, a su estadía con Olav Glasius la representa el antecedente de su adquisición, pues recién durante su puesta en restauración en manos de un ex ingeniero de la firma británica supieron que el Lotus Etna 1984 era funcional. La revelación de su V8 y de su caja de cambios fue una grata sorpresa para ambos, que creían que el estado del coche no incluía la mecánica. Un motor tipo 909 de aluminio, uno de los dos que se fabricaron. A quien le corresponda, a quien la cuenta bancaria le dicte, más razones para darle un nuevo hogar.
Mauro Blanco
Veo arte en los coches y en sus diseños una potencia que va más allá de las cifras. Ex conductor de Renault 12 rojo modelo 1995 de épicos e imprevisibles episodios, al que recuerdo por la hostilidad de su volante, pero, sobre todo, por nunca haberme dejado en el camino.COMENTARIOS