Que el GR Supra no admite dobles regionales, de eso estamos seguros. Aquí y allá, de ambos lados del Atlántico, el biplaza no se toca. No hay reemplazo posible para él más que el propio Supra. Luego vienen los terrenales, los que toman las riendas de las ventas y se consolidan año a año. Aunque quisiera, entre paréntesis y anticipándome al Toyota GR más barato, contextualizar al respecto con recientes dichos de Toyota de Norteamérica a la revista Motortrend.
“Hemos demostrado que podemos fabricar y vender productos emocionantes, asequibles y divertidos de conducir”, declaró David Christ, gerente general de la división estadounidense de la marca. La referencia es para los modelos de la línea Gazoo Racing. El Supra, lo dicho. ¿Y esos terrenales? Para ponerle nombres a esta estrategia de la gama de alto rendimiento, Christ mencionó al GR Corolla.
Y tiene con qué argumentarlo: el cinco puertas en modo GR ofrece versiones interesantes como el Circuit, cuyo impacto en la demanda de los norteamericanos fue tal que Toyota debió darle continuidad. Pues, en Europa, el GR Yaris, un coche que no necesita presentación desde que nació como hijo de la experiencia en los mundiales de rallyes y desde que Fernando Alonso lo puso a punto y lo probó en pista cinco años atrás, es el que cumple la función de caballo de batalla para la división deportiva.
Los dichos del gerente general nos dan la pauta de que detrás hay una flota conformada. Si leyera exactamente la misma afirmación de parte de Didier Leroy, presidente de Toyota de Europa, pues no habría allí coherencia, porque a la gama GR de los mercados europeos le falta un modelo más, el que tienen en Estados Unidos y que, aunque no sea un completo desconocido, tanto en España como en el Reino Unido, Francia y otros países no es una opción: el Toyota GR86, que nos dijo adiós en Europa demasiado pronto…

La importancia del GR86, el Toyota GR más barato, y su futuro como respuesta a una estrategia
No son para pasar por alto las menciones de los responsables de Toyota Motor North America sobre el Toyota GR86. Un 2+2 que hace el trabajo sucio, silencioso. En la división estadounidense lo saben y por eso lo valoran. Es el lado asequible en el triángulo GR –su precio inicial es de 30.000 dólares– y con el que a menudo experimentan, como cuando lanzaron la Trueno Edition, en honor al Sprinter Trueno del Corolla AE86, y cuando lanzan versiones como la actual Hakune Edition. Es un coche que suma más de lo que resta a esta propuesta de la marca de seguir por la senda de este tipo de vehículos.
Sobre el GR86, no parece ser una cuestión de números su razón de ser, aunque, por ser un modelo no precisamente para el día a día en ciudad, sus 2.777 entregas durante los primeros cinco meses no están mal, sobre todo si se traducen en un crecimiento del 36 por ciento. No, poco parece importar los números de venta en su caso y por eso tendrá continuidad en la flota.
“La necesidad de una nueva generación del GR86 de nicho podría ser menos obvia debido a su reducido volumen”. Eso lo dijo, también a Motortrend, Cooper Ericksen, vicepresidente sénior de Planificación y Estrategia de Producto. Claro, un GR86 no es un Camry o una Tacoma, modelos fuertes allí y de los cuales cualquier nueva generación es predecible, lo que, de hecho, ocurrió tanto con el sedán como con la pick-up, en 2024 y 2023, respectivamente. “Pero les aseguro que cumple una función muy importante para la empresa y para GR, por lo que nuestra intención es tener una nueva generación atractiva”, completó Ericksen, confirmando un próximo capítulo para el cupé.
Saben también que no será eterno. En lo anterior está la respuesta. Es un coche importante para GR porque cierra un círculo –un triángulo, en este caso, acompañando a los GR Supra y GR Corolla, insisto– virtuoso de vehículos, pero, por volumen, retirarlo del catálogo no afectaría a Toyota. No obstante, en los planes de los directivos de Toyota de Estados Unidos no hay lugar para un vacío. El día que el Toyota GR86 falte, un sucesor se encargará de ocupar su rol como el Toyota GR más barato, otra de las confesiones del vicepresidente sénior.
Mauro Blanco
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