Coche del día: Opel Manta 400

Coche del día: Opel Manta 400

Uno de esos Grupo B que, a pesar de ser eclipsado por los tracción total, es todo un mito


Tiempo de lectura: 3 min.

El Opel Manta 400 es uno de esos Grupo B que quedaron eclipsados por la aparición de la tracción total, a pesar de que, recordemos, el Lancia Rallye –nombre real del Lancia 037– sí logró destacar con un motor que enviaba la potencia al eje trasero. El modelo alemán no tuvo tanta suerte, aunque hoy es uno de esos objetos de deseo por los que se pagan autenticas locuras –rara vez baja de 100.000 euros–.

La historia del Opel Manta 400, como bien cuentan algunos, comenzó como lo hicieron los mejores coches para tramos. Era una versión con mucha potencia, poco peso y propensión a atacar los tramos de costado. Coches como los Ford Escort se hicieron famosos por esa personalidad, pero el Manta 400, dando el campeonato donde se quería competir, no lo tenía tan fácil para poder llegar muy lejos.

opel manta 400 (3)

El Manta 400 obtuvo su homologación el 1 de mayo de 1983, tras haber demostrado a la FIA que se había construido las 200 unidades “de calle” exigidas por el reglamento. Para entonces, la tracción total ya había demostrado que sería imprescindible para poder alcanzar los mejores resultados. Ford canceló su Escort RS1700T porque se desarrolló como propulsión, precisamente porque sin ella sería imposible, al igual que hizo Lancia con el 037, que dejó de su hueco en los tramos al salvaje Lancia Delta S4.

Muchas cosas en el Manta 400 venían prestadas de su antecesor, el Opel Ascona 400, como el motor. Un cuatro cilindros que originalmente iba a ser un dos litros, pero acabó con 2,4 litros porque no era lo suficientemente potente. Este propulsor escondía pistones y culata Cosworth, junto a un cigüeñal y unas bielas de acero forjado. El bloque procedía del motor diésel del Opel Rekord.

La primera fase del Opel Manta 400 presumía de 240 CV a 7.500 revoluciones, mientras que finalmente, el coche se homologó con 275 CV tras una serie de evoluciones. Esto en el caso de las unidades de competición, que además tenían dos carburadores Weber. En el caso de las unidades de homologación, el motor “solo” rendía 144 CV a 5.200 revoluciones y tenían un sistema de inyección Bosch L Jetronic.

En competición, muchos elementos de la carrocería se fabricaban con kevlar, como las ampliaciones de las aletas o los componentes aerodinámicos, mientras que otras piezas fueron fabricadas en aluminio. Sin embargo, para las versiones de producción se empleó plástico ABS y era un kit opcional que fabricaba Irmscher.

Algunas unidades de calle, un total de 23, se corresponde con la primera iteración del Manta B, fabricadas en 1981 con la calandra de dos ranuras. El resto, 222 unidades, se fabricaron sobre la base del restyling del Opel Manta B, con calandra de cuatro ranuras.

El nombre de Opel Manda 400, venía de su hermano el Ascona, pues cuando se desarrolló, había que fabricar 400 unidades para su homologación.

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Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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