Coche del día: SEAT Altea Freetrack 4WD 2.0 TDI 140 (2008)

Coche del día: SEAT Altea Freetrack 4WD 2.0 TDI 140 (2008)

Puede parecer una simple adaptación del Altea XL, pero había más cambios que los apreciados a simple vista


Tiempo de lectura: 5 min.

En el Salón de Barcelona de 2007, SEAT presentó el primer SUV de la historia de la marca sobre la base de su monovolumen Altea XL, el SEAT Altea Freetrack. Inspirado en el Altea Freetrack Prototype 4×4, exteriormente era reconocible por unos voluptuosos paragolpes de color negro o gris que lo hacían crecer de los 4,46 metros de longitud hasta los 4,49 metros, por los pasos de rueda del mismo color y por una altura libre al suelo que se incrementaba en 40 mm con respecto a su hermano.

Con un chasis autoportante, el SUV español adoptaba en el eje delantero la suspensión independiente del Altea, compuesta por columnas MacPherson y guiadas por brazos inferiores. En el eje trasero, el subchasis, en el cual se anclaba la suspensión independiente multibrazo, vio modificadas sus formas en vías de incrementar su robustez para acoger el diferencial trasero. Ambos trenes contaban con discos de freno asistidos por un equipo de ABS, siendo los del delantero autoventilados y los del trasero macizos.

En cuanto a las motorizaciones, el Freetrack contó durante su producción con dos propulsores de gasolina de 4 cilindros turboalimentados de 1,4 y 2 litros de cilindrada y cuyas potencias eran de 125 CV para el más pequeño que sólo contaría con tracción en el eje delantero y de 200 o 211 CV para la de mayor cubicaje que contaría con la tracción en ambos ejes. Las versiones diesel disponibles también eran todas tetracilíndricas, siendo la opción más asequible el motor TDI de 1,6 litros y 105 CV, pero con tracción solamente en el tren anterior mientras que la opción de tracción total vendrían implícitas en los propulsores de 2 litros con potencias de 140-143 CV y de 170 CV alimentados tanto por inyector bomba como por common rail.

De todas las versiones disponibles, la más atractiva o equilibrada era la dotada del motor de 4 cilindros turbodiesel de 1.968 cc (140 CV) de inyección directa que en un principio era alimentado mediante bomba inyector. Aunque en sus inicios esta motorización solamente se encontraba con tracción en el eje delantero más tarde incorporaría un sistema de tracción total proveniente del grupo Volkswagen y que no era otro más que el sistema 4 Motion capaz de repartir el par entre ejes hasta un porcentaje del 50 %, visto en vehículos con el motor dispuesto transversalmente como por ejemplo el Golf. Esta cadena cinemática evitaba la utilización de un diferencial central mediante el uso de un acoplamiento Haldex, que provisto de varios discos de embrague accionados mediante un sistema hidráulico, era gestionado electrónicamente gracias a la adquisición de datos a través de los sensores del ABS.

Actualmente, el Altea Freetrack podría tener mucho más éxito entre el público que cuando se lanzó al mercado

SEAT Altea Freetrack (2)

Su motor producía una potencia de 140 CV obtenidos a 4.000 rpm y un notable par máximo de 320 Nm a 1.750 rpm transmitidos a través de una caja de cambios de 6 velocidades, cuyas 3 primeras relaciones de cambio vieron reducido su desarrollo. Sus prestaciones se vieron influenciadas por su aerodinámica y por su peso, obteniéndose una velocidad máxima de 190 km/h y un tiempo en la prueba de aceleración de 0-100 km/h de 11 segundos. Aunque suficientemente potente para mover la tonelada y media de peso del coche, su comportamiento por debajo de las 1.700 rpm no era todo lo progresivo que se pudiera esperar por culpa de su sistema

de alimentación, teniendo que recurrir al cambio de marchas para mantener altas velocidades de crucero por autopista.  Su mayor altura con respecto al suelo en poco difería con el buen comportamiento en carretera de su hermano salvo porque el ESP del Freetrack no hacía tanto acto de presencia en conducción rápida por zonas sinuosas. Su mayor ventaja residía en su sistema de tracción, por la mayor seguridad que le confería en condiciones climatológicas adversas, tanto en carretera como en pistas de poca dificultad, donde los prominentes voladizos marcaban los límites a la hora de sobrepasar zonas rotas.

El habitáculo dotado de un gran equipamiento de serie, entre el que destacaba la pantalla de 7 pulgadas alojada en el techo, podía acoger a 5 personas, aunque como ocurre normalmente la plaza central trasera era solo apta para personas de pequeña envergadura. También incluía un amplio conjunto de sistemas de seguridad como por ejemplo sus seis airbag, los testigos de presión de los neumáticos, el sistema de ayuda a la frenada de emergencia, el control de tracción y el de estabilidad que estaba complementado por el TSP, el cual se encargaba de mantener bajo control el vehículo cuando este iba tirando de un remolque.

Con un confortable y equipado habitáculo, un funcionamiento del motor un poco tosco que se hacía sentir dentro de la cabina, un buen comportamiento en carretera y limitadas capacidades off road, este coche intentaba seguir la fórmula del Renault Scenic RX4 unificando lo mejor del mundo del monovolumen con el de los SUV. Por concepto y por la desaparición del modelo francés en el 2003 el SEAT Freetrack estaba sólo en el mercado con un precio de 28.000 €.

https://youtu.be/phopqy2ZcAs?si=yYuDgbEwwOowiQcd

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Javier Gutierrez

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