El Renault Captur ha sido un éxito de ventas casi desde que se puso a la venta, un modelo que ha calado muy bien entre los usuarios y que se ha convertido en un referente en las dos generaciones que ha tenido hasta el momento. La primera lucía más desenfadada, más juvenil y alegre por sus combinaciones de colores y su diseño interior, mientras que la segunda se volvió algo más serio y adoptó las tendencias en cuanto a diseño interior y soluciones, lo que hizo que se perdiera ese talante juvenil para volverse menos alegre.
Ahora, tenemos un nuevo capítulo más en la saga Captur con el restyling de la segunda entrega del modelo, una renovación que incide todavía más en esa pérdida de esa jovialidad, para volverse todavía más serio en su mirada y en su concepto. Gilles Vidal, el actual director de diseño de la firma francesa, busca darle una nueva identidad a los productos de Renault y, al parecer, da sus frutos porque las reacciones al nuevo Captur son bastante buenas. Personalmente, prefiero esperar a tener el coche delante, porque a decir verdad, con las fotos como referencia, prefiero el modelo saliente, no me convence el frontal y me da la impresión que no cuadra con el diseño de la trasera.
Pero claro, yo no soy la mayoría y, por tanto, es evidente que soy un caso aparte. La mayoría de las reacciones vistas hasta el momento son más bien las contrarias a la mía, incluso he visto que revistas como Autofácil lo catalogan como “más bonito”. Cuestión de gustos personales, obviamente, así que vamos a ver otras cosas que trae como novedad el restyling, que básicamente se centra en cuestiones tecnológicas, principalmente para el equipo multimedia.
Ahora monta el sistema openR link, que es el de mayores prestaciones disponible para el modelo y se compone de una pantalla de 10,4 pulgadas colocada en vertical –posición que se estrenó con la segunda generación–. Funciona con el sistema operativo Android Automotive 12, con todo lo que ello conlleva –acceso a tienda virtual de aplicaciones con opciones como Waze, Easy Par, Spotify o Amazon Music, vamos, lo que piden los usuarios–. Admite actualizaciones desde la nube. La instrumentación también es nueva en las versiones más equipadas.
Pero no es lo único nuevo, aunque lo parezca a simple vista. Según parece, algunos elementos del habitáculo se realizan con materiales sostenibles, una nueva tendencia que busca, como cabe esperar, un mayor respeto por el medio ambiente. Todo lo que concierne al diseño no presenta diferencias con el Renault Captur saliente, solo la presencia de la versión Esprit Alpine, que añade nuevos detalles específicos para el habitáculo.
El resto de cambios los encontramos en la puesta a punto y en la gama de motores, donde desaparece el grupo motor híbrido enchufable de 160 CV y se quedan como únicas opciones los motores de gasolina y GLP, el grupo microhíbrido y el híbrido convencional que tan buen resultado da. De hecho, si tuviera que escoger una versión para llevarla a mi garaje, sin duda, escogería cualquiera que estuviera equipada con el grupo motor híbrido de 143 CV.
Con respecto a la puesta a punto, se ha revisado la geometría de los componentes que dan forma a la suspensión y los amortiguadores, más una revisión completa y un nuevo calibrado de la dirección asistida en el caso de la variante híbrida convencional. Se añaden, además, más opciones en cuanto a modos de conducción, aunque solo para las versiones E-Tech con llantas de 18 pulgadas y con la opción “Extended Grip”, y se centran en dos nuevos modos de conducción: nieve y todoterreno.
Poco más hay realmente nuevo en el restyling del Renault Captur, aunque son novedades importantes y el rediseño estético, como se ha dicho al comienzo, parece haber sido todo un acierto. Estaremos atentos para pedirle una unidad a la marca y poder comprobar si se notan realmente los cambios y si, además, el diseño cambia una vez visto en vivo. A veces, hay coches que en las fotos no entra por los ojos, pero una vez con el coche delante, las cosas cambian.
Galería de fotos
Renault Captur Hybrid Techno
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".Coincido, no es que sea feo el diseño, ahora se diferencia mas del Clio del que parte, pero no veo continuidad del frontal anguloso y mas serio con la trasera mas redondeada y con estilo diferente. Aún así estaría en mi lista de candidatos.