No es ninguna sorpresa que la industria de la automoción vive unos de los momentos más inestables con el estancamiento de algunos sectores y nichos de mercado. Es por ello, que algunas marcas han tenido que replantearse por completo su plan de futuro, especialmente cuando se tienen que tomar decisiones respecto al lanzamiento de nuevos modelos. Esta es la complicada situación que se encuentra una firma como Volkswagen, que ahora han tenido que replantearse su estrategia a corto y medio plazo para garantizar su supervivencia. 

Desde el grupo han querido dejar claro que por el momento no van a atacar ningún nicho con modelos nuevos o lo que es lo mismo, que tenga un riesgo significativo de que tenga un bajo volumen de ventas. Esto viene propiciado por la posibilidad de que no puedan recuperar la inversión inicial, y por ende, supongan unas importantes pérdidas para la compañía. Todo ello, viene con la necesidad de lograr esos beneficios económicos que necesitan para garantizar la solvencia de la compañía.

Estas palabras son más impactantes cuando vienen de una persona como es el propio CEO de la marca, Thomas Schäfer, que ha hablado con Autocar y ha dado más detalles de la peculiar y cuestionable situación económica en la que se encuentra el grupo. Al parecer, en este preciso instante se están “quedando sin dinero para apostar” por nuevos modelos y seguir creciendo su catálogo con coches que no tendrían esa valoración interna que necesitan para confiar en ellos.

Los próximos años en Volkswagen tendrán una política más austera, sin muchos riesgos y centrándose en ese tipo de modelos que son conscientes de que serán aceptados por parte de su clientela. Esto, al mismo tiempo, supone un duro golpe de realidad para las intenciones que tenían respecto al futuro del Volkswagen Arteon o bien el Volkswagen T-Roc Cabrio, que estarían buscando una nueva generación en los próximos años, por lo que se retrasarán más de lo esperado.

Desde la marca, han estipulado una nueva hoja de ruta en la que tendrán que “invertir en hibridación, en Euro 7 y más allá. Es bastante complicado costearlo todo, y hay que mantener unida la cartera de productos. Lo último será traer productos de nicho”. Con estas decisiones desde la firma se han marcado la meta de garantizar la solvencia del negocio sin grandes cambios en su presupuesto inicial estipulado.

Lo que es evidente, es que desde Volkswagen se han marcado un nuevo objetivo, que no es otro que tener una gama eléctrica rentable y que, al mismo tiempo, tengan esa demanda que tanto buscando. Para hacerlo posible, esperan potenciar ese catálogo en el que estarán el ID.2, ID.2 X o I.D1, junto a algunas alternativas híbridas del Golf, T-Roc o Touareg entre otros. 

Estos cambios puede suponer que la versión coupé del Golf se retrase e incluso se descarte, todo ello buscando esa rentabilidad más pura. Esto no significa que ya entrado el 2030 cierren la posibilidad a este regreso, pero todo dependerá de la aceptación de esta nueva gama eléctrica e híbrida en la que están trabajando. Desde Volkswagen no les ha quedado más remedio que apostar por la solvencia económica de la marca en un momento donde la crisis del sector está afectando a todas las marcas.