El número 21 es grande grande en Ferrari. Por décadas, fue el que llevó en su piel de aluminio el último de los de Maranello en ganar las 24 Horas de Le Mans. Al Ferrari 250 LM se lo recuerda primero por su estampa en las páginas doradas del circuito más deseado por los pilotos de las carreras de resistencia, con el mérito en el lomo de haber tenido que enfrentarse a prototipos de pura cepa; luego por otras cuestiones de distinta consideración, como su influencia en la evolución del diseño del Ferrari 250 GTO, uno de los mejores clásicos deportivos.
El número 21 vive, cada tanto aparece, como en una reciente subasta. Su V12 en posición central vive, cada tanto vuelve a expresarse, como aquella jornada en la que ronroneó en Indianápolis. Es el Ferrari 250 LM y no hay quien lo iguale entre los suyos, pero, ya que hablamos de apariciones, otro dio la nota días atrás por otro de los canales por los que un coche adquiere prestigio.
No es el ganador de Le Mans, pero sí ha ganado en lo suyo, y lo suyo fue la consagración entre los mejores clásicos del 2024, en uno de los concursos más importantes a nivel global, “el más importante del mundo”, según el propietario del vehículo. La décima edición del premio anual “Best of the Best” que entrega The Peninsula Classics ha sido para el decimotercero de los 32 ejemplares del 250 LM que Ferrari lanzó, un modelo 1964.
El 13° Ferrari 250 LM: Carreras, Ferrari Classiche y el elegido entre los mejores clásicos
No, no llevó el legendario 21 sobre el capó y las puertas, pero eso no quiere decir que carezca de historia competitiva. La carrera de este Ferrari 250 LM 1964, que volvió a la capital que vio estrenarse al biplaza –en el Salón de París de noviembre de 1963 fue presentado y a The Peninsula París este ejemplar se ha trasladado en condición de finalista tras ser elegido en el Cavallino Classic 2024 con el premio “Best in Show”–, duró tres años y se resume con participaciones en las 24 Horas de Le Mans y de Daytona, en 1968 y 1966 respectivamente.
En reductos como Brands Hatch, Silverstone y Snetterton fue, sin embargo, donde destacó con victorias. Fue profeta en su tierra, pues fue el Reino Unido su destino original. El volante a la derecha delata: en octubre del ’64, este coche fue recibido por Maranello Concessionaires, el importador oficial inaugurado en 1960 bajo el apadrinamiento del propio Enzo Ferrari para explotar la marca en un mercado que venía de ser representado por el primer piloto británico campeón (con Ferrari) de la Fórmula 1.
Pintura Rosso Cina, interior tapizado en Bleu Cloth, el V12 3.3 en posición y el transeje con el que corrió en el mencionado Le Mans ’68… Características detrás de las cuales se esconde una restauración integral de 2021. Un paso por Ferrari Classiche necesario para imponerse a los otros ocho finalistas, que habían llegado a la instancia decisiva tras ganar sus respectivos concursos el año pasado. Entre ellos, un Bugatti Type 57S Roadster 1937, un Delahaye 145 Cabriolet y uno muy especial para los de Maranello: el Alfa Romeo 8C 2300 Spider, aquel que llevó por primera vez el Cavallino Rampante en la Scuderia Ferrari, cuando sus pilotos corrían con los Alfa de los años 30.
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Mauro Blanco
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