El Mazda MX-5, el roadster más vendido del mundo y recientemente actualizado, está de luto. El 12 de diciembre de 2021 falleció el que fuera su diseñador: Shunji Tanaka, quien también fue diseñador de Kawasaki. Tanaka formaba parte del Club MX-5 en Japón y tenía 75 años. La noticia la publicó un amigo cercano al diseñador y también miembro del mencionado club en redes sociales.
Tanaka era un tipo muy reservado y apenas se sabía nada de su vida, algo que han mantenido sus allegados al no publicar los motivos de su fallecimiento. No obstante, se dice que las últimas palabras fueron “no me arrepiento de nada”. Ciertamente, al menos en lo tocante a su trabajo, no tiene nada de qué arrepentirse, pues ha dejado una huella imborrable en el mundillo, tanto con cuatro como con dos ruedas.
El Mazda MX-5 estuvo en manos de muchas personas en sus inicios: Bob Hall, un periodista convertido en planificador de productos y quien le presentó inicialmente la propuesta al jefe de Mazda; Kenichi Yamamoto; Tom Matano y Mark Jodrna, quienes diseñaron los primeros conceptos en el estudio que Mazda tiene en California, trazando el un detallado camino para lo que vendría después. Otro personaje implicado en la historia del Miata fue Toshihiko Hirai, ingeniero jefe quien Hall acredita como el verdadero patriarca. Pero fue Shunji Tanaka quien convirtió todas las ideas en el coche que pasó a producción y que resultó ser uno de los mayores éxitos de Mazda.
Tanaka nació en 1945 y como hemos comentado antes, no hay mucho información sobre su persona. Pero respecto a sus contribuciones en el desarrollo del MX-5 si que hay datos. El proyecto le llegó cuando trabajaba en lo que sería la sexta generación del Mazda 929, que se pondría a la venta a mediados de 1986. El objetivo que se propuso a Tanaka fue la de refinar los diseños procedentes del estudio de diseño de Mazda en California.
Según una entrevista publicada en el Libro de Long, Tanaka afirmó que quería que el automóvil reflejara la cultura y los valores japoneses y se inspiró, en particular, en las máscaras de Noh, que ofrece una imagen diferente según el ángulo en que se miren y que el mismo tallaba en su tiempo libre.
Cada vez que tomo un cincel para crear una máscara Noh , siempre respeto la simplicidad tradicional y las curvas perfectas que se han transmitido a lo largo de los siglos. Dentro de la máscara se guardan muchos sentimientos y deseos diferentes, y su apariencia depende de la luz y las sombras cambiantes. Es muy característico de los japoneses y completamente diferente de la noción occidental de expresar la perfección de manera concreta.
También quería encerrar los ritmos —paz, movimiento y silencio— que existen en el corazón japonés, en la forma del automóvil deportivo. En busca de paz, miré hacia una estatua de la Diosa de la Misericordia en busca de inspiración, un símbolo verdaderamente elegante. Para el movimiento, pensé en un animal salvaje cuando está cazando, corriendo rápido y preciso, y para el silencio, la tranquilidad de la naturaleza. Quería que el coche se fundiera con el paisaje, reflejando la luz sobre sus superficies curvas.
Quería establecer un nuevo molde que fuera dinámico y original, pero claramente japonés en su origen: una mezcla de sensibilidad y tecnología moderna.
Más tarde se unió a Kawasaki al comienzo de la década de los 2000. Fue él quien logró cambiar la mentalidad que tenía Kawasaki hasta la fecha y entre sus trabajos en la compañía de motos japonesa, cabe destacar la primera generación de la Kawasaki ER-6N o las primera ZX-6R y ZX-10R.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS