El Subaru Forester 2.5 XT fue un modelo que pasó un tanto desapercibido, pero escondía un potencial que ningún rival podía igualar. Su talante era marcadamente deportivo, era muy ágil, era rápido y además, su tracción total le permitía ciertas libertades fuera del asfalto que le hacían ganar interés por encima de cualquier otra opción similar.
Subaru, por lo general, siempre ha sido una firma de minorías, muy a pesar de que sus coches siempre ha presumido de altas prestaciones y de un carácter bastante marcado. Es cierto que han perdido algo de esa personalidad, pero allá por 2005 tenía en el Forester 2.5 XT una opción muy atractiva, tanto por prestaciones como por agrado de uso, aunque como suele ser normal en la marca, con un precio un tanto elevado.
Concretamente, el Subaru Forester 2.5 XT costaba, en el mencionado 2005, 33.600 euros, una cifra que, si añadimos el incremento del IPC hasta 2024, tendríamos un precio de 49.090 euros. No estaría muy lejos de sus más directos rivales, pero podría presumir de cosas como un volante Momo tapizado con cuero y con los mandos en el volante, asientos calefactados, control de crucero, seis airbags…
Pero sobre todo, se tenía un motor poderoso. Un cuatro cilindros, boxer por supuesto, con 2.457 centímetros cúbicos, un árbol de levas en cada culata y cuatro válvulas por cilindro, más un turbo asistido por un intercooler. Todo ello para rendir 211 CV a 5.600 revoluciones y 32,6 mkg a 3.600 revoluciones. Un motor que se combinaba con un sistema de tracción total y un cambio manual de cinco relaciones con lo que podía completar el sprint hasta los 100 km/h 6,8 segundos –según datos de la revista Autopista–, el 0 a 400 metros en 14,79 segundos y los 1.000 metros, también con salida parada, en 27,55 segundos.
Rápido, divertido de conducir y bien fabricado, el Subaru Forester 2.5 XT tendría que haber sido un éxito
Las suspensiones independientes y un diferencial central con acoplamiento viscoso –con un reparto fijo del 50% para cada eje– permitían un comportamiento inusual en un coche de su tipo. Las revistas destacaron la elevada sensación de seguridad, pero también su talante deportivo, con unos pedales situados muy juntos y un embrague muy duro de accionar, más un selector de cambio rápido y preciso.
Una de las cosas que más llamaba la atención del Subaru Forester 2.5 XT, era que podía ir muy rápido en carretera de montaña. Daniel Cuadrado, que pudo probar el Forester 2.5 XT para Autopista, decía que para seguir el ritmo que podía mantener, habría que recurrir a coches más caros, como un BMW X5. Afirmaba que incluso cualquier berlina con tracción total tendría dificultades para seguirlo.
Además, su buen comportamiento en carretera no perjudicaba su buen hacer en tierra o barro. Los límites estaban marcados, principalmente, por los neumáticos y aunque no estaba diseñado para un uso extremo, la diversión estaba asegurada, así como la soltura al circular por terrenos menos propicios que el asfalto.
El Subaru Forester 2.5 XT era un buen coche, sobre todo si te gustaba conducir. No obstante, si también valorabas otras cosas, quizá podría ser mejor. Por ejemplo, no podía montar control de tracción o de estabilidad, no había posibilidad de añadir los airbags de cortina o los laterales para las plazas traseras, los parasoles no tenían luz, su habitáculo, aunque bien rematado, abusaba de los plásticos de tacto duro…
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS