La “suverización” de Citroën se ha completado, si es que acaso existe esa palabra. Con la presentación del nuevo Citroën C3, que hace acto de presencia como coche totalmente eléctrico, no quedan modelos convencionales en el catálogo de la firma francesa, pues esta nueva generación del utilitario de los chevrones, llega con rasgos mucho más SUV, aunque también es verdad que la generación saliente ya tenía aspecto de SUV. Así son las cosas, y así nos espera el futuro próximo, donde no habrá coches “normales”, sino toda clase de SUV y crossover a cada cual menos significativo. Y decimos esto porque no hay nada realmente novedoso en ninguno de ellos, simplemente, es un SUV entre un montón de opciones que se ofrecen actualmente.

En este caso, Citroën le imprime toda su personalidad, que como siempre, va por un camino propio donde la sutileza, en ocasiones, no tienen lugar. ¿Es un coche feo? Bueno, eso, como siempre, según los ojos de quien lo mire, pero es evidente que será totalmente identificable entre el resto de automóviles que circulan por las calles, aunque también es evidente que este tipo de diseños, suelen envejecer mucho antes que otros más delicados y suaves, como los de Mazda, por ejemplo. No obstante, no quitemos mérito a las cosas antes de tiempo, es muy posible que ahora mismo hablemos más de la cuenta y acabemos por tener que rectificar, pero la sensación, nada más ver las imágenes, es que no soportara bien el paso del tiempo.

Opiniones que pueden no ser compartidas por el resto, obviamente, y se agradece, porque en caso contrario, todo sería muy aburrido, en la variedad está el gusto, o eso se dice, aunque a veces, el gusto brilla por su ausencia. Pero no es el caso del nuevo Citroën ë-C3, que a pesar de su particular imagen, no está falto de equilibrio, pues, no tiene exceso de líneas de tensión, y así vista, todo parece tener cierta coherencia. Tampoco pasa desapercibido, que supone una ruptura total con la generación saliente, cuyo diseño destacaba por la presencia de líneas curvas y resultaba menos rotundo.

En el habitáculo, también encontramos una ruptura con el anterior C3 y presenta unas líneas absolutamente simples, incluso espartanas, es casi anodino en sus formas. No dudamos que se habrá pensado en la versatilidad y en la practicidad, pero se prescinde de botones físicos y eso, deja la practicidad tirada en la basura. No obstante, esto es una ilusión, porque mantiene los botones físicos para la climatización –están situados bajo las salidas de aire centrales–. También incluye una pantalla no integrada en el diseño, un detalle que parece seguir todos los fabricantes y que resulta poco atractivo, porque la pantalla parece un pegote puesto ahí a posteriori, como si se hubieran olvidado de ponerla antes. Citroën llama a esta forma de diseñar el habitáculo como “C-Zen Lounge”.

Pero, aunque pueda parecer un SUV más, podemos decir que tendrá algo que muy pocos tienen: un precio al alcance de todos, o casi todos los bolsillos. El precio de venta al contado, es decir, sin financiación, es de 23.800 euros, y no se incluyen los descuentos que pueda ofrecer la marca ni los descuentos gubernamentales. No hay otro coche de características similares que sea más barato. El Dacia Spring tiene un precio más contenido, son 22.205 euros, pero también es mucho más pequeño y sus prestaciones son más limitadas. Pero además, la marca afirma que se añadirá más adelante una segunda versión con motor eléctrico con un precio inferior a los 20.000 euros –sin descuentos ni promociones–, aunque habrá que conformarse con una autonomía de 200 kilómetros.

El Citroën C3 es uno de los coches más vendidos de la marca francesa. Desde que se lanzó en 2002 para reemplazar al Citroën Saxo, se han vendido más de 5,6 millones de unidades en todo el mundo y representa el 29% del volumen de ventas a nivel europeo, mientras que acaparó el 11% del mercado global en 2022. Nada mal, y un diseño tan particular no será un motivo para que esas ventas se ralenticen, aunque ofrecer solo una opción eléctrica para comenzar con sus ventas si podría reducir su demanda. No obstante, más adelante llegarán propulsores alimentados por gasolina, seguramente los PureTech con algún tipo de hibridación.

Por ahora, como decíamos, estará disponible con un motor eléctrico, de hecho, ya es posible realizar pedidos, aunque las entregas comenzarán en 2024. Dicho motor eléctrico promete 113 CV y está colocado en el vano delantero. Es tracción, por supuesto, y cuenta con una batería de litio-ferrofosfato –LFP– de 44 kWh de capacidad. Puede cargar a 100 kW de potencia, y según el fabricante, se puede pasar del 20 al 80% en 26 minutos. También carga a 11 kW, con lo que obtiene del 20 al 80% de capacidad de la batería en dos horas y 15 minutos. La autonomía media homologada es de 320 kilómetros y la velocidad máxima está limitada a 135 km/h.

Las opciones de equipamiento son dos: You y Max. El primero es el más básico y no tiene ni Android Auto ni Apple CarPlay, que solo están disponibles en el Max. Sin embargo, la conexión del teléfono con el coche se realiza mediante NFC, siempre que se tenga lo que Citroën llama “My Citroën Play with Smartphone Station”, que viene a ser un soporte para el teléfono móvil con la mencionada conexión NFC y que permite usar el smartphone como sistema multimedia a través de una aplicación desarrollada a tal efecto. El acabado Max incluye pantalla de 10,25 pulgadas, carga inalámbrica y la conectividad ya mencionada.

Curiosamente no tiene instrumentación, o no es como la conocemos hasta el momento. Toda la información necesaria para la conducción se ven en una especie de proyector que está encastrado en una franja horizontal colocada en la base del parabrisas. Es una franja bastante estrecha y la información mostrada es básica –velocidad, batería y autonomía–.

También merece la pena destacar la presencia de los topes hidráulicos de la suspensión, tanto en extensión como en compresión, en todas las versiones, que se combinan con los asientos “advanced confort” en el acabado Max.

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