¿Te suena el nombre de Rodin Cars? Es posible que no, a nosotros nos ha pasado y hemos tenido que hacer un repaso a nuestras fuentes para poder refrescar la memoria. Rodin Cars es una empresa neozelandesa, que en el año 2019 se presentó con un modelo de lo más particular, aunque “recuperado” de un proyecto que fue un enorme fracaso. Lo llamaron Rodin FZED y en realidad era un Lotus T125 actualizado y revisado.

El Lotus T125 formaba parte de un proyecto puesto en marcha en 2011. El coche era un monoplaza muy cercano a un Fórmula 1, el cual, serviría para poder participar en una liga de carreras privada y contar con un equipo de mecánicos y un entrenador personal. Todo ello por un millón de euros. Se fabricaron muy pocas unidades y el proyecto se canceló. Rodin dijo en su momento que solo vendería el coche a pilotos muy experimentados y entusiastas, pero poco más se ha sabido desde entonces.

Ahora, la pequeña compañía con sede en Nueva Zelanda, se presenta con un nuevo modelo, que es tan radical como el primero, pero lejos de ser un fórmula como el primero. A simple vista, parece más bien un sport prototipo de los años 90, pero llevado al extremo y con aires de superdeportivo del futuro. Incluso tienes cierto parecido con el Caparo T1, otro aparato superradical del que poco más se supo.

Para la ocasión, bajo el nombre de Rodin FZero, buscan ofrecer el coche más rápido del planeta. Objetivo para el que no han ahorrado en costes y, por supuesto, se ha diseñado con absoluta libertad, pues no tiene obligación de cumplir ningún reglamento técnico. Es un coche exclusivamente para circuito, para track days, aunque habrá que tener unas manos muy expertas para poder sacarle la quintaesencia.

El concepto del FZERO es crear un coche que sea más rápido que un Fórmula 1 actual… Quería construir el motor de 10 cilindros, 4.0 litros, más ligero y compacto posible”. David Dicker, fundador de Rodin Cars

El Rodin FZERO es un coche bastante peculiar. De primeras, es enorme. Mide 5.500 milímetros de largo y 2.260 milímetros de ancho, y, sin embargo, con una batalla de tres metros, solo tiene una única plaza. Todo en el coche se ha pensado para ser rápido, sin compromisos, y por ello, tiene uno de los diseños más particulares de los últimos años.

Un cuerpo central con forma puro, hace las veces de habitáculo y soporte del motor. A este, se le unen las ruedas mediante suspensiones de dobles triángulos con amortiguadores on board tanto delante como detrás, que cuentan con un carenado bastante abultado en la parte delantera y un carenado mucho más espectacular en la parte trasera, pues el carenado se alarga hacia atrás para fusionarse con un alerón de enormes dimensiones.

Todo muy espectacular, fabricado íntegramente con fibra de carbono y capaz de generar, gracias a la inclusión de un piso totalmente plano, según afirma el fabricante, nada menos que 4.000 kilos de carga aerodinámica, al menos en las simulaciones, claro.

Una presentación de lo más interesante, no cabe duda, pero todavía quedan cosas por contar. Para dar vida a tan llamativo aparato, se opta por un propulsor V10 biturbo de 4.000 centímetros cúbicos, cuyo ángulo entre bancadas es de 72 grados, tiene bloque y culatas fabricados con aleación de aluminio fundido, pistones de aluminio forjado y un cigüeñal de acero –fabricado a medida por Neil Brown Engineering–. A este, se acopla un motor eléctrico que lo convierte en uno de los coches híbridos más radicales y espectaculares que se pueden encontrar en producción –aunque en este caso, limitada a una tirada de 27 coches, aunque luego podrían fabricarse más–.

La potencia generada por el motor de combustión es de 1.013 CV a 9.50 revoluciones y 700 Nm de par a 8.500 revoluciones, mientras que el eléctrico rinde 174 CV. En conjunto, se alcanzan los 1.176 CV, los cuales, se envían únicamente a las ruedas traseras mediante una caja de cambios automática de ocho relaciones fabricada por Ricardo. Según Rodin Cars, la velocidad máxima es de 360 km/h.

Como curiosidad, en una entrevista con la revista británica Autocar, Dicker, el fundador de la compañía, defendía la adopción del nombre de un famoso escultor, cuya obra más conocida es “El Pensador”: “Un automóvil es enteramente un producto del pensamiento humano, y todos esos nombres de animales que la gente usa son ridículos”.