Atemporal o bien coyuntural, una creación japonesa y, sin embargo, representativa a escala internacional, porque la tendencia a la que responde, sobre la cual nos advirtió justo antes de que los fabricantes la pusieran en práctica en sus gamas, es internacional. En algún artículo anterior que ahora mismo no recuerdo, los hemos llamado algo así como carritos de helado, y su oferta en Europa va en aumento. Los supermini, urbanitos o como quieras llamarlos están instalando un nuevo lenguaje de diseño con innegables intenciones de calar en el conductor del viejo continente.
De manera tal que no puedo evitar pensar lo lógico que sería ver a este coche experimental de Honda integrando alguna flota de serie actual disponible para el conductor europeo. El Hyundai Inster, el futuro Volkswagen ID.1, ¿por qué no incluir al Nuevo Ami de Citroën y por qué no destacar el leve retoque del Fiat 500, vaya pionero? Pienso también en el nuevo Nissan Micra. Por supuesto, los revival eléctricos de los Renault 4 y Renault 5… No habría necesidad de echarle el vistazo al epígrafe en una eventual foto comparativa para entender el común denominador estético de estos modelos de producción.
Y en tiempos de desarrollo, durante las horas más intensas vividas en los departamentos de diseño, cuando ninguno de los mencionados todavía no había llevado su nueva cara a las concesionarias, la puesta en escena del Honda SUSTAINA-C en Tokio nos avisaba que a esa especie de cuadriciclo del futuro no debíamos considerarlo tan del futuro, lo que en principio se presentaba como lo más coherente, dada la exposición conceptual de la que formaba parte junto a otros prototipos que apuntaban a la movilidad sustentable del mañana.

En octubre se cumplen dos años del Japan Mobility Show 2023. Allí, el stand de Honda se vio invadido por un conjunto de vehículos autónomos que parecían aterrizar de otros mundos. El más pequeño, el C-MEV, y la micromovilidad como misión, aunque, si de misión hablamos, no le falta potencial para ser un rover marciano que he visto; el Cruise Origin, que parece más un guía turístico lunar que una van con habitáculo/sala de estar; el eVOL y su visión sobre los drones de transporte; el SUSTAINA-C, una excepción, tal vez, por mostrarse como el más terrenal y, como tal, luciendo cierto carácter hot-hatch.
En términos de diseño y dimensiones, este concept se adelantó al boom, –perdón la exageración, porque, en definitiva, hablamos de un tipo y estilo de coche en reciente expansión, al que no hay que perder de vista–, pero el propósito de su creación va más allá de ese contexto. Si cada uno de estos experimentales de Honda esconde una razón de ser, una fundamental en este eléctrico de tracción integral reside en la utilización de materiales reciclables, la reutilización de resina acrílica para la fabricación de su plástico reciclado, siendo preciso.
Pero también se monta sobre una no menos importante segunda motivación, que nada tiene que ver con la visión de Honda para la próxima década ni con su condición de exponente del nuevo lenguaje de diseño de los urbanitos, sino con el pasado, el pasado de la propia marca japonesa. “Me encantan los coches desde que era niño y admiraba al City de primera generación cuando estaba en la escuela secundaria”. Lo dijo Takeki Tanaka, ingeniero jefe superior de Honda y diseñador del SUSTAINA-C Concept, al momento de su revelación. El parecido no necesita ni amerita apreciación…
Mauro Blanco
Veo arte en los coches y en sus diseños una potencia que va más allá de las cifras. Ex conductor de Renault 12 rojo modelo 1995 de épicos e imprevisibles episodios, al que recuerdo por la hostilidad de su volante, pero, sobre todo, por nunca haberme dejado en el camino.COMENTARIOS