El Mercedes CLE Coupé es un vestigio del pasado, un coche que parece no tener un hueco en el mercado actual. El Mercedes CLE es un coupé, uno de esos coches que no muchos años atrás levantaban pasiones, pero que hoy día, están completamente olvidados. Bueno, no completamente, pero casi, porque si echas un ojo al mercado, ¿qué tienes para elegir? Y me niego a aceptar como coupé a cualquier otra cosa que tenga más de dos puertas –aceptamos tres, porque puede tener portón trasero– y que levante más de metro y medio del suelo. Ergo, un SUV, por mucha caída del techo que tenga atrás y por mucho que la marca lo venda como tal, NO ES UN COUPÉ.
Básicamente, nos podemos limitar, en el segmento del CLE, a otras dos opciones más: BMW Serie 4 y Audi A5. Hace un puñado de años había opciones más pequeñas y asequibles, sobre todo en los 90, como el bonito Alfa Romeo GTV –me encanta este coche–, el Toyota Celica incluso Peugeot tenía coupés, el muy conseguido Peugeot 406 Coupé. Ahora, ¿qué hay ahora? He revisado los portales oficiales de aquellas marcas que antes tenían en catálogo este tipo de coches, uno por uno, y todo se limita a tres: Audi, BMW y Mercedes. Nada sorprendente. Audi, por ejemplo, tiene el A5 y ya, mientras que BMW tiene el Serie 2, el Serie 4 y el Serie 8. Mercedes, por su parte, el CLE. En su web también menciona al AMG GT y al CLA Coupé, pero el primero milita en un segmento muy diferente al de los coupés –aunque en el fondo lo sea–.
A estos tres germanos tenemos que sumar a Toyota, y a Subaru, que son los únicos no premium que tienen coupés en la gama, y además, el mismo, los conocidos como Toyobaru, los Toyota G86 y Subaru BRZ. Quizá podríamos meter en la ecuación a los Rolls-Royce Spectre y Bentley Continental GT, pero son dos modelos que se sitúan ya no en un nivel diferente, sino en un universo muy lejano. Sí, dejo fuera otros tantos modelos como el Porsche 911, pero considero que, a pesar cumplir con todos los requisitos de un coupé, en realidad son otra cosa bien diferente a lo que aquí se trata. Puede que no estés de acuerdo conmigo, pero un Mercedes CLE no es equiparable a un Porsche 911, y aquí no hay discusión alguna.
Por lo tanto, podemos decir que el Mercedes CLE es un automóvil en serio riesgo de extinción, un concepto de automóvil que, como la carrocería de tres puertas, ha perdido todo el valor del que antes presumían, de hecho, ni siquiera me he sentido observado durante los días que he tenido el coche en casa, a pesar de ser un modelo bastante llamativo, tanto por tamaño como por diseño, y el negro le sienta la mar de bien. He tenido coches menos carismáticos y caros, y me han mirado mucho más, y no eran más bonitos ni tan imponentes como el CLE. Es evidente que algo ha cambiado entre los usuarios, sobre todo entre los más jóvenes, que ahora ya no sueñan con un Golf GTI, sino con un Tiguan R. Es más, últimamente veo mucho chaval joven al volante de SUV de toda clase y condición; yo con su edad quería un SEAT Leon FR –pero gasolina, que conste–.
El diseño se podría definir como “elegancia ligeramente agresiva”, tiene clase y buenas proporciones, un auténtico coupé Mercedes
Lujo y presencia, pero sin deportividad real
Como se suele decir, para gustos los colores, la cuestión es que, en estos casos, la mayoría manda y cada día somos menos los que miramos los coupés con ojos de deseo. Y eso, como cabe esperar, tiene un final muy claro: tarde o temprano, los coupés se limitarán a coches superdeportivos, y esto tampoco lo tengo muy claro, porque resulta que aquellas marcas que siempre han vivido de vender superdeportivos, ahora registran récords de ventas año tras años con los SUV. El mejor ejemplo es Porsche, cuyo único coupé en el momento de escribir este texto era el Nueveonce –en realidad también el Cayman, pero ya tenía fecha de despedida sin reemplazo–.
El Mercedes CLE es un rara avis incluso en la propia marca, que antes tenía varias opciones en esta categoría, pero por suerte, es un auténtico coupé Mercedes con todo lo que ello conlleva: lujo, calidad de primerísimo nivel, motor potente, tecnología a raudales, y mucho confort. Entrar en su habitáculo y poner todo en marcha es apabullante por la imagen que desprende todo; el nivel de calidad casi se puede oler, el tacto de los pedales es de primera –el freno, como todo Mercedes, un poco blando, todo sea dicho–,la pantalla reacciona al primer toque, encuentras la postura para conducir en 10 segundos… Es todo lo que esperas de un Mercedes, aunque también es cierto que la versión que nos prestó la marca, un Mercedes CLE Coupé 300 4Matic, solo tiene por encima dos opciones: el CLE 300 e y el CLE 43 4Matic –el AMG con 449 CV–. Y el CLE 300 e 4Matic está por encima, básicamente, porque es más caro, que no más potente. El coche que nos dejó la marca tiene un precio base de 68.900 euros, mientras que el híbrido parte de 71.100 euros.
Pero, como decía, es un auténtico coupé de Mercedes, y eso conlleva que no sea un deportivo radical. En realidad se podría usar como coche único siempre que no vayas a necesitar las plazas traseras, que son algo pequeñas. Una de las cosas que más me llamaron la atención fue lo mucho que gira, esperaba que, siendo el tipo de coche que es y con las ruedas tan grandes que tiene, tuviera menos giro, pero todo lo contrario, de hecho gira más que nuestro Mazda 6 a pesar de tener la misma configuración de suspensión y más llanta –paralelogramo y llanta de 19 para el Mercedes, paralelogramo y llanta de 18 para el Mazda–. Ni siquiera por consumo supone un problema. Oficialmente, Mercedes declara 7,1 litros cada 100 kilómetros de media, y más o menos, por ahí anda la cifra en la que yo me moví. Si te dejas llevar por el empuje del motor, que no es poco –se dispone de 400 Nm–, es fácil que la cifra de consumo se vaya hasta los nueve litros, pero tampoco podemos considerar que sea una cifra muy alta. Si corres todo lo que puede correr, entonces sí, nos vamos hasta los 11 litros.
El caso es que la personalidad del coche no incita a correr. Circulas rápido, porque la estabilidad es tan alta, el aislamiento tan logrado y la suspensión trabaja tan suave, que no te das cuenta de la velocidad y todo parece pasar mucho más despacio de lo que realmente pasa. La cuestión es que no invita a una conducción deportiva, es un Gran Turismo para viajar a velocidades de cárcel con toda la tranquilidad del mundo, mientras que los adelantamientos son un mero trámite; solo hay que apartarse y pisar a fondo, para desaparecer. Las curvas no le importa siempre que no vayas “a saco”, son casi 1.900 kilos que, al fin de cuentas, se notan, y nuevamente, el talante del coche busca otro tipo de conducción, algo más comedido, más suave; más elegante.
Cuesta casi 70.000 euros, pero tiene entradas de aire ciegas y escapes falsos… ¿Tan necesario es añadir esas cosas en un coche como este?
La carga tecnológica es enorme, pero en ocasiones muy molesta
Otro de los apartados donde destaca el Mercedes CLE 300 4Matic Coupé, tiene que ver con la carga tecnológica. Si quieres, casi podría conducir el coche por su cuenta y riesgo, pues todo el programable y ofrece algún tipo de funcionamiento automático. Hay tantas cosas, que si fuera mi coche, no usaría ni la mitad de los sistemas que monta, como el control de crucero adaptativo o el asistente de mantenimiento de carril. De hecho, este último lo desconecto siempre que salgo a carretera porque me resulta molesto, no soporto que se mueva el volante por su cuenta en cuanto me acerco a la línea que divide los carriles. Entiendo que, ante un imprevisto, el sistema eche un cable y ayude a salvar la situación, pero hay ocasiones en las que, porque el motivo que sea, es necesario pisar la línea central sin poner el intermitente, una esquiva de emergencia o vaya usted a saber, y ahí está el coche para pelearse contigo e impedirte que te salgas del carril. Luego están, y no es broma, las obras. Estas situaciones, con el suelo lleno de marcas que se cruzan y entrecruzan… Menudo panorama. Y no, no siempre es fácil desconectarlo.
Sin embargo, hay un sistema que me incomoda especialmente y es de nuevo lanzamiento, obligatorio por normativa en la comunidad europea: el aviso de velocidad. El lector de señales incorpora un aviso sonoro que salta cada vez que te cruzas con una señal y circulas a una velocidad superior a la indicada. Según normativa se puede apagar, pero cada vez que pongas el coche en marcha, tendrás que desactivarlo. Solo se me ocurren palabras malsonantes para describirlo, no he visto sistema más nefasto que este, porque no importa que velocidad sea, con circular a un kilómetro por encima de la indicada, el aviso sonará con tres señales acústicas. ¿Habéis probado a ir a 20 km/h, como marca en las señales? Hay muchos coches en los que se hace necesario frenar durante toda la calle para no superar esa velocidad, de hecho, no te das cuenta de que vas a más de 20 km/h y por lo general, a no ser que se quiera aparcar, rara vez se circula por debajo de 30 km/h. Es más, he probado a circular a lo que marcan las señales, y además de preparar una cola enorme tras de mí, estaba obligado a mirar constantemente el velocímetro para no superar la velocidad indicada en cada señal y que no sonara el aviso. Es estresante.
No vayamos a pensar que voy todo el día “pie a tabla”, ni mucho menos, pero sí confieso que nunca voy a lo que marca la señal exactamente. Quizá, en una calle con límite de 30 km/h, voy a 32, puede que a 35 km/h, sí, incluso a 40 km/h. Con este sistema, no puedes ir a 31 km/h, tienes que ir a 30 exactos o por debajo y en un velocímetro digital, pues vale, pero si es de aguja –por mucha pantalla para la instrumentación que se ponga, algunos muestran indicadores de aguja–, la diferencia entre 30 y 31 apenas se aprecia a simple vista. ¿La solución es circular por debajo de 30? Correcto, pero es tan estresante como circular a 30 km/h exactos, tanto a la hora de gestionar el acelerador como de estar pendiente de la velocidad constantemente.
Entiendo perfectamente el objetivo del sistema: hay que reducir la siniestralidad; pero también entiendo que hay otras formas de atajar este problema en lugar de crear una distracción adicional mientras se conduce. Cuando suena el pitidito, lo primero que haces es mirar a ver que narices pasa para, acto seguido, comprobar la velocidad y contrastar con la señal que tienes a tu derecha y ver, así, que realmente ibas por encima sin haberte dado ni cuenta. Además, para colmo, si vas por autopista a 120 km/h y pasas al lado de una señal de 60 km/h de una vía de servicio, el sistema también te pita y te indica que vas por encima del límite… Menos mal que no frena de forma automática. Se puede apagar, pero cada uno lo pone como le viene en gana y en algunos modelos, hay que navegar por diferentes menús hasta que lo encuentras. En el caso del Mercedes tiene un acceso rápido, pero no se calla del todo, cada vez que lee una señal salta un aviso sonoro, un solo tono en lugar de tres, pero siempre está ahí, presente. Molesto a más no poder.
Da la impresión de que, desde Europa, se han empeñado en eliminar todo atisbo de agrado de conducción con la imposición de asistentes electrónicos realmente molestos
Un coche soberbio por calidades y prestaciones, pero un incordio por exceso de tecnología
No puedo negar que el Mercedes CLE 300 4Matic Coupé es un cochazo, es un coche soberbio tanto por calidades, como por prestaciones, comportamiento y, si estás dispuesto a pasar por alto los avisos sonoros, por agrado de conducción. Es un coche que apetece conducir hasta que todo empieza a pitar y empiezas a pensar en aparcarlo en cualquier lado e irte andando. Se trata de un tema que me provoca bastante rabia, porque el CLE tiene unos andares con una finura espectacular, es llamativamente ágil para su tamaño y peso, el control de todos sus mandos es un gustazo y luego, bajarte y echar una última mirada antes de irte a casa remata la faena; es un coche que me parece muy bonito, pero la tecnología que incorpora es demasiado intrusiva.
Si pudiera comprar este coche, sin toda esa parafernalia, lo haría con los ojos cerrados.
Datos técnicos
FICHA TÉCNICA | Mercedes-Benz CLE | |
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MODELO | 300 4MATIC Coupé | |
MOTOR TÉRMICO | Gasolina de 1.999 cc. 4 cilindros en línea en posición longitudinal con 258CV y 400 Nm. Con Start/Stop | |
MOTOR ELÉCTRICO | Motor delantero longitudinal con 23 CV y 200 Nm | |
BATERÍA | Ión-litio ubicada en posición trasera | |
RENDIMIENTO | Potencia máxima | 258 CV |
Par máximo | 400 Nm | |
TRANSMISIÓN | Tracción total, cambio automático de convertidor de par 9G-Tronic de 9 velocidades | |
SUSPENSIÓN | Delantera | Paralelogramo deformable con muelle helicoidal |
Trasera | Paralelogramo deformable con muelle helicoidal | |
DIMENSIONES Y PESOS | Largo por ancho por alto (mm) | 4.850 x 21.860 x 1.428 |
Batalla | 2.865 mm | |
Vías del./tras. | 1.605 mm / 1.616 mm | |
Peso declarado | 1.855 kg | |
MALETERO | 420 l | |
Neumáticos | 245/40 R19 del. 275/35 R19 tras. | |
DATOS PRESTACIONALES | Aceleración de 0 a 100 km/h | 6,2 segundos |
Velocidad punta | 250 km/h | |
Relación peso potencia | 7,18 kg/CV | |
CONSUMOS | Consumo medio homologado (WLTP) | 7,1 l/100 km |
Consumo medio durante la prueba | 7,6 l/100 km | |
PRECIO UNIDAD PROBADA | 68.900 € |
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Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS