En su momento fue el coche híbrido de referencia, pero hoy día esa afirmación es discutible. El mundo ha cambiado mucho en los 20 años de vida comercial del Toyota Prius, y para la llegada de la cuarta generación la competencia es mucho más agresiva y solvente, y no estoy pensando en motores diésel.

En 2016 se lanzó la cuarta generación del Prius, ya con la nueva arquitectura TNGA y una mayor eficiencia, pero con un diseño muchísimo menos comercial. La tercera generación lanzada en 2009 se hizo con la idea de gustar al gran público, y de hecho lo logró: fue superventas en Estados Unidos y en Japón, aunque en Europa tuvo un papel más discreto por la existencia de los diésel.

Resulta una realidad indiscutible que las ventas del nuevo Prius han caído bastante. En Estados Unidos las ventas de 2016 fueron la mitad de las del mejor año, 2012, cuando convivieron cuatro modelos: Prius, Prius Plug-in, Prius V (Plus en Europa) y Prius C (Aqua en Japón). Este último modelo es equivalente al Yaris híbrido en Europa, un subcompacto. En Europa ha pasado algo muy similar.

El sitio Green Car Reports ve cuatro explicaciones en este descenso, y no les falta razón:

1. la gasolina sigue siendo “barata” y los americanos se pueden permitir dilapidar más con otros modelos e incluso algunos SUV
2. la eficiencia de los competidores del Prius, que son berlinas compactas o compactos, también ha mejorado en los últimos años con motorizaciones de cuatro cilindros, incluso alguna de tres
3. Toyota ha perdido un “monopolio” de facto con la llegada de competidores como el Hyundai IONIQ, pero también Chevrolet Volt, Nissan Leaf, etc.
4. El diseño se hizo para que gustase o provocase mala digestión, lo cual hace de forma fantástica

El razonamiento no se puede trasladar íntegramente en clave nacional, donde decididamente el Prius no es ningún éxito comercial. En 2017 se matricularon en España 2.215 Prius, incluyendo los monovolumen Prius Plus. La cifra real de Prius es por tanto inferior, y una de las razones de que se venda tan poco es que Toyota España pone muy poco interés en venderlo. Es más, quieren vender poquísimos.

Solo existe una versión, que cuesta unos 30.000 euros, pero viene de equipamiento a tope, es la misma política comercial que había con el modelo de segunda generación (2004-2009); en otras palabras, lentejas, te las tomas o las dejas. Las versiones básicas existen, pero no llegan a nuestro mercado.

De los más de 10 millones de híbridos que ha vendido Toyota, prácticamente 4 han sido Prius

El papel de Prius asequible lo asumen el Auris híbrido (17.682 matriculaciones) y el C-HR (10.838 matriculaciones). Esto que voy a decir cortocicuitará a muchos la sesera, pero el que quiera un Prius económico, que se compre un C-HR. Sí, el crossover también tiene arquitectura TNGA, va prácticamente igual que el Auris al volante y puede consumir menos a pesar de lo que dicta el sentido común. De hecho, en 2017 esperaban vender 8.000 C-HR en Península y Baleares, pues fueron 2.000 y poco más.

Con una gama híbrida mucho más diversificada y cercana a unos gustos más genéricos, el papel del Prius vuelve a ser el que era: un referente, pero no tanto a nivel de ventas, sino de nicho. Ningún híbrido de Toyota es tan eficiente como el Prius, ya que es relativamente ligero y con una aerodinámica óptima. Sus clientes objetivo vuelven a ser apasionados por la tecnología y la eficiencia, que quieren exhibir una imagen concreta y no conducir un coche que lleve todo el mundo.

De hecho, esta vez los taxistas apenas se han tenido en consideración, ya que ni en Madrid ni en Barcelona se ha homologado, y su precio lo aleja bastante de los Dacias, Toledos y Rapid. Se podrá volver a comprar un Prius blanco sin temor a que le levanten a uno la mano por la calle. El cliente tipo de este coche vuelve a ser alguien que sabe muy bien lo que quiere, y que quiere un coche diferente.

En 2017 Toyota vendió 218.600 Prius, repartidos en 116.600 en Japón, 68.600 en Norteamérica, 11.100 en Europa y 22.300 en otros mercados

Dejando de lado las consideraciones estéticas, que son muy respetables, el tacto de conducción del coche deja buen sabor de boca para el coche que es, no quiere engañar a nadie con presunta deportividad, pero se nota el trabajo de optimización de su plataforma. Y a más de uno le sorprendería las velocidades medias que pueden alcanzarse sin llegar a 6 l/100 km de media, incluso cuando no son confesables. Recordad, a mayor velocidad, mayor importancia tiene la aerodinámica, y hablamos de un Cx de 0,24.

No demos por acabado al Prius, simplemente no va a seguir siendo un superventas, ese papel encaja mejor en modelos más pensados en el gusto colectivo. Sin duda el Hyundai IONIQ le quitará clientes, y es que el surcoreano tiene muy buenos argumentos: es competitivo en eficiencia, lo hay híbrido enchufable, también eléctrico, y es en general muy buen coche.

El Prius no se va a vender más porque así lo quiere Toyota. Que a nadie se le escape el detalle de que solo se fabrican en Japón (las plantas de China y Tailandia son para demanda interna) y es preferible en algunos mercados tirar de productos de fabricación local. En Europa los Auris híbridos vienen de Reino Unido, los C-HR de Turquía, los Yaris híbridos de Francia.

Poco a poco, recuperará ese halo de exclusividad y coche de nicho que era, y eso no significa su final, ¡con que aguante en Japón ya les compensa! Simplemente la receta que vuelve a usarse es la original. En cuanto al modelo enchufable, Plug-in o Prime, será un modelo aún más de nicho, pero lo más parecido a poder comprar hoy día un Toyota eléctrico. En unos cuantos años ese tipo de oferta se ampliará, ya que por fin han entrado en razón con las posibilidades de esta tecnología.