Se podría pensar que las restricciones a la movilidad han hecho más seguras nuestras carreteras, y es lógico que, al haber menos desplazamientos, haya menos accidentes. Sin embargo, todos los peligros al volante no se reducen con un tráfico más fluido, en especial aquellos que residen en nuestra cabeza como son los problemas a la hora de llevar un descanso adecuado. La Dirección General de Tráfico ya ha avisado sobre esto en su Twitter oficial, los españoles sufren un 30 % más de problemas de sueño tras el comienzo del estado de Alarma por el coronavirus.
La ansiedad y la depresión que han provocado tanto la pandemia en sí como las limitaciones impuestas para controlarla habrían hecho que hasta un 90 % de la población pudiera tener problemas para dormir adecuadamente, según estima la doctora Elia Gómez Merino para la web de la DGT. Otros factores que provocan falta de sueño son la fatiga, tanto física como mental, y la ingesta de medicamentos, que también ha aumentado como consecuencia de la pandemia.
Uno de los principales peligros que conlleva la conducción con somnolencia es lo que se denomina “microsueños”, que son momentos de unos pocos segundos en los que el conductor se duerme, con los ojos cerrados, y pierde totalmente la consciencia de la carretera y los demás vehículos. Hasta un 59,22 % reconoce haber tenido alguna vez esta sensación de haberse quedado “microdormido”, según un informe de la Fundación CEA (Comisariado Europeo del Automóvil).
Con la pandemia los problemas de sueño 😴 han aumentado un 30%, lo que incrementa el riesgo de #accidentetráfico.
Sobre todo salidas de vía, en vías rápidas, a media tarde/medianoche y con un solo vehículo implicado 🌆 .
👉 https://t.co/xQ1HMVZzcY#SeguridadVial pic.twitter.com/XZWHrSI980
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) November 2, 2020
Ya fuera de la pandemia, es importante destacar como una de las principales cusas de somnolencia diurna a la apnea obstructiva del sueño (AOS). En 2018 el Reglamento General de Conductores fue modificado, y se incluyó la AOS como posible causa para la retirada del carné de conducir. Esto se daría en el caso de que la persona con AOS padeciera un número elevado de estas interrupciones de la respiración durante el sueño que provoca la enfermedad.
Además de la mencionada somnolencia diurna, la AOS también puede originar déficit de atención, dolores de cabeza e incluso insuficiencia cardíaca. Todos estos son elementos que multiplican el riesgo a tener un accidente conduciendo. Por ello, los fabricantes de automóviles están tratando de reducir este problema con diversos sistemas de ayuda al conductor. El más extendido hoy en día es el asistente que evita que cambies de carril de forma involuntaria, como el LKAS.
Otro que también es bastante común es el sistema de frenado de emergencia, que detecta si el coche no está disminuyendo su velocidad adecuadamente (p.ej., el conductor se asusta, levantando el pie) y frena de forma automática a fondo para evitar un impacto. Están en desarrollo dispositivos más avanzados, que incluso sean capaces el estado del conductor a través de analizar sus ojos, pero sin duda el mejor método sigue siendo descansar adecuadamente por las noches y detenernos en cuanto sintamos el más mínimo síntoma de fatiga o sueño.
La accidentalidad no está bajando de forma pareja a los desplazamientos
Esta solo es una de las causas por las cuales los accidentes no han disminuido tanto como deberían, al haber muchos menos desplazamientos por toda la situación provocada por el coronavirus. Otras, como el exceso de velocidad o las distracciones también han colaborado a que veamos datos como el incremento del número de accidentes provocados por salidas de la vía, que pasó del 39 % en 2019 al 65 % del total este año.
También es reseñable que, en el primer mes tras el final del confinamiento, aumentaran los fallecidos en un 1 % en comparación con 2019, cuando había descendido un 22 % el número de desplazamientos con respecto al mismo período del año previo. Si bien es cierto que el número de accidentes en 2020 ha disminuido en casi un 30 %, al igual que las muertes en carretera lo hicieron un 20 %, era de esperar cuando la gran mayoría de la población ha estado sin salir de su domicilio durante meses, y, por tanto, sin utilizar su coche ni circular.
Por ello, los datos no dejan de ser negativos cuando se ponen en relación con el descenso de desplazamientos que ha habido en este período
Analicemos el verano, uno de los períodos con mayor siniestralidad de cada año, y también uno en los que más gente hace viajes largos por carretera. Se redujo en un 9 % el número total de desplazamientos en el período veraniego, pasando de 91,2 millones de desplazamientos a 82,8 millones. No obstante, tan sólo bajó un 6 % el total de fallecidos con respecto al 2019 (de 215 a 202), lo que evidencia un mayor número de accidentes por conductor en la carretera de lo que vimos el pasado año.
Por todo esto, debemos seguir completamente alerta y no confiarnos o despistarnos al volante. Aunque haya menos conductores y eso nos pudiera dar una sensación de falsa seguridad, siempre podemos ser nosotros los que causemos el accidente, nuestra propia vida está en juego cada vez que nos sentamos en el asiento del conductor, es algo que siempre hay que tener presente. Debemos conducir únicamente cuando nos encontremos al 100 % de nuestras capacidades físicas y mentales, y de esta forma sí conseguiremos reducir de forma efectiva la siniestralidad en nuestras carreteras.
NOTA: Los datos del año en curso son siempre a 24 horas y exclusivamente en vías interurbanas.
Luis Martínez
Cuando era un niño, no podía pasar una semana sin el nuevo número de mi revista de coches favorita. De adolescente, descubrí que me apasionaba escribir, divulgar y comunicar ideas. Ahora me encuentro dando mis primeros pasos en la profesión que me apasiona de la mano de la afición que ocupó buena parte de mi infancia, toda una suerte que demuestra las vueltas que puede dar la vida.COMENTARIOS