Paradoja británica. De la misma manera que nos ha demostrado Jaguar con su concepto Type 00 para la refundación, Bentley a un rotundo cambio en sus intenciones y lo que a los ojos se nos presenta como algo de lo más extraño –¿pues acaso su más reciente concepto EXP 15 tiene algo que ver con sus íconos que ahora deja atrás?– funciona en simultáneo como una tendencia y un experimento de rutina: un minimalismo futurista que rige a la nueva era de ambas marcas y nos invita a preguntar si no hay dos sin tres. ¿Cuál será la próxima en caer?
Bentley muestra su futuro, pero en realidad el futuro. Su propuesta es una convocatoria a otras asociadas al lujo y la deportividad europea. Y, si lo muestra, lo muestra por dentro y por fuera. Téngase presente que se trata de un concepto, pero también del primer paso hacia la futura generación de sus coches de calle. De manera tal que mejor no ponerse a imaginar qué tan cerca del diseño exterior del EXP 15 estarán los de los modelos de producción. No hay mucho que rescatar de su apariencia, pues, a riesgo de que se me considere un fatalista, se ve perdida antes de aparecer en escena.
El interior es la contracara, porque, aunque todo se reduzca a una cuestión de gustos, se revela innovador, revolucionario, con una faceta funcional que se alimenta de especificaciones que alguna vez vimos, como la de su acceso y salida, y otras como la metamorfosis de su disposición de asientos sobre las que cuesta recordar antecedentes. Te abro sus puertas y tú me dices, en función del grado de fundamentalismo Bentley que lleves en la sangre, qué te parece.
La puerta giratoria no es un invento de última hora. La solemos asociar a los vehículos preparados para personas con movilidad reducida. Para Bentley, el propósito de su puerta giratoria nada tiene que ver con ello y, en cierta forma, tampoco es algo nacido de algún integrante del departamento de diseño al que se le ha prendido, de repente, la lamparita.

El Bentley EXP 15: innovador bajo inspiración por dentro e intenciones de volver a viejos tiempos por fuera
Hay una inspiración detrás y es nada menos que el Bentley State Limousines de la Reina Elizabeth II. “Si te fijas en el coche que construimos para Su Majestad la Reina, siempre se diseñó pensando en la apertura de la puerta y en el arte de la llegada. Para nosotros era muy importante crear esa sensación también aquí”, explicó Darren Day, el jefe de Diseño de Interiores de la marca.
¿Pero cómo definir en pocas palabras al Bentley EXP 15? Un concepto con interior de tres asientos. Es raro, para empezar. Más cuando el habitáculo puede pasar de 2+1 a 1+2 y viceversa. Recordemos que, al ser británico, el asiento delantero izquierdo es el del acompañante. Bien, este no es un asiento de acompañante cualquiera, porque no siempre lo es.
Una vía lo mueve hacia atrás para convertirse en una segunda plaza trasera y la devuelve adelante, recuperando así su posición para copiloto. Cuando es asiento trasero, de la superficie que se despeja en el área del acompañante sale un compartimento para maletas o hasta para que viajen mascotas. ¿Lo habría aprobado Virgil Abloh, quien supo crear rarezas similares en conceptos de Maybach? En otro orden: ¿Es algo definitivamente inédito este interior de tres asientos? ¿Su diseño responde estrictamente a ese minimalismo que se impone en los coches del mañana? No y no del todo, respectivamente. He aquí las respuestas…
Aunque es cierto que cueste encontrar antecedentes, la propia Bentley se encarga de traer al presente uno de hace casi un siglo. La propuesta no deja de ser innovadora, pero tanto su diseño interior como sus rasgos exteriores –detente un segundo a comparar la línea de techos– se inspiran en el Speed Six Gurney Nutting Sportsman Coupe 1930. Sumado a ello, considero a lo siguiente no menos importante: su diseño exterior es futurista, pero en realidad evidencia la intención de Bentley de recuperar parte de la identidad de su etapa previa a su lenguaje deportivo. Como para que los más puristas lo piensen dos veces antes de fastidiarse.
Mauro Blanco
Veo arte en los coches y en sus diseños una potencia que va más allá de las cifras. Ex conductor de Renault 12 rojo modelo 1995 de épicos e imprevisibles episodios, al que recuerdo por la hostilidad de su volante, pero, sobre todo, por nunca haberme dejado en el camino.COMENTARIOS