Toyota y Subaru han sido, por lo general, marcas que han destacado por su fiabilidad. ¿Acaso alguien duda de la durabilidad de un Subaru o un Toyota? Casi nadie, a no ser que tenga en el garaje la última generación de los Toyobaru, los Toyota GR86 y Subaru BRZ. Parece ser que ambos modelos tienen algunos fallos en cuanto a fiabilidad importantes, o más bien se podría decir que se trata de una chorrada que prepara una del copón. En la línea de montaje se pone demasiado material de junta en el cárter, tanto, que pasa al aceite y tapona los conductos de lubricación con el consiguiente destrozo. Es tan estúpido que todavía nos preguntamos como no han puesto remedio en producción… Y no es por desconocimiento, ya que ambas marcas han tenido que hacerse cargo de varias reparaciones en garantía –aunque han intentado escabullirse, por supuesto–.
Es una lástima que dos modelos –¿o es uno solo?– diseñados para conducir, para puristas de la conducción, tengan un problema como ese. Ambos fabricantes ofrecen estas dos visiones de un mismo automóvil desde 2012 y se han ganado una legión de seguidores, sobre todo fuera de Europa, donde parece que hemos perdido la pasión por la conducción en toda su esencia. Sobre todo en la segunda generación de ambos modelos, que ganan en potencia y par –con un motor más grande–, y pulen algunos detalles de las primeras entregas para ofrecer un resultado todavía más redondo.
Sin embargo, parece que, al menos Subaru, tiene planes para el BRZ, planes que no son nuevos, pero que podrían convertirse en realidad ahora. Y esos planes no son otros que la puesta en escena de una versión STi para el coupé. Se han creado dos concept cars del Subaru BRZ STi, uno en 2011 y otro en 2015, pero nunca llegaron a producción. Sin embargo, todos los rumores apuntan a que 2023 será, por fin, el momento indicado para ello. Es cierto que, según rumores y habladurías, ya deberíamos haber visto una versión de producción del Subaru BRZ STi, pero todavía esperamos que sea el momento indicado o que, en la directiva de la marca, crean que merece la pena la inversión. No olvidemos que todo gira en torno a la rentabilidad y no está claro que una versión más prestacional de los Toyobaru sean rentable.
El pasado 17 de julio se comentó la llegada de un BRZ, digamos, especial, más “nítido y enfocado”, como dicen en inglés. Por el momento, el pasado 23 de julio de 2023, el Subaru BRZ recibió algunos retoques siguiendo la edición “Trueno” del Toyota GR86. Dicha versión se presentó durante el Subie Fest, que se celebró en California y entre los detalles que llamaron la atención de los presentes en el evento, estaba detalles como el logotipo del modelo en color rojo, un indicativo sutil, de que STi roció algo de magia sobre el coupé japonés. Magia que se centra en el chasis con unos amortiguadores Hitachi de nuevo cuño, especialmente puestos a punto para el BRZ, pero no se menciona nada más.
Hay quien afirma que el BRZ STi será el canto del cisne, la despedida de los Toyobaru y de la colaboración entre ambas compañías, al menos en cuantos a “pequeños” deportivos se refiere –no olvidemos que Toyota controla parte del accionario de Subaru–. En Toyota, según se dice, preparan un GR86 mucho más cañón, tanto, que algunos apuntan al empleo del grupo motor del Toyota GR Corolla, incluso apuntan al avistamiento de una “mula de pruebas” y a unas declaraciones del ingeniero jefe de Toyota, Naoyuki Sakamoto, quien confirmó que un GR86 equipado con el G16-E GTS competiría en al serie de carreras Super Taikyu japonesa. Esto significa que el modelo debe someterse a homologación y, por tanto, debería llegar a producción en 2025 a no más tardar. Para entonces, precisamente, se espera el final de producción del BRZ.
Con respecto al Subaru BRZ STi, se espera que replique lo visto en cualquier modelo adornado con las famosas siglas de Subaru Tecnica internacional, un kit de carrocería fabricado con fibra de carbono, llantas de color bronce oscuro y una puesta a punto del chasis específica. En cuanto al motor, lo más lógico es que siga al Toyota GR86 y tome el motor del Toyota GR Yaris.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS