Aquellos por debajo de los 30 ó 35 años probablemente conserven recuerdos vagos de ciertos equipamientos que datan de su infancia, accesorios de coches que se han perdido por más de una causa: la evolución de la tecnología y la digitalización en los coches y ciertas concientizaciones sociales que han repercutido en la metamorfosis de los habitáculos. Quienes se encuentren en dicha franja etaria, es posible que a su corta edad hayan convivido o no con dos equipamientos en particular.
Por tratarse de accesorios de uso exclusivo para jóvenes y adultos, es probable que hayan sido testigos y solo testigos de los ceniceros y encendedores. Una experiencia a corta distancia, un se mira y no se toca, a menos que a un cenicero se le diera otro uso que nada tenía que ver con arrojar cenizas y acumular colillas, porque, según el modelo, viajar atrás tenía sus beneficios: en la cara posterior de los respaldos de papá y mamá, algunos coches salían de fábrica con ceniceros con apertura en forma de V, un pequeño espacio ideal para llenar con envoltorios de chicles, chupetines, caramelos y más.
La tasa de fumadores fue cayendo, los locales se convirtieron en espacios libres de humo y las cabinas de los automóviles se fueron purificando –con Chrysler como pionero en los años noventa– , sustituyendo el equipamiento para fumadores por otros accesorios que hoy ocupan su lugar y llevando a los conductores y pasajeros adultos a fumar cada vez menos en adentro de sus coches. Entre los objetivos de los fabricantes, uno consistió en forjar la tendencia de contar con un mejor olor residual puertas adentro.
Por presencia y extinción, por elemento de serie y hoy, como mucho, a disponibilidad, por las formas e incluso la estética mutada de aquellos clásicos a los más modernos que se instalan de manera portátil, los tiempos han cambiado. Atrás quedaron los días de elegantes y creativos ceniceros, como los que salían de fábrica como parte del coche, los retráctiles instalados en el tablero a los que se accedía tirando de una manija, o como las cajas con tapas, en metal o en cromado.

Accesorios de coches del pasado: alternativas actuales a los viejos ceniceros y el teléfono cuando el celular no era opción
Sin embargo, el mundo no ha dejado de fumar dentro de los coches. Es por eso que, para al mismo tiempo evitar la costumbre de manejar con el brazo izquierdo apoyado sobre el marco de la ventana y el cigarrillo entre los dedos viajando al aire libre mientras va desechando las cenizas en la carretera, una solución radica en los ceniceros portátiles diseñados para caber en el portavasos de la consola central, el reemplazante natural del cenicero tradicional.
La evolución ha sido notable. Este tipo de accesorios puede traer iluminación LED de referencia para saber dónde arrojar la ceniza sin distraernos al volante. ¿Y los viejos encendedores? El clásico conector de 12 voltios se ha extinguido y ha sido reemplazado por puertos USB en algunos modelos, pero hay coches que lo conservan porque, mientras ayer servía al pequeño mechero cilíndrico, hoy se ve reconvertido en alimentador de dispositivos electrónicos e, incluso, en sostén de para ceniceros portátiles, cuya base se conecta en la toma de 12 voltios.
Un accesorio más peculiar, debido a su inclusión en modelos de alta gama o de lujo, eran los teléfonos fijos en los coches. Hoy, modelos como el BMW X1 pueden salir de fábrica con bases escondidas dentro del reposabrazos y están quienes deciden retirarlas por resultar un elemento de estorbo, que además quita espacio al compartimento. Pues, hubo un tiempo en que BMW, en modelos como los E38 y E39, traía en los mismos reposabrazos centrales un teléfono fijo. Al ser hoy un equipamiento en desuso, es común que los actuales dueños de estos coches busquen retirarlos y darle una nueva utilidad al espacio ganado.
Pero, en esos casos, hablamos de un ya modernizado teléfono, porque su instalación como parte del coche data de décadas más atrás. Los radiotransmisores eran otra alternativa. Ya en los años 2000, berlinas de lujo como las de Maybach habían dejado el teléfono fijo atrás y, el dispositivo era un teléfono móvil que salía electrónicamente desde adentro de la guantera. En limusinas, un teléfono fijo no solía faltar y, en casos como el del Toyota Century V12, elementos como una cassettera, hoy imposible por la evolución hacia el Bluetooth, se descubría desde un compartimento en el habitáculo de pasajeros.
Mauro Blanco
Veo arte en los coches y en sus diseños una potencia que va más allá de las cifras. Ex conductor de Renault 12 rojo modelo 1995 de épicos e imprevisibles episodios, al que recuerdo por la hostilidad de su volante, pero, sobre todo, por nunca haberme dejado en el camino.COMENTARIOS