Las cosas no pintan bien para la Fórmula 1 en España, según avanza El Confidencial. El único circuito que acogía una prueba puntuable para el Mundial de Fórmula 1, el Circuit de Barcelona-Catalunya, se encuentra al borde del precipicio. Las deudas igualan, casi al céntimo de euro, al patrimonio neto, pero hay que sumar las posibles pérdidas del presente ejercicio. El panorama no es bueno y el propio circuito podría echar el cierre el próximo año.
El pasado martes se llevó a cabo un consejo de administración de la mercantil Circuits de Catalunya, en la que tiene mayoría la Generalitat a través de Avançsa (ente del Departamento de Empresas), pero que tiene participación del Ayuntamiento de Montmeló y del Real Automóvil de Cataluña (RACC). Una reunión que dejó al descubierto enormes deficiencias en la gestión de las instalaciones y una situación financiera absolutamente crítica.
Se cerrará el año con unas pérdidas acumuladas de 32,6 millones de euros, que crecerán presumiblemente con las posibles deudas que se generen durante 2020. El patrimonio neto del consorcio es, exactamente, de 32,6 millones de euros y, por tanto, se encuentra en la quiebra técnica. Los ingresos han ido cayendo ejercicio tras ejercicio tras ejercicio y ya en 2018 cerró con unas pérdidas de 9 millones de euros.
Unas pérdidas que fueron compensadas con subvenciones desde el gobierno a fondo perdido. La Generalitat puso sobre la mesa 6 millones de euros, la Diputación de Barcelona hizo lo propio con 1,03 millones de euros y el Ayuntamiento de Barcelona puso 2,5 millones de euros. El objetivo era, en teoría, fomentar Barcelona como capital del deporte.
El agujero contable de Montmeló, que se ha convertido en un cementerio de dinero público, deja incluso en el aire el propio funcionamiento de la instalación a partir del próximo ejercicio https://t.co/FDYn8ieOOx
— El Confidencial (@elconfidencial) February 28, 2020
Pero no acaba aquí todo este lío de capitales, porque el Govern de Torra concedió, en el año 2018, otros 8 millones de euros para costear parte del canon anual que pide Liberty Media para formar parte del “Gran Circo”, que asciende a 22 millones de euros. Desde la dirección del circuito se asegura que el Gran Premio de España de Fórmula 1 genera nada menos que 163 millones euros de ganancias, pero no permite cubrir gastos y la asistencia al circuito desciende cada año. De hecho, hay que regalar miles de entradas todos los años para que las localidades no luzcan vacías.
El próximo mes de mayo será la última prueba acordada con Liberty Media, un contrato firmado al límite del plazo que exige la organización y con una prórroga de un solo ejercicio. Está en duda que se logren reunir los 22 millones de euros para permanecer en el calendario un año más y las administraciones públicas han cerrado el grifo y no habrá dinero para seguir cubriendo pérdidas.
Según parece, el consejo de administración tuvo sus momentos tensos, ya que un informe de la Intervención General de la Generalitat sobre Circuits de Catalunya ha detectado que el director de las instalaciones, Joan Fontseré, habría autorizado pluses salariales fuera de convenio para la cúpula del organismo por un importe de 722.904 euros. También se detectaron contrataciones irregulares de trabajadores temporales y graves anomalías en el sistema de adjudicación de contratos menores. Además, el estudio también asegura que el director del circuito de Montmeló recibió un salario de 104.000 euros en 2018.
Comunicado oficial ante la noticia publicada por el diario “El Confidencial” y difundida por otros medios de comunicación.https://t.co/jXQ7CphE4m
— Circuit de Barcelona-Catalunya (@Circuitcat_es) February 28, 2020
Tras estos descubrimientos, el presidente del consejo de administración durante los últimos nueve años, Vincenç Aguilera, dimitió el mismo martes alegando motivos personales. También peligra el acuerdo con Dorna, propietaria de los derechos del Mundial de MotoGP con quienes hay un contrato hasta 2021. El Circuit de Barcelona-Catalunya ha emitido un comunicado de prensa dando su versión de los hechos.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS