El Ford Galaxy 2.8i V6 era la versión tope de gama del monovolumen salido de una colaboración entre la propia Ford y Volkswagen. Esa colaboración entre fabricantes es, en parte, lo que permitió que los yankees lanzaran una versión equipada con un bloque de seis cilindros en V estrecha, 15 grados entre bancadas y 2,8 litros.
A mediados de los 90, los monovolúmenes tenían mucha popularidad entre los usuarios. Renault demostró que podían ser coches muy interesantes, modulables y prácticos. La moda de los monovolúmenes llegó a tal punto, que había gente que se compraba uno, aunque fuera soltero y no tuviera ni siquiera pareja o bien, dio pie a que se lanzaran versiones de lo más locas, como los Opel Zafira OPC y SEAT Altea FR. El Ford Galaxy 2.8i V6 podría entrar en esta lista de monovolúmenes locos, aunque el Renault Escape ya contaba con una opción V6 en su gama.
El Ford Galaxy, la primera generación, tenía mucho de Volkswagen. Los alemanes ponían la base y parte de los motores, para luego, recibir puesta a punto y ciertos detalles por parte de cada marca. En el caso de Ford, destacaba la calidad de producción, el tacto al volante y el comportamiento en carretera, aunque esto tampoco es nada nuevo en la marca. Ford siempre ha sabido dar a sus coches una buena dinámica de conducción, fuera cual fuera el caso, y el Galaxy no era distinto.
¿Quien se compraría un monovolumen de gran tamaño con un motor V6 gasolina? Lo curioso es que mercado había, lo que demuestra que antes las cosas eran bien diferentes y se podían tener coches como el Galaxy 2.8i V6
A muy poca gente se le escapará que con seis cilindros en V a 15 grados, 2.792 centímetros cúbicos, 174 CV a 5.800 revoluciones y 24 mkg a 4.200 revoluciones, el motor se parece mucho al VR6 de Volkswagen. Es más, son las mismas cifras, calcadas incluso en el régimen al que se obtienen. Pero es lógico, pues en realidad era el VR6 de Volkswagen, solo que en este caso, montado en un aparato que, según datos oficiales, pesaba 1.670 kilos, aunque según la revista Autopista –número 1.915–, el peso en orden de marcha es de 1.781 kilos.
Una cifra de eso altísima allá por 1996 y casi un milagro en 2024. Sin embargo, aunque pesado y con mucha superficie frontal, el Galaxy 2.8i V6 podía ponerse a 204 km/h con seis personas dentro, al tiempo que podía marcar un 0 a 400 metros en 17,73 segundos y los 1.000 metros con salida parada en 32.69 segundos. Obviamente, si se buscaba bajos consumos, ele Ford Galaxy 2.8i V6 no era el coche adecuado, pues de media, la mencionada revista Autopista logró registros de 12,2 litros y una autonomía media de 615 litros –depósito de 75 litros–.
Es interesante ver como hablaba la prensa del modelo. Se decía que en curvas rápidas y en curvas lentas era un ejemplo a seguir, con un aplomo altísimo en carretera y una sensación de seguridad equivalente a la de cualquier turismo convencional. Roberto Matías, quien firma la prueba que ya hemos mencionado, aseguraba que destacaba mucho su agilidad en el cambio de apoyo y que el subviraje no era más acusado que un turismo medio-grande.
Por supuesto, el Ford Galaxy 2.8i V6 CD Ghia –este era el nombre completo– era carísimo: 6.000.000 de pesetas, 36.061 euros de 1996. Si tenemos en cuenta el IPC, equivaldría a 68.444 euros.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".No dejo de pensar en la GMC de “El Equipo A” al leer este artículo. Me ha parecido un excelente artículo.