Por las cosas de la globalización, es posible que tu coche haya venido o vendrá por vía marítima desde una fábrica que está lejos, muy lejos, allende los mares. Los barcos de transporte de coches tendrán que evolucionar algún día hacia formas más sostenibles de transporte, es el caso del Wallenius Oceanbird, cuyos pedidos pueden abrirse el año que viene. Está todavía en proceso de desarrollo.
Se trata de un proyecto del consorcio formado por el Real Instituto de Tecnología de Suecia (KTH), la consultora marítima SSPA y la naviera Wallenius, financiado con un presupuesto de 27 millones de coronas, unos 2,6 millones de euros al cambio. Sus credenciales: podrá transportar 7.000 coches con una reducción de emisiones del 90 % frente a un carguero que use gasóleo ponzoñoso.
Su principal fuente de energía es el viento, de ahí las aletas superiores a modo de velas, aunque dispone de motores eléctricos para realizar maniobras. Es un barco muy grande, 200 metros de eslora (largo), 40 metros de manga máxima (anchura) y 20 metros de francobordo (altura desde el mar), a los que hay que sumar otros 80 metros de alto para las aletas.
En mayo de este año se realizaron las primeras pruebas de flotabilidad y maniobra de un modelo a escala de 7 metros (escala 1:28,57) sin incorporar todavía las velas. La siguiente prueba se hará con una vela, y después con el resto. Si el calendario previsto se cumple, en 2021 se podrán encargar y el primer barco podrá botarse en 2024.
Se trata de una evolución del modelo conceptual E/S Orcelle presentado en 2005 por Wallenius Wilhelmsen en la Exposición Universal de 2005. Es un diseño de navío de carga de cero emisiones, nutrido por energía maremotriz, solar y eólica, con capacidad para 10.000 coches. Una visión adelantada 20 años, pues se proyectó para 2025.
¿Cuál es la pega de estos barcos de siguiente generación? La principal, dejando aparte consideraciones económicas, es su lentitud. El Atlántico lo cruza un barco actual en una semana, pero el Oceanbird tardaría 12 días. Eso sí, al tener menor lastre por la sala de máquinas, lleva más carga con el mismo tamaño y precisa una tripulación menos numerosa.
Como antecedente, deciros que a finales de la primera década de este siglo, en 2008, la Nippon Yusen puso en marcha el primer carguero asistido por energía solar, M/V Auriga Leader, el cual podía ahorrar un 1-2 % de combustible en el trayecto de Japón a la costa oeste de Estados Unidos, o aportar el 10 % de la energía de la red de 440 voltios del barco cuando estaba amarrado. Otra visión a largo plazo para el transporte marítimo limpio es usar hidrógeno, y hay prototipos dando vueltas como el Energy Observer, aunque no es un carguero. Toyota está detrás de ambos desarrollos.
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.COMENTARIOS