Las garantías son un tema delicado, es una obligación que tienen las empresas que venden sus productos, para asegurar que dicho producto funcionará correctamente durante un determinado tiempo, haciéndose cargo de los gastos de reparación en caso de avería. No sería la primera vez, ni tampoco sería la última, que una empresa niega la reparación en garantía por algún motivo muy concreto, siendo el propietario el encargado de afrontar los gastos de reparación.
Con los coches, las garantías no son menos delicadas, pues siempre hay algún caso en el que la garantía no cubre la reparación. Estos casos, en ocasiones, pasan a mayores cuando el propietario y la empresa se enfrentan legalmente, como ha ocurrido con un usuario norteamericano llamado Alvarado. Básicamente, este señor estuvo disfrutando de su Toyota GR86 en circuito, una actividad que la marca no desaconseja, sino que, por el contrario, invita a sus usuarios a practicar. Al poco de disfrutar en circuito de su coche, el motor dijo basta y como estaba en garantía, llevó el coche a un taller oficial.
Dicho taller se enteró de que Alvarado había estado en circuito con su GR86 y achacó la avería a un uso abusivo del coche, negando la reparación en garantía y pasando una factura que el usuario se negaba a pagar. Había que poner un motor nuevo a su Toyota GR86 después de solo 22.160 kilómetros, por lo que pedían en el taller alrededor de 11.000 dólares. Sin embargo, tras varias conversaciones, según informa The Drive, Toyota aceptó la sustitución del motor en garantía. La avería, al parecer, había sido provocada por un sellador de junta mal aplicado, que se mezcló con el aceite, causando estragos en el propulsor. Un fallo que, al parecer, es intrínseco a este propulsor (el FA24D), según informes en Estados Unidos y Japón.
Toyota no se enteró directamente por el concesionario, sino por las quejas en redes sociales, por los comentarios y por la llamada del propio Alvarado y tras analizar el problema, aseguró que el GR86 de Alvarado está totalmente cubierto por la garantía. Resumiendo el comunicado de la marca, la familia GR de Toyota está impulsada por entusiastas de los coches y su objetivo es brindar el mayor placer de conducir a sus propietarios, incluyendo tandas en circuito, pues los coches están diseñados teniendo en cuenta dichas situaciones. También asegura que la garantía no cubre daños provocados por uso indebido o provocados en carreras, pero que los eventos como en el que participó el protagonista de la historia, organizado por la National Auto Sport Association o eventos instructivos similares, no anularían la garantía.
Por otro lado, según destaca Carscoops, en algunos mercados como el de Reino Unido, la garantía de los Toyota GAZOO Racing estipula que el simple uso de un vehículo en un evento de conducción deportiva, no es, en sí mismo, motivo para denegar un reclamo de garantía.
Es evidente que la simple publicidad negativa que se estaba ocasionando, podría haber sido un motivo para que Toyota se hiciera cargo del reemplazo del motor averiado bajo garantía, aunque teniendo en cuenta que la propia marca destaca que los coches firmados por GAZOO Racing están pensados para un uso deportivo, no tiene mucho sentido. También es cierto que la publicidad que está recibiendo ahora la marca, incluyendo esta publicación que estás leyendo, sea motivo más que suficiente para hacerse cargo.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS