Coche del día: Mercedes 280E (W123)

Coche del día: Mercedes 280E (W123)

¿La versión más equilibrada de la gama?


Tiempo de lectura: 4 min.

El Mercedes 280E era uno de los sedanes con mayor aceptación, del catálogo de la firma alemana. Formaba parte de la saga W123, el modelo más pequeño de Mercedes a mediados-finales de los 70 y comienzos de los 80 –básicamente, hasta la llevada del 190E –W201–. Pero el hecho de ser un Mercedes puesto en circulación a mediados de los 70 –en 1976–, hacía que contara con algunas soluciones que hoy ni siquiera se barajan en un coche de la estrella.

La Mercedes de los años 70 poco tiene que ver con la actual. En aquellos años, Mercedes ofrecía calidad y durabilidad, pero sin florituras, sin exceso de tecnología; la forma de entender el lujo en aquellos años era muy diferente. No había cuero, no había automatismos de serie para todo –salvo en las versiones más grandes y potentes– y los motores, aunque potentes, habían sido diseñados para durar y no para ofrecer máximas prestaciones. Y aun así, la imagen que tenía la marca y sus productos era de máximas aspiraciones, era el coche con el que muchos soñaban.

El W123 era el modelo más pequeño de la gama, la opción más económica dentro de un catálogo de precios elevados y coches de gran tamaño. Económico y, supuestamente pequeño, aunque la longitud total del coche era de 4.725 milímetros y la anchura era de 1.786 milímetros; si es un coche grande para estándares actuales, ¿os imagináis en 1976? Además, el 280E pesaba 1.482 kilos, era algo así como un elefante con ruedas en aquella época –hoy sería un peso pluma… –.

Para entender el lujo de los años 70, nada mejor que echar un vistazo a la lista de equipamiento del Mercedes 280E, donde veremos que cosas como la dirección asistida o el servofreno estaban incluidos en la lista de origen. Se pagaban como opcionales elementos como la cerradura para la guantera, la instalación de la radio estéreo, las llantas de aleación ligera, la toma de corriente auxiliar o la suspensión trasera de nivel constante. El aire acondicionado, por supuesto, también era un extra, como los elevalunas eléctricos en las puertas traseras. Y no, no se consideraba un buen equipamiento, las marcas de alta gama, años atrás, jugaban la baza del equipamiento contenido con la escusa de una mayor personalización y con la realidad de tener que contener precios para poder vender decentemente.

Mercedes 280E (1)

Materiales, ajustes, funcionamiento general… El Mercedes 280E era todo lo que se podía esperar de un Mercedes, pero en lo que, por entonces, se entendía como “pequeño tamaño”

No obstante, había otras cosas donde el Mercedes 280E era imbatible, como en la calidad general de materiales y ajustes, en el confort de marcha o en el suave funcionar de su motor. La revista Autopista, en el número 1.131, dejó claro que tanto el confort de marcha como el motor estaban a un nivel superior, comparado con el resto de modelos disponibles en el mercado español, que todo sea dicho, empezaba, cuando se publicó la prueba, a entrever las puertas de Europa abiertas. Es más, el Mercedes 280E era un coche bastante limitado en España, pues eran coches importados, y las importaciones, en aquellos años, estaban muy cargadas de impuestos.

Pero, claro, el 280E tenía un “señor motor” para la época. Escondía un seis cilindros en línea con 2.746 centímetros cúbicos, inyección, dos válvulas por cilindro, un árbol de levas por culata… Rendía 185 CV a 5.800 revoluciones y 24,5 mkg a 4.500 revoluciones y se enviaban al eje trasero mediante un cambio manual de cuatro marchas –sí, manual y con cuatro relaciones–, cuya cuarta era la conocida “directa” –relación 1:1–. Una transmisión, por cierto, cuyo tacto, al parecer, podía mejorar al ofrecer un funcionamiento algo tosco y poco preciso.

Ruedas de 14 pulgadas con neumáticos de perfil 70, suspensiones independientes, frenos de disco en todas las ruedas… Y unas prestaciones que, sin ser espectaculares, eran buenas –0 a 400 metros en 19,7 segundos o una velocidad máxima de 194 kilómetros/hora–. El Mercedes 280E era todo un lujo en su momento.

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Sobre mí

Javi Martín

Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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Ingeniero de profesión, la mayor pasión de mi vida son los coches desde que era un chaval. El olor a aceite, gasolina, neumático...hace que todos mis sentidos despierten. Ahora embarcado en esta nueva aventura, espero que llegue a buen puerto con vuestra ayuda. Gracias por estar ahí.

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Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".

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