Los vehículos con motores de combustión seguirán en las concesionarias del continente hasta el 2035 y su circulación se extenderá durante los próximos 15 años desde esa fecha. En tal contexto y a este ritmo, todo parece indicar que los coches eléctricos son los que se terminarán imponiendo como la movilidad del futuro.
Sobre su participación en las calles españolas, aunque el porcentaje de coches cero emisiones sigue siendo bajo, va en aumento año a año y sus ventajas, que van más allá de la reducción de gases contaminantes, ya se están poniendo en práctica: las zonas más urbanas que los eximen de las restricciones a los vehículos sin etiquetas medioambientales, el acceso a aparcamientos, los incentivos del Estado, los ahorros en mantenimiento en comparación con un automóvil a gasolina o a diésel. Pero, ¿y si los eléctricos no fueran la solución única y definitiva?
Lo que se transforma en ventajas una vez que apuntas a los coches eléctricos para tu próxima compra, actúa como imposición. La introducción de los cero emisiones ha sido abrupta cuando debió haberse realizado a un ritmo más paulatino. En eso coincido con Horacio Pagani cuando señala que “se apresuraron los planes con incentivos y leyes para 2035 que han creado confusión. Ahora, la industria tradicional está pagando eso, porque el cliente no está listo y la infraestructura tampoco”. Se apresuraron los planes, pero sobre todo las prioridades.
Las ayudas gubernamentales favorecen más a los todo eléctricos y a los híbridos enchufables que a los híbridos no enchufables. El descuento más atractivo se destina a los de etiqueta CERO y luego aparece el monto inferior para los ECO, en los que ubicamos a los híbridos ligeros, los que por lo general llevan la arquitectura con motores eléctricos de 48 voltios. En una transición más adecuada, en sintonía con esta crítica, el orden se invertiría. En cuanto a la infraestructura y a las confusiones, las mencionadas zonas de bajas emisiones representan uno de los problemas de esta aceleración. Imagina que estas zonas varían según el municipio. Eso es lo que viene ocurriendo en España.

Crecimiento de coches eléctricos, mayoría actual de híbridos no enchufables
Se ven a leguas las intenciones de la industria de avanzar a la fuerza a la movilidad cien por ciento eléctrica. Observemos los datos más recientes de la ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones). Su boletín de junio del 2025 confirma un nuevo crecimiento de los coches eléctricos en el país, crecimiento que no se detendrá y menos cuando atendemos a las previsiones arrojadas por estudios como el de la Agencia Internacional de la Energía, conocida como IEA por su nombre en inglés.
Según esta agencia, la cuota de mercado de eléctricos en Europa fue del 20 por ciento en 2024 y se estima que el aumento al final del año sea del 25 por ciento en relación con el año pasado. A nivel global, en 2030 se acercarían a la mitad de las ventas totales, con una cuota superior al 40 por ciento. Todo esto, en un contexto actual en el que, en España, los más vendidos siguen siendo los híbridos no enchufables, que con un acumulado de 254.604 unidades, se apoderó del 35,25 por ciento durante el primer semestre del 2025. En otro orden, todavía cuesta ver en el horizonte otras alternativas como el hidrógeno.
Marcas como Toyota y Alpine aspiran a su desarrollo. A propósito de la francesa, en el marco de sus recientes declaraciones sobre su crítica a los combustibles fósiles, a la estigmatización de los motores térmicos y a todo lo que implica la fabricación de coches cero emisiones –pues es complejo llegar al hidrógeno sin el carbono, así también como liberar a los EV del uso de materiales con impacto ambiental, además de la dificultad para obtenerlos–, su ingeniero jefe fue contundente: El futuro de la movilidad es una combinación de soluciones y de fuentes de energía. No se puede electrificar todo el mercado, eso tampoco se ajusta a las necesidades de los clientes”.
Respecto de la japonesa, repasemos las palabras de Gill Pratt, su Científico Jefe, quien fue tan crítico con los todo eléctricos como con los híbridos enchufables: “La solución correcta no es una sola tecnología (…) Preferiría que se investigaran las tecnologías que marcan la mayor diferencia para el planeta con potencial de aplicación en el mundo real”. Luego volvió a dejar en claro su postura, respondiendo al título y coincidiendo con la senda de Alpine y el enfoque de este artículo: “partir de la simple premisa de que nuestro enemigo es el carbono y no ninguna motorización en concreto” Todas estas, palabras que datan del 2022, aunque no pierden vigencia.
Mauro Blanco
Veo arte en los coches y en sus diseños una potencia que va más allá de las cifras. Ex conductor de Renault 12 rojo modelo 1995 de épicos e imprevisibles episodios, al que recuerdo por la hostilidad de su volante, pero, sobre todo, por nunca haberme dejado en el camino.COMENTARIOS