Este es el último “Alas de Gaviota” que salió de fábrica

Este es el último “Alas de Gaviota” que salió de fábrica

El 1.200 de 1.200 unidades del Mercedes-Benz 300 SL Coupe, el que cerró la producción del consagrado Gullwing


Tiempo de lectura: 3 min.

Majestuoso. El último de su especie, pero el principio de una historia que no tiene fin. Como un eterno retorno, el Mercedes Benz Gullwing vuelve a nosotros con el entusiasmo de siempre. Su atemporalidad nos invita a abordarlo con la contemplación de una primera vez y en nuestro tono, atemporal como consecuencia, se refleja. Pero, técnicamente, este no es un caso de primeras veces.

El último de su especie. Hay más de una razón para desear al último coche de una especie. El mero valor simbólico que adquiere al serlo lo convierte en un objeto del deseo diferente de los coleccionistas privados. “Al igual que la última camiseta de Michael Jordan, el último jonrón de Babe Ruth, el último par de botines de Diego Maradona o la obra definitiva de Picasso, ‘El último ala de gaviota’ emana un ideal trascendente de coleccionismo que desafía su propia procedencia individual como objeto mecánico: poseer lo ‘último’ de algo que definió una era es poseer un pedazo de la historia en sí mismo”, se leyó en la reseña de RM Sotheby’s correspondiente a su última venta.

Pero hay coleccionistas que encuentran el fundamento no sólo en lo simbólico, sino también en lo material. Poseer el último significa poseer el definitivo, el más evolucionado, el que más se ha acercado a la perfección. Se me viene a la mente un propietario norteamericano que, desde la adquisición de la última unidad del Ferrari 308 GTS Quattrovalvole, no paró hasta convertirse en el mayor coleccionista de ejemplares amarillos de Ferrari –cada uno, el último de su producción–, lo que, con el tiempo, le valió el reconocimiento de la marca italiana. De apellido Bachman, su motivación era esa: el último siempre era el mejor y más completo de los suyos.

Mercedes 300 SL (2)

El 1.200 de 1.200: El último Mercedes Benz Gullwing 300 SL

En fríos inexpresivos códigos de colores se esconde una combinación de tonalidades que puede definirse de esa única forma: majestuoso. Al cruzarse con su Rojo “Fire Engine” y su interior tapizado en cuero “Crème”, un visitante de concursos de elegancia con algo de información en mano puede ser capaz de descubrir su identidad. “Este Alas de Gaviota no es uno más” o algo por el estilo.

No es uno más, tampoco es uno más de los 70 ejemplares del modelo 1957. El 1.200 de 1.200. Es el último Mercedes-Benz 300 SL Coupe en salir de fábrica. Como dije anteriormente, no hace tanto trascendió. Fue en Las Vegas y en una fecha para no desaprovechar. Mientras la Fórmula 1 veía acción en el Gran Premio de noviembre de 2024, el The Last One se subastaba con una oferta final de 2.400.000 dólares que no dejan de llamarme la atención, pues imaginaba una cifra algo superior dada su condición. Esa venta, todavía fresca, fue la quinta en su historia.

En mayo del ’57 salió de la línea de montaje, pero pasó los primeros meses como coche de exhibición de Mercedes-Benz. Este período, de hecho, fue los suficientemente largo como para que desde Stuttgart, mientras tanto, tuvieran listos ya las primeras unidades del 300 SL Roadster, el que continuó el ciclo. De arranque contó con los colores mencionados, lo que fue, según se indica, un encargo especial, y hoy conserva el chasis, el motor, la caja y demás elementos originales. Unos cuatro meses después, se exportó a Estados Unidos, donde fue adquirido por primera vez. Recién en 2004 compitió por primera vez en el Concurso de Elegancia de Pebble Beach, un debut con tercer puesto en la categoría 300 SL.

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Mauro Blanco

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