Aunque antes del boom de los monovolúmenes compactos ya existían algunos modelos en este segmento, como el Mitsubishi Space Runner, el pistoletazo de salida en Europa lo dio Renault con su Mégane Scénic en 1996, que consiguió el galardón de Coche del Año en Europa al año siguiente. A partir de ahí, la gran mayoría de fabricantes se subieron al carro, y así llegaron modelos como los Opel Zafira, Citroën Xsara Picasso, Nissan Almera Tino y compañía.
Mercedes-Benz quiso también subirse a este carro, pero optó por tirar por la calle de en medio, replicando la estrategia seguida con los Clase V/Vito/Viano W638: un mismo diseño para la versión turismo y la comercial. Para ello, partieron de la base del primer Clase A (W168), el cual alargaron y ensancharon de forma considerable, para dar lugar al Mercedes-Benz Vaneo (conocido internamente como W414 o NCV1).
Partir de la base del Clase A le proporcionaba al nuevo modelo de la estrella no pocas ventajas: en primer lugar, la arquitectura tipo sandwich, con un doble piso y el motor con una inclinación de 60 grados, diseñado para que, en caso de colisión frontal, éste se desplazara hasta situarse en la parte intermedia del sandwich, evitando su incursión al habitáculo. También se beneficiaba en toda la gama del ESP de serie (bastante intrusivo, todo hay que decirlo) como consecuencia del percance que tuvo el Clase A W168 con la llamada “prueba del alce”. Pero si existen similitudes, no son pocas las diferencias: para empezar, el lugar de fabricación, pues si el W168 salía de la fábrica de Rastatt, el Vaneo lo hacía desde Ludwigsfelde, en Berlín, una planta dedicada a los vehículos comerciales, de la que han salido, entre otros modelos, los Mercedes Vario y Sprinter NCV3.
Y es que, ya desde su desarrollo, el Vaneo estaba concebido como un vehículo comercial. Algunas fotos del kit de prensa muestran unidades con líneas horizontales en el techo, propias de las furgonetas pequeñas. Otros detalles que lo delatan son la posibilidad de montar una única puerta lateral corredera, la doble puerta trasera asimétrica opcional o el generoso hueco en la parte superior del centro del salpicadero para dejar carpetas, además de ser un modelo más alto que ancho.
El diseño exterior podrá gustar o no, pero objetivamente, el frontal toma una clara inspiración del Clase A, aunque no comparten ningún panel de chapa. Sin embargo, la estrella frontal muerde el capot, al estilo del facelift de la Sprinter T1N. En la línea lateral, las semejanzas con el W168 se acaban a partir del pilar A. En este caso, el diseño que muestra es nuevo, precursor de los Viano/Vito/Valente/Clase V (W639). En el Vaneo, sin embargo, el diseño resulta menos armonioso que en éstos por ser bastante más corto. Al igual que lo haría el Viano, el Vaneo cuenta con un nombre propio. La longitud crecía hasta los 4,192 metros (un Clase A corto pre-restyling se quedaba en 3,570 metros).
Las puertas laterales traseras son correderas, algo propio de los modelos comerciales, pero no tanto de los monovolúmenes compactos (modelos como el Ford Grand C-Max o el Mazda 5 sí harían uso de ellas), lo que proporcionaba al Vaneo una elevada comodidad para acceder al habitáculo (si exceptuamos, eso sí, la considerable altura al piso, no demasiado apta para personas de avanzada edad). Y la trasera se caracterizaba por un pequeño spoiler bien integrado, un portón (de serie) de generosas dimensiones y unos larguísimos grupos ópticos traseros. El interior recordaba a grandes rasgos el salpicadero del restyling del Clase A, compartiendo algunos elementos pero siendo diferentes entre sí.
Aunque las dos primeras fotos oficiales se distribuyeron unos días antes, el Vaneo se presenta oficialmente en el Salón de Frankfurt de 2001, concretamente el tristemente recordado día 11 de septiembre. Ya desde el principio, Mercedes-Benz anunciaba que el primer modelo en llegar sería la variante turismo, mientras que la versión comercial lo haría más tarde. La gama inicial se componía de tres acabados y cinco motorizaciones. Las versiones (Trend, Family y Ambiente) reutilizaban algunas denominaciones del primer Clase V (W638, conocido en Argentina como Viano).
Los motores presentaban algunas variaciones con respecto al Clase A: en el Vaneo no estaba disponible el 1,4 litros, en su lugar hacía acto de presencia una variante del 1,6 con 82 CV de potencia, la misma que el A140; el 1,6 de 102 CV y el 1,9 de 125 se compartían con el benjamín de la estrella; y en cuanto a las mecánicas diesel, se ofrecía el 1,7 CDI con 75 y 91 CV. Sin embargo, el 2,1 litros del A210 Evolution nunca se contempló. Y no es porque el Vaneo necesitara un comportamiento deportivo, que ni lo tenía ni lo pretendía, sino porque el elevado peso del conjunto y su aerodinámica desfavorable agradecían una mayor potencia bajo el pedal derecho, aún a costa de unos consumos todavía más elevados. En cuanto a las opciones de transmisión, se podía elegir entre un cambio manual de cinco relaciones (con opción de embrague pilotado ACS) y una caja automática también de cinco marchas.
En cuanto a los acabados, la versión Trend era la más básica, aunque en nuestro mercado ya incorporaba aire acondicionado, elevalunas delanteros eléctricos, apertura eléctrica de las ventanas traseras en compás, mando a distancia, anclajes IsoFIX en los asientos posteriores o toma de corriente de 12 voltios. La versión Family estaba más enfocada a familias con niños, y se caracterizaba por una tapicería más colorida, bandejas tras los asientos delanteros (al estilo de los trenes), asientos infantiles integrados o un piso deslizante en el maletero para facilitar la entrada de objetos pesados y/o voluminosos (una evolución de este opcional es sistema Load ‘N Go que montó posteriormente el Dodge Nitro); también estaba equipada con barras en el techo (a diferencia del Trend, que no las llevaba). Y el toque más exclusivo lo aportaba la versión Ambiente, con mejores materiales, llantas de aleación específicas o un reposacodos central delantero, situado entre los asientos y que estaba dotado de un compartimento portaobjetos.
Para tratar de conquistar a su público, Mercedes decidió darle un toque de “estilo de vida” a su nuevo modelo. Así, además de la lista de opciones y accesorios disponibles, se ofrecieron cinco packs, denominados Bike, Carry, Dog, Snow y Surf, específicamente diseñados para facilitar el transporte de animales u objetos deportivos.
Durante el lanzamiento comercial, parecía que la apuesta de Mercedes iba por buen camino, con un número razonable de pedidos, pero muy poco después se desinfló. Y es que, en comparación con la competencia en el segmento de los monovolúmenes compactos, los precios del Vaneo eran considerablemente superiores: el Vaneo resultaba caro porque era caro de fabricar. Tampoco ayudaba el hecho de que, en algunos aspectos, el modelo de la estrella estaba por detrás de sus competidores. Un ejemplo clarificador: frente al Opel/Vauxhall Zafira A, con su innovador sistema de asientos Flex7 que permitía dejar una superficie de carga lisa, en el Vaneo (disponible en opción con siete plazas, aunque las dos últimas sólo para niños) los asientos resultaban muy pesados a la hora de quitarlos (también se podían abatir, pero a costa de perder longitud de carga). También, si lo comparamos con el Clase A del cual derivaba, en algunos aspectos era menos refinado, caso del cierre centralizado (de sonido más tosco frente al W168, que disponía de un sistema por bomba de vacío como las berlinas de la marca). En lo que no tenía rival era en el espacio: con una batalla de 2,9 metros (¡superior a la de un Clase E W210!) ganaba por goleada a los comerciales ligeros tipo Citroën Berlingo, Peugeot Partner o Renault Kangoo de la época.
La caída de las ventas propició el lanzamiento en 2003 de las series especiales Spring y La Vida en algunos mercados. La gama sufría pequeñas modificaciones (línea lateral inferior en negro, pilotos traseros ligeramente oscurecidos, pequeñas modificaciones en las llantas y en los acabados del interior en algunas versiones, cambio de algunos colores disponibles). Además, llegaría una versión tope de gama, el Imagination, que se caracterizaba en el exterior por tener la parrilla pintada en el color de la carrocería, e incluir una pequeña estrella sobre el capot, por encima del logotipo original. Para el mercado japonés sólo estaba disponible el acabado Ambiente, pero con la parrilla en el color de la carrocería.
Llegó también el momento de lanzar las versiones comerciales, pero a medio gas: surgieron así el Vaneo Pro en Francia, el Vaneo Varebil en el norte de europa, … De todas ellas, la más preparada para este uso fue el Vaneo Company suizo, sin asientos traseros y con una rejilla de separación entre los asientos delanteros y la zona de carga. Para nuestro mercado, se ofreció la versión City Trend (¿un pequeño homenaje a las Mercedes MB100 City Trans fabricadas en Vitoria?) que era, básicamente, un Vaneo “pelado” con posibilidad de ser matriculado como vehículo mixto adaptable. Estaba dotado de una única puerta lateral corredera, parachoques sin pintar, sin aire acondicionado, sin mando a distancia (sí, la llave era la típica de los Clase A sin mando, ¡en los que aparecía la silueta del propio Clase A!), … Muchos de estos City Trend fueron usados por los talleres de Mercedes-Benz, pintados en color blanco. La anchura del portón del Vaneo estaba preparada para poder acoger un europallet.
En su Alemania natal, algunos taxistas y departamentos de bomberos eligieron el Vaneo como vehículo. En Madrid, el SUMMA 112 también dispuso de algunas unidades como vehículo de intervención rápida (VIR). En cuanto a preparaciones y adaptaciones, Mercedes presentó una unidad preparada por Sortimo. Algunos especialistas convirtieron el Vaneo en un camper-van. ¡Y hasta Brabus se atrevió a hacer un pequeño kit para el W414! Bastante populares fueron las adaptaciones de fabricantes como Rehatrans para personas con movilidad reducida, y es que el Vaneo ofrecía una muy buena base para este uso.
En cualquier caso, los esfuerzos fueron en vano, y el Vaneo nos decía adiós prematuramente en 2005, tras unas 55.000 unidades fabricadas. El relevo vendría por partida doble: el primer Clase B (W245) se encargaría de enfrentarse a los monovolúmenes compactos, mientras que la primera Citan (W415), derivada de la Renault Kangoo II, haría lo propio en el segmento de los vehículos comerciales compactos. Pero su sucesor espiritual, tal y como el Vaneo se presentó originalmente, sería el actual Mercedes Clase T (W420).
En resumen, el Vaneo fue un vehículo práctico y cómodo, aunque incorrectamente ejecutado. El mercado dictó sentencia de forma clara para este experimento de los de Stuttgart. Pero si el Clase T está funcionando, nos podríamos preguntar: ¿hubiera cambiado la historia si, en lugar de llamarse Vaneo, se hubiera llamado Clase VLK?
Jesus Alonso
Soy un apasionado de los coches desde que era muy pequeño, colecciono miniaturas, catálogos, revistas y otros artículos relacionados, y ahora, además, disfruto escribiendo sobre lo que más me gusta aquí, en Espíritu RACER.COMENTARIOS