El Bugatti Bolide es un hiperdeportivo de circuito que empezó a entregarse a finales de 2024 y que cuesta la friolera de 4 millones de euros. Es pura exclusividad, está diseñado para los que quieren sentir la velocidad en su máxima expresión, y solamente se han fabricado 40. Sus 1.600 CV lo convierten en una bestia devoracircuitos, pero lo que realmente sorprende de esta bestia son los detalles que lo hacen único.
Cada Bolide es un capricho para millonarios que buscan algo más que un coche rápido, que, total, eso solamente requiere mano con la mecánica y tiempo libre. Este hiperdeportivo está lleno de curiosidades que lo hacen especial, desde su diseño futurista hasta los cuidados que necesita para mantenerse a punto, porque mantenerlo no es precisamente barato. Pero mejor nos dejamos de tonterías y vamos a echar un ojo a lo que hace que este bólido sea tan espectacular, y también a lo que cuesta tenerlo en el garaje.
El lujo está en los detalles
El Bugatti Bolide tiene cosas que para el propietario del coche promedio en España, suenan a raro. Por ejemplo, los neumáticos slick para lluvia, que aguantan hasta 300 km/h, solo duran tres años. También están esas piezas que hay que cambiar cada 12 meses, aunque no sean del motor: desde los cinturones de seguridad hasta el depósito de combustible, pasando por el extintor de incendios y la batería que lo pone en marcha. Es como si el coche te pasara una factura anual solo por existir. ¿Lo bueno? Son 1.600 caballazos de potencia.
Tampoco te creas que después de darle caña en el circuito puedes apagarlo y a casa. El motor necesita un trato especial: hay que dejarlo enfriar con unos ventiladores que vende la propia marca, y mantenerlos funcionando durante 30 minutos para que no sufra. Imagínate la escena: un millonario en el circuito, esperando media hora con los ventiladores zumbando, mientras el resto del mundo sigue con su vida normal. Es un detalle más que demuestra que este coche no es para cualquiera. Aunque claro, si eres de los que pueden pagarse este coche, lo más seguro es que tengas a tu propio Alfred para que lo haga.

Un mantenimiento de lujo
Tener un Bugatti Bolide es como tener un yate o un jet privado: el mantenimiento cuesta un ojo de la cara, y eso es parte de su encanto para el que puede permitírselo, cuando basta con rodar unos pocos kilómetros para que los gastos empiecen a sumar. Por ejemplo, un juego de neumáticos puede quedar para el arrastre en menos de 100 km, y cambiarlos es tan caro que podrías comprarte un coche normal con lo que gastas en un par de juegos de ruedas.
Además, hay que estar pendiente de cada detalle. Las revisiones, los recambios y los cuidados especiales del motor hacen que el coste de mantenimiento sea más alto que el de otros hiperdeportivos de la marca, como el Chiron o el Divo. Todo en el Bolide está pensado para ser exclusivo, y eso incluye el precio de mantenerlo a punto. Es el tipo de coche que te hace gastar sin parar, pero para los que pueden permitírselo, cada euro vale la pena por la experiencia de conducirlo.
Un futuro de velocidad extrema
El Bugatti Bolide es más arte moderno que coche de carreras porque combina tecnología punta con un nivel de exclusividad que pocos pueden alcanzar. Sus curiosidades, desde los neumáticos con fecha de caducidad hasta el ritual de enfriar el motor, lo convierten en un vehículo muy nicho. Quién sabe, quizás algún día veamos esta tecnología en coches más terrenales, pero por ahora, Es más fácil que veamos a la Virgen.
Jose Manuel Miana
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