El cambio climático provocado por el efecto invernadero y el aumento salvaje de GEI (gases de efecto invernadero) por culpa del hombre es un hecho incontestable. Durante este siglo hay que evitar que la temperatura media del planeta suba 2 ºC, si no, los cambios serán irreversibles. Para evitar esto, habrá que hacer dolorosas transformaciones, y eso incluye al motor.
Según el borrador de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética, en 2040 no se podrán matricular vehículos nuevos con motores de combustión interna, es decir, gasolina, diésel, a GLP, a GNC… incluyendo los híbridos. Solo se podrán matricular modelos con emisiones directas de CO2=0, como eléctricos puros o de pila de combustible de hidrógeno.
Ya en 2050, la descarbonización sería total. No se generaría más energía con fuentes no renovables, ni se permitirá la circulación de vehículos con motores de combustión interna. Esperemos que se realice alguna exención para vehículos catalogados como históricos, es decir, del 2020 hacia atrás (es decir, con más de 30 años), aunque sea a costa de un kilometraje anual máximo.
La norma tendrá que superar un trámite parlamentario para salir adelante, pero la amenaza va muy en serio
La Unión Europea había fijado un objetivo de 35 % de matriculaciones de cero emisiones para el año 2030, que ya es un objetivo tremendamente ambicioso y muy criticado por la industria por poco realista. Si la ley resulta aprobada en esos términos, desplomará las matriculaciones de vehículos térmicos antes del año 2040, ya que no tendría mucho sentido comprar un coche que en solo 10 años no se podría utiizar para circular. El Gobierno lanza un mensaje directo a las automovilísticas para que espabilen con la transición hacia la electromovilidad.
Alguien dirá: “¿y van a hacerlo sin preguntarnos?” En realidad ya lo han hecho, y por entonces el Gobierno estaba en otras manos. Esta medida tiene como antecedente nacional la prohibición de nuevas matriculaciones diésel en Baleares para 2025, y de los gasolina para 2035. Por otra parte, Reino Unido y Francia también han puesto como fecha límite 2040, y algunos países van más adelantados: 2030 (Alemania -como propuesta-, Dinamarca, Holanda e Irlanda) o 2025 (Noruega).
La buena noticia es que a mediados de la próxima década y la de 2030 los valores residuales de los coches van a caer tan en picado que podremos disfrutar en nuestra madurez o vejez de buenos coches a muy bajo precio, aunque sea tirar el dinero. La cara B de esa moneda es que con valores venales tan bajos al menor desperfecto no merecerá la pena arreglarlos, las aseguradoras considerarán muchos siniestros totales, y se producirá una extinción acelerada de coches que, actualmente, están esperando dueño en un concesionario.
Esperad, que hay más. La ley convertirá en obligatoria la imposición de zonas de bajas emisiones (ZBE) en todos los municipios de más de 50.000 habitantes en 2023, lo que implicaría expulsar de la circulación urbana a todos los vehículos sin distintivo ambiental, y más adelante, los que tienen distintivo “B” (en 2023 serían vehículos diésel de 9 años o más, o gasolina de 17 años o más). Esto sí se va a notar en una medida muy superior.
España es el quinto mercado más importante de la Unión Europea. Dado que Alemania es el primero, Reino Unido el segundo (aún), Francia el tercero, y España el quinto, la presión ejercida sobre la patronal automovilística europea (ACEA) es superior a la soportada por las tuercas de un submarino. El desafío para la industria es probablemente el más importante al que se ha sometido desde su fundación a finales del Siglo XIX.
Empieza a parecer atractivo eso de empadronarse en municipios pequeños, donde las ZBE son innecesarias. Hay miles para elegir
No sabemos si en 2050 habrá coches voladores o no, pero una cosa está clara, los países productores de petróleo ya pueden ir pensando en diversificar sus inversiones estratégicas en relativamente poco tiempo. En ese año cumpliré 67, me coincide con la jubilación. Poco futuro veo para la prensa del motor a partir de entonces. Habrá que empezar a ahorrar para conversiones a eléctrico, como el que se hace un plan de pensiones…
Javier Costas
Me gustan los coches desde que tengo uso de razón (o antes). Tras haber conducido más de 400 coches aquí sigo, divulgando y aprendiendo a partes iguales sobre las cuatro ruedas. Vosotros habéis hecho que se convierta en mi pasión.Me parece de P.M.
La cosa es: que cuesta hacer un referéndum cada 4 meses para votar sobre temas estos temas o sobre cualquier ley.
¿Que le puede dar más fuerza a una ley que estar apoyada por los ciudadanos?
Lo que no quiere entender la mayor parte de la población es que un eléctrico hace menos daño al bolsillo y a tu salud.
Hacer un referéndum “cada 4 meses” es democracia directa, en su defecto, todo se vota mediante democracia representativa, es decir, la gente que votas es la que a su vez vota por estos y otros temas. Eso es lo que da legitimidad a las leyes (al menos, en teoría).
O sea y a grandes rasgos: en 30 años sugieren la aniquilación total de un plantel de 30 millones de automóviles.
Traducción pragmática: desguazar o cambiar a eléctrico una media de 1 millón de vehículos al año.
Maaaarchando otra rondita ron/cola para mesa del congresoo.
Leo divulgación científica desde muy joven y en todas partes se decía que la gasolina se acabaría sobre el año 2000. La realidad parece que va a ser muy diferente.