Brabham Automotive cierra sus puertas, al menos temporalmente, y tampoco podemos afirmarlo al 100%, porque parece ser algo de poca repercusión. David Brabham, el hijo menor de la leyenda del automovilismo Jack Brabham, anunció en Instagram que él y Fusión Capital, el grupo inversor que respalda económicamente la marca, terminaron su relación y disolvieron la compañía. Está claro que a día de hoy el nombre no lo es todo, y apellidarse Brabham no incluye la fórmula del éxito.
Su superdeportivo, el Brabham BT62, fue lanzado en 2018 con un V8 de 5,4 litros atmosférico, capaz de general la nada desdeñable cifra de 710 CV. El Brabham BT62 cuenta con una suspensión de triángulos superpuestos delante y detrás, amortiguadores Ohlins ajustables de cuatro vías pushrod, barras estabilizadoras regulables, y un enfoque claro al rendimiento en circuito. El conjunto marca en báscula 972 kilos en seco, y el empuje de su propulsor a través de su propulsión trasera es muy eficaz gracias a una caja de cambios secuencial de seis velocidades.
Su aerodinámica es capaz de producir 1.200 kg de carga, y en 2020, Brabham anunció una versión legal para circular en la calle, denominado BT62R. Esta versión es casi idéntica al enfocado a su uso en circuito, únicamente adoptó un escape menos ruidoso, suspensión adaptable y aire acondicionado. Se desconoce la cantidad de vehículos que se fabricaron, pero sí hubo entregas a clientes, por lo que parece que serán pocos y objeto de deseo para coleccionistas que superarán con el tiempo la cifra de 1,35 millones de euros, precio por el que podías hacerte con uno.
En vista de las declaraciones de David Brabham tampoco significa una despedida definitiva, “Con la rescisión de la licencia de marca para Automotive, se abren posibilidades para futuros proyectos empresariales en competición y automoción” comentó en Instagram. Analíticamente, un coche tan radical por un precio tan elevado quizá no sea lo más adecuado para el mercado actual, ya que es un grupo muy pequeño el que, teniendo presupuesto, busca un coche de estas características.
Bajo mi punto de vista quizá sería más adecuado buscar la misma fórmula por una fracción de ese precio, un rival digno del Porsche GT3 RS podría ser interesante, incluso buscando competir para darle imagen deportiva al modelo, con la misma visión con la que Ford dispone de un Mustang GT3. Está claro que el bueno de David no lo tiene fácil para hacer destacar su obra, apostó por una versión Competition que dotaba de algunos repuestos al adinerado propietario, pero quizá bajar un poco en la escala podría hacerle ganar más visibilidad y clientes.
Esperemos que no le cueste encontrar nuevos inversores y que no sea necesario despedirnos de tan ilustre apellido, y si puede ser, que reconduzca sus planes de negocio hacia un producto más próspero, aunque no pierda su identidad extrema. También es verdad que es difícil competir a día de hoy con una empresa pequeña contra las todopoderosas que llevan a la cabeza del sector décadas.
Francisco Javier Rodriguez
En la época en la que pasaba el día dibujando coches, alguien me preguntó: ¿pero a ti te gusta más la mecánica o la carrocería de los coches? Esa misma semana leí el Manual del Automóvil de Arias Paz. Tenía 14 años, esa simple pregunta es la razón por la que estoy aquí, desde entonces no he parado de aprender sobre lo que se convirtió en mi pasión.COMENTARIOS