El nombre Piper Cars puede resultarle familiar si alguna vez ha comprado árboles de levas de alto rendimiento u otras piezas, la compañía todavía existe hoy como Piper Cams. El ala automotriz de la compañía se vio interrumpida por la muerte del fundador Brian Sherwood en un trágico accidente automovilístico. Y hoy, vamos a conocer la historia del Piper GTT, el deportivo de la extinta marca Piper Cars, del que 57 fueron construidos a fines de la década de 1960 y principios de la de 1970.
Su historia
Piper Cars se fundó a mediados de la década de 1960 como una pequeña empresa en Campbell’s Garage en Kent, Inglaterra. La compañía era similar a TVR, Marcos, Ginetta, Lotus y muchos otros fabricantes de automóviles de bajo volumen en Inglaterra que construían coches deportivos con carrocerías de fibra de vidrio y chasis de acero tubular, con motores, suspensión, frenos y muchas otras de orígenes provenientes de coches de producción comunes de la época.
Era la época dorada del automovilismo, en la que muchos de los equipos de la Fórmula 1 que hoy tenemos como venerables luchaban por sobrevivir en los distintos nichos del mundo automotriz. El primer automóvil fabricado por la empresa fue el Piper Sports Racer presentado en 1966. Era un automóvil deportivo descapotable de diseño elegante con una carrocería ligera de fibra de vidrio, un chasis de estructura tubular de acero y una selección de motores para adaptarse a varias clases de carreras.
En esta época, en Inglaterra, había gran profusión de carreras en las que participaban pilotos aficionados. Esta cultura se extendía también a los rallies, saliendo de ellos pilotos de la talla de Colin McRae. El equipo de Piper rápidamente se dio cuenta de que podían hacer un gran negocio si desarrollaban un cupé de techo rígido que pudiera configurarse como un automóvil de carretera o como un automóvil de carreras, ya que muchos de ellos lo utilizaban para ambos fines. El resultado fue el Piper GT, diseñado por Tony Hilder, el mismo hombre que había diseñado el Piper Sports Racer, y se presentó en el Racing Car Show de 1967.
El interés en torno al Piper GT fue inmenso, los pedidos anticipados superaron las expectativas de la marca, y la compañía parecía destinada a ser un nuevo competidor importante para marcas como Lotus y TVR. Como probablemente era predecible, la empresa enfrentó algunos problemas de control de calidad a medida que aumentaba la producción. Esto dio como resultado que el Piper GT se modificara para abordar estas preocupaciones y se convirtiera en el Piper GTT.
El coche
El piloto de carreras Brian Sherwood, estaría a cargo de convertir el Piper GT anterior en el Piper GTT más refinado y con los errores del GT subsanados. Anteriormente, había comprado uno de los Piper Sports Racers, por lo que sabía que el diseño tenía un potencial significativo, pero encontró algunas cosas mejorables. Una vez que se resolvieron los problemas iniciales, el GTT se puso en producción como un automóvil en kit o como un automóvil completo, según las preferencias del comprador.
En ese momento, no se aplicaba un impuesto de compra en el Reino Unido a los automóviles que se vendían en forma de kit, esta laguna fiscal había ayudado mucho a la industria británica de automóviles en kit. De esta forma, la industria creció, y generó una cultura automovilística con coches montados los fines de semana en la el garaje de casa. El Piper GTT se basó en un tren de rodaje Ford de corte simple y fiable, lo que hizo que el abastecimiento de repuestos fuera fácil y rápido de encontrar.
A medida que llegaban los pedidos para el nuevo automóvil, estaba claro que las dos alas de la compañía Piper, el brazo de preparador, por un lado, y el brazo automotriz por el otro, iban a necesitar instalaciones separadas para poder desarrollarse en todo su esplendor. Piper Cams se convertiría en uno de los principales proveedores de árboles de levas y piezas de alto rendimiento para la comunidad británica de tuning. Aquí, muchos años después, adoptamos esa palabra con un uso inadecuado, llenando de fibra y altavoces utilitarios que, rara vez, instalaba alguna pieza dedicada al rendimiento mecánico del vehículo.
Piper Cars se mudaría de Hayes a Wokingham y se concentraría por completo en producir kits del GTT y los otros coches que vendrían después del éxito cosechado por este modelo. En 1969, a la compañía le estaba yendo bien y el futuro parecía prometedor, incluso se decidió que se debía ingresar un automóvil en las 24 horas de Le Mans de 1969. Esta decisión se tomó para promover sus modelos de calle y la división de piezas de alto rendimiento, por lo que se desarrolló el Piper GTR de cara a competir en la famosa cita de resistencia.
El GTR diseñado para competir en el Grupo 6 era un nuevo diseño de Tony Hilder, un cupé de techo rígido con una línea de techo situada solamente a 76 centímetros del suelo, conseguía un sorprendente coeficiente de arrastre de solo 0,28. Está claro visto esto, que Inglaterra es una de las cunas del automovilismo por méritos propios, y siempre de una forma muy peculiar, con pequeñísimas fábricas que estaban más cerca de talleres que de las fábricas a las que estamos acostumbrados.
El motor, la caja de cambios y los radiadores se instalaron en la parte trasera del vehículo, y lamentablemente, el coche se vio afectado por problemas de sobrecalentamiento. Esto fue un resultado directo de un tiempo de desarrollo insuficiente, y que hizo que no pudiese competir porque nunca fijó un tiempo de clasificación por desgracia. Poco después de esto, en diciembre de 1969, el propietario de la empresa, Brian Sherwood, moriría en un trágico accidente automovilístico.
Esto estuvo a punto de significar el final de la marca Piper Cars, pero, sin embargo, dos empleados de Piper Cars, Bill Atkinson y Tony Waller, se harían cargo de la empresa. No siguieron con el nombre Piper Cars, la rebautizaron como Emmbrook Engineering y continuaron construyendo el GTT tal y como se había diseñado previamente. Posteriormente, en 1971, Emmbrook Engineering presentaría el Piper P2, una versión revisada del GTT con mejoras en los puntos en los que habían visto flaquear el GTT, en el chasis, la carrocería y el interior.
El P2 permanecería en producción hasta mediados de la década de 1970, pero la sentencia de muerte de la empresa fue causada por una serie de factores que concurrieron. El primero de ellos fue la entrada del Reino Unido en la Comunidad Económica Europea (CEE), que cerró el vacío legal del impuesto sobre las compras en el Reino Unido para los coches en kit. Esto también dio lugar a que las Regulaciones de vehículos motorizados de la CEE (aprobación de tipo) entrase en vigor y que hizo prácticamente imposible de cumplir para los pequeños fabricantes, que acabaron cerrando sus puertas o redirigiendo su actividad.
La llegada de la crisis del petróleo de 1973, significaría el último clavo en el ataúd. La producción del modelo Piper GTT cesaría con aproximadamente 80 kits fabricados en total, 57 de ellos dedicados registrados para uso en carretera. Como podéis imaginar, muchos de los de carreras acabarían sus días en cualquier desguace, obsoletos para competir con ellos, serían sustituidos por modelos más modernos que los superarían en rendimiento y fiabilidad.
La unidad que tenemos en las imágenes, es un Piper GTT de 1970 que se compró como un proyecto de restauración sin terminar. El propietario actual, tras invertir una cantidad significativa de tiempo y dinero en restaurarlo a un nivel casi salido de los talleres de Piper, es ahora es uno de los mejores ejemplos del GTT en el mundo. En teoría, ha completado menos de 40 millas desde que se completó la restauración en 2020, y el proceso de restauración de este automóvil fue un proyecto apasionante.
Se dice que la esposa del propietario usó un Piper GTT como su coche de diario en la década de 1970, aunque ahora prefiere medios de transporte más modernos. Sea como fuere, cualquiera de nosotros soñaríamos con conducir un coche tan exclusivo como coche de diario aún a día de hoy. El coche se ha guardado en un garaje seco y aislado y viene con una colección de revistas y artículos en los que aparece el GTT. Está acabado en color Audi Glut Orange con una franja negra pintada, tiene un interior de vinilo negro y está propulsado por un motor Ford 1600GT acoplado a una caja de cambios reacondicionada, por lo que está en perfecta forma para su uso.
Estos coches, comparándolos con otros de mucho mayor renombre, no alcanzan precios excesivos en subasta. Bien por lo sencillo de sus mecánicas, o por la rareza y peculiaridad de su historia, si quieres intentar darte un capricho relativamente barato a la vista de los precios de los coches clásicos a día de hoy, este Piper GTT está a la venta en Lincolnshire, Inglaterra, en la plataforma Car & Classics. Si desea leer más al respecto o registrarse para ofertar, puede visitar la subasta aquí.
Francisco Javier Rodriguez
En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.COMENTARIOS