El Audi A6 Avant iba a ser exclusivamente eléctrico, así lo presentó la marca y así nos lo anunció hace ya tiempo. Pero todos sabemos que las cosas no van bien en lo que se refiere a los motores eléctricos y tampoco en lo que se refiere a la propia Audi, así que, como bien demuestran en la marca, no es malo dar un paso atrás para volver a replantearse las cosas. Como se suele decir, está permitido caerse, pero es obligatorio levantarse y eso es, podríamos decir, lo que han hecho en la firma alemana.
No queremos decir que Audi haya hecho las cosas mal, pero es evidente que apostarlo todo a los eléctricos no parecía la mejor idea. Se ha visto claramente como una gran cantidad de fabricantes han dado un paso atrás en sus planes eléctricos para mantener en activo los motores de combustión tanto tiempo como sea necesario, y por lo que parece, podría ser durante más tiempo del que se esperaba inicialmente. Sin embargo, la solución que se ha implementado es especialmente llamativa; el Audi A6 Avant estará disponible con motores de combustión, sí, pero solo con un turbodiésel hibridado. Es decir, un turbodiésel con etiqueta ECO.
¿Tiene sentido algo así? Pues sí, bastante. Audi, junto a Volkswagen, siempre ha estado claramente a favor de los motores diésel, fueron ellos quienes iniciaron aquella loca época de hegemonía del gasóleo e incluso llegaron a lanzar sus versiones “S” con motores turbodiésel. Audi ha sido uno de los mayores representantes de esta tecnología y es lógico que todavía la mantengan, sobre todo si tenemos en cuenta las grandes inversiones que se llevaron a cabo en estos motores.

Así, tenemos un Auto A6 Avant que podría ser un éxito de ventas, aunque debemos tener en cuenta que hablamos de un coche bastante grande, con cinco metros de largo y cerca de 1,88 metros de ancho. No obstante, aunque grande, no puede presumir de maletero, pues se queda en unos escasos 466 litros, detalle que pretenden ocultar ligeramente al hablar de su buena aerodinámica, con un Cx de 0,25, la mejor cifra que se ha visto en un familiar de Audi hasta la fecha.
Bajo el capó, al menos de momento, solo habrá un motor turbodiésel, un detalle que no es precisamente malo, sobre todo cuando se combina con una híbridación ligera. Hablamos del ya conocido 2.0 TDI, junto a un motor eléctrico con 24 CV y una batería de 1,7 kWh que, además, también se encarga de alimentar al compresor eléctrico del aire acondicionado. En total son 204 CV entre 3.80 y 4.200 revoluciones, y 400 Nm entre 1.750 y 3.250 revoluciones. Se puede combinar con tracción total y a pesar de tener un peso que no está lejos de los 2.000 kilos, los consumos son bajos, muy bajos, del orden de los cinco litros de media.
Es un Audi, así que se presupone una elevada calidad de factura y unos andares más que correctos, que se verán influenciados por la suspensión escogida –estándar, deportiva y neumática– y de si monta o no tracción total, que por cierto, cuenta con un sistema de embrague central multidisco gestionado electrónicamente –el reparto de par varía desde todo delante hasta un máximo de 30/70% delante y detrás respectivamente– que se acompaña del eje trasero direccional.
Obviamente, no será barato: 66.550 euros como punto de partida en España.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS