Desde hace algo de tiempo, hemos visto como los coches plagaban sus interiores con pantallas de todo tipo y con toda clase de funciones, dejando de lado y como cosa del pasado los botones físicos. No hemos sido pocos, los que han criticado esta forma de actuar, porque se complica el manejo de las diferentes funciones mientras se conduce, siendo mucho más intuitivo un botón físico que una superficie lisa que te obliga a dejar mirar la carretera para realizar cualquier otra cosa. Y dejar de mirar la carretera suele ser motivo de accidente, por si alguien no se había dado cuenta.
Evidentemente, que un puñado de locos nos quejáramos de la pérdida de botones físicos importa poco, ya que la inmensa mayoría de los usuarios, quieren pantallitas porque es la moda, y así, el coche se ve más tecnológico y avanzado. Por suerte, hay marcas que se han dado cuenta de la sinrazón de llenar el interior de un coche de pantallas, como Mazda, y sus coches tienen las pantallas colocadas en el rango de visión del conductor, pero alejadas de sus manos, manteniendo botones físicos para otras funciones básicas. Es decir, las pantallas bien situadas y bien configuradas, no son el problema, el problema es la proliferación de las mismas para todas las funciones.
Lo más curioso es que, para llegar a esta conclusión que muchos ya habíamos alcanzado, han tenido que hacer un estudio. La revista sueca Vi Bilägare ha realizado una comparación entre diferentes sistemas, con un Volvo V70 de 2005. En concreto, han sido un total de 11 coches modernos con pantallas para el equipo multimedia, cada cual tenía asignado un conductor. A cada uno de ellos se les asignó una serie de tareas sencillas, como activar la calefacción del asiento, aumentar dos grados la temperatura del climatizador o que encendieran el sistema de descongelado de los cristales. También se les pidió que encendieran la radio y que seleccionaran una emisora específica, que restablecieran en ordenador de viaje y que bajarán el nivel de iluminación del panel de instrumentos.
Como se puede comprobar, son tareas de lo más sencillas y totalmente cotidianas, es decir, no se pidió que se llevaran a cabo operaciones enrevesadas o buscadas adrede para poner en mal lugar a las pantallas. Y los resultados son interesantes. En el Volvo V70 del 2005, un coche con 17 años, las operaciones no llevaron más de 10 segundos, mientras se conducía a 110 km/h, lo que quiere decir que todas las operaciones se realizaron a lo largo de 300 metros. Sin embargo, con las pantallas se necesitó más tiempo, Aunque hubo dos coches modernos que llegaron a 10 segundos. El peor de todos, el MG Marvel R, necesitó de 44,9 segundos para que el conductor realizara todas las operaciones. Esto significa que se recorrió 1,3 kilómetros más pendiente de la pantalla que de la carretera.
Hay casos que merecen ser mencionados por su buen funcionamiento, como las pantallas del Volvo C40 y del Dacia Sandero, que solo obligaron a emplear 13,7 y 13,5 segundos respectivamente, aunque la revista sueca asegura que la falta de funciones y de menús ayudó un poco a dichas operaciones. Caso contrario que el BMW iX, que combina superficies táctiles con botones físicos, pero obligó a dedicar 30,4 segundos para completar las operaciones asignadas.
Según la revista sueca, la media de tiempo invertido en las operaciones en coches con pantallas, están en 24,7 segundos, casi 2,5 veces más que con un sistema tradicional de botones físicos. ¿Esto importará a alguien? Por ahora, que nadie espere cambios…
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS