Las firmas de Ayrton Senna: La del casco de su último título mundial… que se subasta

Las firmas de Ayrton Senna: La del casco de su último título mundial… que se subasta

De puño y letra por el brasileño, para quien se dé el lujo de pagar lo que pocos pueden


Tiempo de lectura: 4 min.

Ayrton Senna. Suzuka ’91. La clara referencia al último título mundial del brasileño. ¿Y si lo repetimos, pero esta vez en cursiva? Ayrton Senna. Suzuka ’91. Ahora, la referencia se vuelve una inscripción… una firma. Una firma o lo que queda de ella, rodeada de las marcas que comprueban su uso en cuatro Gran Premios de aquella temporada. De puño y letra del tres veces campeón de Fórmula 1. ¿Dónde podría el recordado paulista haber dejado tal constancia de su obra maestra final?

Senna se ha llevado con él la gloria y ha dejado en este mundo la estampa de su nombre indeleble en la memoria de generaciones que aún no han nacido, así también como una infinidad de piezas de colección. Por ejemplo, en el Museo Fangio ubicado en Balcarce, Buenos Aires, Argentina, el brasileño tiene su propia sección. Allí se exhibe el McLaren Honda MP4/3B que se usó para las pruebas del por entonces nuevo motor japonés hacia la temporada ’88.

Compartiendo espacio, una foto con esos dos tipos que se querían mucho y una dedicatoria de Ayrton para el cinco veces campeón: Al amigo Fangio, de su gran admirador. Con mucho afecto y cariño. Ayrton Senna. Esa firma, una vez más. Cerca, un óleo del ex McLaren, pero con su casco de la etapa en Williams. Al otro lado, en vitrina, un casco que parece ser el utilizado en la temporada de 1992. Senna y sus objetos. Senna y sus piezas de colección. Senna y sus firmas.

Ayrton Senna. Suzuka ’91. ¿En qué objeto podría haber dejado tal constancia? Eso se lee en otro de sus cascos. El amarillo, el verde, la franja azul, los patrocinadores –incluyendo el del fabricante del casco–, las marcas que dan fe de su originalidad… Pero a aquel exhibido en el Museo Fangio le falta una firma como la que este casco a subasta lleva. Diría que el coleccionista que pague la suma que se demanda –un estimado de entre 200.000 y 250.000 euros– lo hará por el casco, pero, en un mayor porcentaje, puede que por la firma.

Casco Ayrton Senna

“Ayrton Senna. Suzuka ’91”: Historial de una constancia de colección

Puede que lo pague por ser el usado por el brasileño el fin de semana de su última consagración y puede que también lo haga por tratarse de un Rheos 1991, lo que significa que se trata de uno diseñado a medida, mejor preparado para la dupla automovilística del equipo Honda McLaren en comparación con el de 1990. No obstante, en un mayor porcentaje, sí, por la firma. ¿Acaso por esos tesoros no se moviliza un coleccionista? ¿Qué importa si el ídolo la estampa en un casco o un papel?

Como sea, el fin de semana. Es importante subrayarlo, porque, según las investigaciones de historiadores especializados en cascos y lo que se revela de las fotos tomadas aquel 20 de octubre de 1991, el que se subasta, designado como R8 por los técnicos de Rheos, no es con el que corrió Ayrton Senna la carrera, sino que es el que llevó puesto durante las pruebas de aquel Gran Premio de Japón.

Luego de cruzar la bandera a cuadros en segundo lugar y asegurar el campeonato, el brasileño le habría regalado este casco a su compañero. Vaya gesto: para el austríaco Gerhard Berger, Suzuka ’91 significa todo, pues aquel Gran Premio fue el único que ganó en esa temporada. Con sabiduría, Senna entendió que no hacía falta dedicatoria como la que a su amigo El Chueco de Balcarce luego le dejaría. Solo bastaba con el circuito y el año. Así, Berger recordaría tanto el campeonato de su compañero como su logro personal.

La primera vez de este Rheos fue en Spa, pero, a diferencia de Suzuka, así también como del Gran Premio de Italia, allí sí lo utilizó para correr desde la pole hasta el triunfo. Bélgica espera por un nuevo Gran Premio y es una pena que no se done este casco para ser entregado al ganador de la clasificación, como a menudo ocurre en la máxima categoría.

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Sobre mí

Mauro Blanco

Veo arte en los coches y en sus diseños una potencia que va más allá de las cifras. Ex conductor de Renault 12 rojo modelo 1995 de épicos e imprevisibles episodios, al que recuerdo por la hostilidad de su volante, pero, sobre todo, por nunca haberme dejado en el camino.

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