La tercera generación del Volkswagen Jetta supuso un notable cabio con respecto a las dos anteriores. Se perdieron las formas supercuadradas, características del modelo desde su primera entrega, y se perdió gran parte de su parecido con el Volkswagen Golf, con el que se compartía una gran cantidad de elementos –tantos, que casi se podía considerar al Jetta como un Golf sedán–.
De hecho, los cambios fueron tan grandes que incluso se le cambió la denominación. El coche pasó a llamarse Volkswagen Vento en la gran mayoría de los mercados donde estaba presente –Vento es viento en italiano, lo que mantiene la tradición de Volkswagen de llamar a sus modelos con nombres de vientos–. Se presentó oficialmente en el salón de Ginebra, en marzo de 1991, y las ventas se iniciaron poco después. En México se presentó en 1992 y en Estados Unidos un año más tarde, en 1993, donde mantenía su denominación de Volkswagen Jetta por su gran aceptación.
El cambio de nombre en Europa y en otros mercados, se debió a que Volkswagen buscaba llamar la atención de un público diferente, algo más juvenil que el tradicional perfil de los sedanes de la marca. La idea era convencer a conductores de Volkswagen Golf II, que habrían madurado lo suficiente –posible familia, más edad, cambios de gustos… – como para ver en el Vento un coche interesante y no un automóvil “de señor”, una situación que solía ocurrir con algunos modelos con carrocería de tres cuerpos.
Con esa intención también se trabajó en el diseño. A la cabeza del equipo responsable de sus formas estaba Herbert Schafer, y buscaron eliminar las formas cuadradas de las anteriores generaciones y en su lugar, optar por unas líneas más aerodinámicas y hasta cierto punto dinámicas –que no deportivas–. Al eliminar las formas rectas y los ángulos, se logró mejorar el CX hasta 0,32, con lo que también se logró mejorar los consumos, la velocidad y el confort de marcha al reducir el sonido del aire al circular.
Pero no solo había cambios estéticos, como cabría esperar, técnicamente era totalmente diferente, o casi, aunque como en ocasiones anteriores, se compartía una gran cantidad de elementos con el Volkswagen Golf III. Por ejemplo, la plataforma era a misma, así como todo el habitáculo, las puertas y los motores. Destacaba el uso de materiales reciclables, un sistema de aire acondicionado libre de CFC y nuevas pinturas libres de metales pesados. El cuidado por el medio ambiente ya se tenía en cuenta a comienzos de la década de los 90.
La gama de motores destacó en su momento por introducir el mítico 1.9 TDI en su primera versión de 90 CV. Fue uno de los motores más populares de la gama –anunciaba consumos de entre 4,8 y 5,7 litros–, mientras que el máximo exponente montaba el VR6 de 174 CV, como en el caso del Golf III. A comienzos de los 90 los motores de gasolina eran todavía populares, así que la gama también contaba con un bloque 1.6 –75 y 101 CV–, otro 1.8 –90 CV– y el 2.0 del Golf GTI de 115 CV. También estuvo presente el 19 SDI de 64 CV y con el tiempo apareció el 1.9 TDI de 110 CV.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".La pintura ecologica que incorporaba años después se pudo comprobar que no tenia la formula adecuada, ya que terminó oxidandose y perdiendo propiedades prematuramente, al igual que paso con alguno de la competencia, como Opel por citar alguno; afortunadamente con el tiempo fue mejorando este asunto. El interior cambiaba en matices apenas apreciables con respecto al golf en las salidas de aireacion principales, con un diseño mas redondeado, entre otros.
Pues mira, del tema de la pintura no sabía nada, gracias por el apunte.
Tienes razón en cuanto al diseño del habitáculo, pero como son detallitos que cuesta verlos sin una imagen del interior del Golf al lado, no vi necesario comentarlos.