Uno de los principales escollos de los coches eléctricos es, por lo general, la autonomía, seguida de cerca por los tiempos de carga. Es más, normalmente estas dos cosas se suelen combinar para hacer que muchos usuarios ni quieran ni ver en pintura un coche eléctrico. Por una parte, tienen razón, es un inconveniente importante el tema de las autonomías, porque no se puede ir muy lejos y además, con la notable falta de infraestructura, te la juegas con cada desplazamiento. Y si encuentras cargador, tienes que esperar mucho tiempo para que se complete la carga.
Es lógico que estos problemas vayan desapareciendo poco a poco, que la evolución mejore las características y las prestaciones de los coches eléctricos, pero por ahora, los fabricantes se han centrado en ofrecer baterías grandes, cuanto más grandes mejor, porque ofrecen más autonomía. Sin embargo, tienen un problema tan grande como su capacidad: se tarda más en cargarlas por completo. De hecho, ya hay quien se muestra escéptico respecto a los coches eléctricos con gran autonomía, como el director ejecutivo de Mazda en Estados Unidos, Jeffrey Guyton, quien opina que pueden no ser la solución más viable para el futuro.
Según sus propias palabras, en declaraciones a Green Car Reports, la mayoría de los usuarios no necesitan un vehículo con una autonomía de 300 millas –482 kilómetros–, y menos todavía con mayor alcance. Afirma que “no creo que eso sea realmente sostenible”. Al parecer, cree que los usuarios deberían cambiar sus prioridades y necesidades en función de la experiencia y señaló, además, que una vez se den cuenta de la facilidad de carga de un vehículo eléctrico en casa, y que no se necesita tanto rango para una conducción diaria. Cuando eso ocurra, dejarán de buscar coches eléctricos con mucha autonomía. Por tanto, lo más importante para el futuro del coche eléctrico, es la expansión y mejora de la infraestructura de carga pública.
Guyton dice que tiene mucho sentido emplear paquetes de baterías pequeños, que pesan menos y son más baratos, pero que pueden recargarse más rápido. Su lógica es que si un coche eléctrico con una batería pequeña puede recargarse rápidamente, no necesita un paquete de baterías enorme con mucha autonomía, sobre todo porque es muy probable que el propietario solo conduzca una decena de kilómetros al día.
Actualmente, los fabricantes apuestan por baterías de gran tamaño y anuncian cargadores integrados que soportan enormes cantidades de potencia, pero puntos de carga públicos que ofrezcan esas cargas hay muy pocos y están en grandes ciudades. Las zonas limítrofes o los pueblos pequeños, no tienen ese acceso a cargadores y tienen más limitado el uso de los coches eléctricos, a no ser, que tengan que desplazarse para cargar. Sí, es cierto que para poner gasolina hay que desplazarse mucho, pero en 10 minutos estás de regreso a casa con tu coche y con un eléctrico, te tienes que volver andando.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS