En Lotus tenían toda la intención de no volver a desarrollar motores de combustión, o mejor dicho, no volver a desarrollar automóviles con motores de combustión –Lotus nunca, o casi nunca, ha tenido motores propios–. Desde que entró en la órbita de sus actuales propietarios chinos, el objetivo era desarrollar únicamente vehículos eléctricos de lujo, y esto último es importante, porque la deportividad basada en la ligereza forma parte del pasado de la firma británica, pero no de su futuro.
La Lotus que siempre hemos tenido en la industria del automóvil nunca volverá, no habrá más deportividad radical como hasta ahora y sus últimos modelos, el Lotus Emeya y el Lotus Eletre son los mejores ejemplos. Ninguno de los dos son reconocibles como un Lotus, no por datos técnicos, ni por diseño, y mucho menos por planteamiento, pero así son las cosas, o evolucionas, o te adaptas a los tiempos, o estás fuera. No olvidemos que los fabricantes de coches son empresas y actualmente, el pasado de estas empresas importa más bien poco.
Sin embargo, aunque la marca iba directa hacia un futuro eléctrico, parece ser que tendrá que dejar sus planes para más adelante y volver a poner vehículos con motores de combustión en circulación. Al menos, según se cuenta, se vuelve a pensar en motores de combustión entre bastidores. Pero claro, no hablamos de motores de combustión en solitario, en esta ocasión la idea es recurrir a la hibridación, ya sea en paralelo o en serie –los mal llamados eléctricos con autonomía extendida; en el momento que hay dos motores de distinto tipo, se convierte en eléctrico, por muy pequeño que sea el motor de combustión y por muy grande que sea la batería–.
Ha sido el CEO de la firma británica, Feng Qingfeng, quien, en una entrevista para el Wall Street Journal, ha dejado caer esta posibilidad, aunque no ha dado información o algún tipo de dato. Según parece, Qingfeng dijo “creo que los vehículos de combustible todavía tienen un ciclo de vida largo”, para después comentar que los conductores de Lotus recorren un promedio de 30.000 kilómetros al año y por tanto, la autonomía es extremadamente importante para ello.
Ciertamente, que un usuario de Lotus recorra nada menos que 30.000 kilómetros al año es muy, pero que muy llamativo. ¿Os imagináis recorrer 30.000 kilómetros anuales en un Elise? Hay que ser un grandísimo “quemadillo” para ello, porque ni siquiera un Lotus Europa o un Lotus Emira son opciones indicadas para semejante tute anual. Es evidente que habla de los “nuevos clientes”, unos usuarios que han llegado a Lotus sabiendo, desde el primer momento, que compraban coches eléctricos.
De todas formas, el señor Qingfeng también comentó que “la penetración de los vehículos eléctricos puros en el segmento de los coches de lujo es lenta, porque los motores de los coches de lujo ya son muy potentes y la experiencia de conducción es bastante similar, con motores de ocho y doce cilindros, que funcionan bien”. También dijo que la mejora de potencia no es obvia y hay muchos consumidores que no están interesados en pasarse a los eléctricos.
La información disponible sobre este nuevo paso de Lotus hacia lo que han llamado “superhíbridos”, no es mucha, pero sí es interesante. Se basarán en una arquitectura de 900 voltios, con un motor de combustión turboalimentado y un paquete de baterías que permitirá alrededor de 1.100 kilómetros.
El futuro de la marca es delicado, como en la gran mayoría de la historia de Lotus. Durante los primeros nueve meses del año, se entregaron un total de 7.543 vehículos, un aumento de nada menos que el 134%, pero eso no se ha traducido en ingresos, pues se anunciaron pérdidas operativas de 415 millones de euros durante el primer trimestre de 2024. Lotus está en números rojos, muy, muy cerca del abismo –como muchas otras veces, todo sea dicho–.
¿Será coherente invertir más dinero en la puesta en escena de nuevos modelos? Lo más lógico sería añadir versiones híbridas a lo que ya se tiene en catálogo, la inversión sería menos elevada, aunque también se podría añadir a los modelos que todavía están en desarrollo… La cuestión es que la compañía no está para experimentos, aunque también es cierto que no es la única.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS