El Mercedes-Benz GLC es un D-SUV de la marca alemana que se convirtió, durante el año pasado, en el modelo más vendido de toda su gama. Lanzado al mercado en 2015 —aunque, en realidad, significaba la continuación del Mercedes-Benz GLK rebautizado—, desde un año después amplió su oferta con una variante con una caída de techo más pronunciada hacia la trasera, para competir con el BMW X4 y otros modelos similares. Tras la actualización de la variante convencional hace algunos meses, hoy os traemos las novedades que implica la renovación del Mercedes-Benz GLC Coupé.
Con un rediseño de su exterior y una oferta mecánica modernizada, que solo cuenta con versiones electrificadas —desde híbridos ligeros a híbridos enchufables— de sus bloques gasolina y diésel de cuatro cilindros y dos litros, en todos los casos, el Mercedes-Benz GLC Coupé también presenta algunos cambios en su interior. Todo ello para seguir plantando cara a sus rivales en el mercado, y seducir a aquellos compradores que deseen adquirir un SUV menos versátil y práctico.
Monolítico, sí, pero más aerodinámico que la generación precedente
Una de las novedades más importantes de la segunda generación de este modelo es que han conseguido reducir su coeficiente aerodinámico (Cx) desde el 0,30 de la versión saliente hasta un nada desdeñable 0,27. En realidad, la razón de ser de este tipo de vehículos, que erróneamente aplican la denominación cupé a un formato de carrocería que no guarda relación con su definición estricta, es reducir la media de emisiones de su gama.
Todas las versiones que se ofertarán de este Mercedes-Benz GLC Coupé contarán con una parte eléctrica, es decir, solo existirán híbridos ligeros e híbridos enchufables en su catálogo, con motores a combustión gasolina y diésel
Y es que la habitabilidad interior en las plazas traseras, así como la capacidad de carga de su maletero, se ven notablemente perjudicadas respecto de lo que se ofrece en un Mercedes-Benz GLC SUV convencional. De este modo, y pese a que en esta segunda generación la capacidad de su maletero aumenta —en hasta 45 litros—, los entre 545 y 390 litros —más reducido en las versiones híbridas enchufables— que se declaran no alcanzan los 600 y 470 litros de la versión cuyo techo carece de la mencionada caída. Eso sí, el portón trasero cuenta, en todos los acabados, con accionamiento eléctrico.
No obstante, crece en la mayor parte de las dimensiones. Gana 31 mm de longitud en esta segunda generación —hasta los 4.763 mm— y su ancho de vías, de 1.627 mm en el eje delantero y 1.640 mm en el trasero, es 6 mm y 23 mm mayor, respectivamente. Aun así, es 35 mm más bajo —1.605 mm de altura máxima—, y se percibe a primera vista cómo la línea descendente de su techo hacia la parte trasera es ahora más suave, menos pronunciada.
No cabe duda de que presenta un aspecto monolítico, sin duda uno de los puntos fuertes de este tipo de vehículos para los potenciales compradores. El diseño exterior incorpora elementos propios del Mercedes-Benz Clase C actual, modelo con el que está íntimamente emparentado. De este modo, tanto los faros delanteros como los pilotos traseros adquieren unas formas más estilizadas. Los primeros nacen ahora, en su parte superior, de la calandra delantera, la cual adquirirá diferentes diseños en su patrón de malla en función del acabado seleccionado, como ya es norma en la marca de la estrella de tres puntas. En la parte trasera, se observa que los pilotos están unidos por un elemento decorativo, el cual no está iluminado como sí sucede en los modelos eléctricos de la marca. Sobre este, llama la atención el pequeño spoiler, integrado de forma fluida en las líneas de la carrocería —al estilo Hyundai i30 Fastback—, que le da un aspecto respingón a su zona posterior.
