El Škoda Octavia apareció en 1997 y suponía un cambio radical en la compañía checa. Era su apertura al mundo con un producto realmente pensado para triunfar en toda Europa y desde luego, así fue. Se convirtió en la mejor elección por relación calidad-precio y demostró, entre otras cosas, una fiabilidad y versatilidad muy elevadas.
Pero no fue un simple coche para las masas, poco a poco llegaron versiones de lo más interesante, como el Škoda Octavia RS, la variante más potente y prestacional de la gama, o el Škoda Octavia Combi 4×4, el cual, se ofrecía, entre otras cosas, con el motor 1.8 20vt de 150 CV.
Dicha versión apareció en el año 2001 y según llegó a las tiendas, se posicionó como la opción más potente, prestacional y equipada de todas las versiones con tracción total. La gama estaba compuesta por el 1.9 TDI en versión de 101 CV –al comienzo se lanzó con la variante de 90 CV–, el 2.0 gasolina de 115 CV y el 1.8 20vt de 150 CV.
El motor es un viejo conocido de VAG, ya que se montaba en infinidad de modelos, desde la propia Škoda hasta la misma Volkswagen, sin olvidar SEAT o incluso Audi. Fue uno de los mejores motores de su tipo, y aunque nació en plena era diésel, contó con un merecido reconocimiento. Junto a los 150 CV, el motor rendía 210 Nm entre 1.750 y 4.600 revoluciones, lo que permitía al Octavia Combi 4×4 alcanzar los 211 km/h y acelerar de 0 a 100 km/h en 9,3 segundos. El consumo de 8,8 litros cada 100 kilómetros de media tampoco se puede considerar un mal dato, aunque actualmente se logren cifras más bajas.
Para la ocasión, en el Octavia Combi 4×4 se combinaba con el sistema de tracción total Haldex, que contaba con un reparto de par entre los ejes mediante un sistema multidisco controlado electrónicamente. Además, también se montó una suspensión con mayor recorrido –sobre todo en el eje trasero, pero nada realmente exagerado–.
Cuando se lanzó el Combi 4×4 con el motor 1.8 20vt, la gama Octavia había recibido un restyling poco antes, que afectó a los paragolpes, a las molduras de la carrocería y a la calandra. Una serie de detalles que permitieron mejorar el Cx hasta situarlo en 0,30. También se modificó ligeramente el habitáculo y se ganaron 22 milímetros para las plazas traseras, aunque en el caso del Octavia Combi 4×4 1.8 turbo, se tuvo que modificar el eje trasero y se perdió el doble fondo del maletero.
La gama se componía de varias opciones de acabado, aunque destacaba la variante Laurin & Klement, la más lujosa y equipada que se ofrecía en Škoda en aquellos años.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS