Radical. Así considero el cambio al que ha sido sometido el SUV coupé alemán de los cuatro anillos. No es para menos, pues hablamos de una nueva generación, la segunda para el Audi Q5 Sportback, el representante de la marca de Ingolstadt en un tipo de carrocería que embellece el inexpresivo diseño de los utilitarios deportivos convencionales. Radical la actualización de su exterior, radical la evolución tecnológica de su interior, pero con diferentes capacidades al abrir el portón y una tecnología mild-hybrid al día.
Necesitaba la Singleframe, la identitaria parrilla frontal de Audi, un lavado que la sacara de la monotonía a la que nos venía acostumbrando. El modelo 2025 le da la bienvenida a un panal que cede espacio en el morro, pero que impone condiciones con entradas notablemente más amplias que la generación anterior. Se nota en ellas un trato nuevo en el esculpido.
Gestos de un SUV “coupé” más deportivo
Es cierto que, como indica la automotriz alemana, este es un Q5 Sportback más deportivo. Además del protagonismo inobjetable de la entrada de aire horizontal de la zona baja que ahora conecta con las tomas en los lados, de momento, la carta de presentación es un modelo que reemplaza la sutileza del cromado –que igualmente continúa en el nuevo SQ5 Sportback– con unos marcos oscurecidos. El diseño en panal gobierna en cada toma, incluyendo el difusor trasero elevado e integrado en el paragolpes. El concepto muta. En los lados, los cambios tampoco son sutiles. El carácter coupé se acentúa.
La moldura superior, reubicada a la línea de las manijas. En sus llantas de aleación de 18 pulgadas, los 10 radios en superposición reciben originalidad en su rediseño. Me gusta más cómo queda el logotipo de esta manera que en su anterior versión. Sí, el techo es el magnetismo visual en todo esto, pero quiero destacar algo que se revela de perfil y es un voladizo delantero ligeramente extendido –aunque no dependa de la longitud del vehículo, los tres milímetros extra pueden ser una explicación–, con un ángulo de aproximación mejorado, más bajo. El spoiler delantero, optimizado, agradecido.
Madura digitalización
No hay comparación entre los interiores. Imanta el frente y todo su equipamiento. El paso hacia una tecnología más de avanzada es tan evidente como lógico. La evolución del sistema MMI de Audi es un cimbronazo. Su digitalización ha madurado.
Absolutamente nada que ver con la pantalla táctil de 10,1 pulgadas y el instrumental de 12,3, que ya estaban en vías de extinción. El conjunto digital se entrega a la vanguardia. Todo integrado. No desde el extremo izquierdo del salpicadero hasta la consola central, sino desde el extremo izquierdo hasta el derecho, porque ahora se agrega una tercera pantalla a manipular por el acompañante.
En su polo opuesto, el espacio de carga, hay buenas y malas noticias. El maletero del Sportback 2025 gana en volumen unos cinco litros, ya que pasa de los 510 a los 515. Esto, en su modo estándar. Cuando se pliegan los respaldos de la segunda fila de asientos, el volumen es menor respecto de la primera generación. Antes, 1.480 litros. Ahora, hasta 1.415.
Los beneficios de su nueva hibridación ligera
La gran novedad, la incorporación del sistema híbrido ligero MHEV plus, una electrificación de 48 voltios, con un generador que le da al coche un par adicional de 230 Nm y con una eficiencia superior. Con este sistema en común para las tres motorizaciones anunciadas para el lanzamiento –un cuatro cilindros 2.0 de gasolina y un 2.0 turbodiésel (con 204 CV en ambos y un par 60 Nm superior en el segundo), y un V6 3.0 con 367 CV y 500 Nm exclusivo del SQ5 Sportback–, el consumo disminuye, ya que permite pasajes de manejo en modo todo eléctrico –incluyendo estacionar– y la batería de 1,7 kWh se alimenta. Una alimentación constante, porque en los frenados la batería recupera la energía consumida.
A la espera de una cuarta motorización, la híbrida enchufable, por lo que no queda tanto más por esperar, es el inicio de los pedidos, apuntado para diciembre de este año. Mientras tanto, así se ha renovado se presenta este integrante de la línea quattro, una nueva generación que no podía seguir postergándose.
Mauro Blanco
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