Las versiones híbridas enchufables del nuevo Mercedes-Benz GLC Coupé, con hasta 131 km de autonomía sin recurrir a su parte a combustión, cuentan con un modo de conducción eléctrico todoterreno
También el interior es indistinguible del que ofrecen su contrapartida SUV convencional, así como la berlina del segmento D del fabricante alemán. Para el cuadro de instrumentos, el Mercedes-Benz GLC Coupé emplea una pantalla de 12,3 pulgadas de diagonal, que se complementa con la que se sitúa en la zona central, de 11,9” —12,4” en opción— y en formato más bien cuadrado. Desde esta se tendrá acceso al sistema de infoentretenimiento MBUX, el cual se ha mejorado para esta segunda generación del modelo, especialmente su sistema de gestión por voz. El volante de tres radios dobles incorpora mandos táctiles.
Una gama completamente electrificada, ya sea a través de instalación de 48 voltios o en versión híbrida enchufable
Tal y como apuntábamos al inicio, la gama de motorizaciones del nuevo Mercedes-Benz GLC Coupé está por completo electrificada. En todos los casos, los propulsores a combustión son de cuatro cilindros y dos litros de cilindrada. En cuanto a las versiones con hibridación ligera, provistas de una máquina eléctrica con instalación de 48 voltios, estas se mueven entre los 204 CV y los 269 CV de potencia máxima.
Con respecto a las versiones híbridas enchufables, que ahora incrementan considerablemente su autonomía eléctrica —de hasta 131 km, con una velocidad máxima de 140 km/h cuando circulan sin emitir gases contaminantes a través de su escape—, las potencias máximas de las diferentes versiones disponibles se sitúan entre los 313 y los 333 CV. Su batería, de nueva factura, declara 31,2 kWh de capacidad y puede ser cargada por completo en menos de media hora, en caso de instalar el cargador de a bordo de 60 kW que se ofrece como opción —11 kW de serie—.
Con esta renovación, Mercedes-Benz quiere seguir plantando cara a las alternativas equivalentes que ofrecen sus rivales, principalmente los BMW X4 y Audi Q5 Sportback
Las opciones de equipamiento son muy numerosas, como es habitual en todos los modelos del fabricante alemán. Destaca la posibilidad de incorporar el sistema de suspensión neumática denominado AIRMATIC. Disponible con el paquete Technology, también incluye un tren trasero direccional que puede girar hasta 4,5 grados. Lo hará en sentido contrario a las ruedas delanteras hasta 60 km/h y en el mismo sentido a mayor velocidad, para mejorar su maniobrabilidad. Además, puede incorporar una cámara de visión periférica que cuenta con la opción de “capó transparente”, es decir, permite observar el terreno bajo el eje delantero para facilitar su conducción por terrenos difíciles más allá del asfalto.
El acabado de acceso se denomina AVANTGARDE y está caracterizado por contar unas llantas de 18 pulgadas de diámetro y diferentes detalles cromados en su carrocería. Por encima se sitúa el paquete AMG-Line, en cuyo caso las llantas crecen hasta las 19 o 20” y la calandra en el frontal ofrece el patrón de malla conformado por estrellas de tres puntas. Otras opciones de equipamiento a destacar son los faros matriciales Digital Light, capaces de proyectar imágenes sobre el asfalto, o el asistente de maniobra de remolque, que no solo ayuda a gestionar los giros, sino que también facilita la retención en descensos pronunciados.
El nuevo Mercedes-Benz GLC Coupé saldrá a la venta en julio de este año. Sus precios aún no han sido desvelados, pero se espera que se sitúen algo por encima de la versión del Mercedes-Benz GLC SUV convencional, que exige desembolsar al menos 60.000 euros para hacerse con una unidad en nuestro país.
David García
No conozco sensación mejor que la de un volante en las manos. Disfruto también con ellas sobre el teclado, escribiendo ahora para vosotros algo parecido a aquello que yo buscaba en los quioscos cuando era un guaje.COMENTARIOS