El FIAT Tipo 1.4 nunca será recordado como una versión apasionante, ni como un modelo que fuera un éxito de ventas. Sin embargo, fue uno de los pilares del modelo, básicamente porque era una de las opciones más económicas dentro de la gama, un coche que costaba poco más de millón y medio de pesetas –1.530.729 pesetas, unos 9.200 euros de 1990– y ofrecía las prestaciones mínimas exigibles en aquellos años.
Como en todo, las ventas de coches están claramente supeditadas a los precios. Los coches más vendidos serán, siempre, los coches más baratos. Cuando se venden coches con precios más elevados que la media es, principalmente, porque alguien buscaba ese coche en concreto. En caso contrario, y por norma general, los usuarios se compran “lo que hay” siempre que sea accesible económicamente hablando.
No vamos a criticar a nadie, es una acción lógica. Los coches son caros, lo han sido siempre y lo serán todavía más en el futuro, y en los años 90 no era diferente. Por eso, coches como el FIAT Tipo 1.4 tenían una buena acogida en el mercado, porque su precio era accesible para muchas personas y, además, tenía unas prestaciones que para la mayoría eran suficientes. Evidentemente, no era un portento de velocidad ni de aceleración, pero nadie que busque un coche como herramienta presta el mínimo interés ante eso.
La carrocería, de formas bastante cuadradas, permitía configurar un habitáculo muy amplio, aunque cargarlo a tope con los 72 CV podía afectar negativamente a las prestaciones

De todas formas, tampoco es justo menospreciar las capacidades del TIpo 1.4. Por ejemplo, el coche pesaba 945 kilos, que es muy poco, al tiempo que los ingenieros buscaron un equilibrio entre prestaciones y consumos. Así, el motor, con 1.372 centímetros cúbicos, rendía 72 CV a 6.000 revoluciones y 11 mkg a 2.900 revoluciones, que combinado con un cambio manual de cinco relaciones y desarrollos bastante ajustados –la quinta era de 33,2 km/h a 1.000 revoluciones– podía presumir de una velocidad máxima de 161 km/h. Los había más rápidos, como el Renault 19 –176 km/h–, pero también gastaba más. Además, con un 0 a 100 km/h en 14,3 segundos y un 0 a 1.000 metros en 35,6 segundos, que claro que la velocidad no era su mejor argumento.
El argumento del FIAT Tipo 1.4, además de un habitáculo más grande que la media, estaba en su consumo, aunque a ojos de cualquier conductor actual, no es precisamente un coche de bajo consumo. La cifra, según la prensa de la época, era de 7,2 litros cada 100 kilómetros de media, lo que permitía, gracias al depósito de 55 litros que montaba, recorrer 710 kilómetros. En la época era una cifra de consumo muy buena, no olvidemos que el FIAT Tipo 1.4 tenía un motor alimentado por un carburador doble, no por inyección…
Con un motor poco potente, es obvio que todo lo relacionado con el bastidor no está muy evolucionado, solo lo justo para que quien se pone al volante lo tenga todo bajo control. El tarado de la suspensión, por ejemplo, era suave y permitía cierto movimiento de la carrocería, pero no se comportaba todo lo bien que debería ante asfalto muy roto. Los frenos traseros eran de tambor y no había dirección asistida.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS