El Ford Mondeo 1.8i 16v aparecido a mediados de los 90, no tuvo que luchar por dejarse notar entre una enorme avalancha de motores turbodiésel. Los gasolina todavía tenían su hueco en el mercado y el segmento de los 1,8 litros, sobre todo entre coches del tamaño del Mondeo, solían ser muy populares. En este caso, además, llegaba con una puesta al día del modelo, que lo hacía más interesante que nunca.
Con el Mondeo, Ford quiso reemplazar al Ford Sierra con un cambio absolutamente radical. El cambio fue todo un éxito, pues el Ford Mondeo pronto alcanzó cotas de ventas más que respetables. De hecho, las ventas del coche iban “tan cañón”, que el restyling sufrido en 1996 fue un poco más profundo de lo normal, con el objetivo de mantener el ritmo de ventas. De hecho, hay quien lo considera como una generación nueva y no una renovación a mitad de vida comercial.
Así, en 1996, el Ford Mondeo hacía acto de presencia con un frontal totalmente nuevo que, según revistas como Autopista, resultaba chocante y arriesgado, aunque no resultaba ni la mitad de controvertido que los rasgos del Ford Ka, por ejemplo. O las formas del Ford Scorpio. El resto del coche apenas cambiaba, con pequeños retoques en los pilotos, en la paleta de colores y en las llantas; lo típico.
Dentro sí hubo cambios de importancia, como unos nuevos asientos más ergonómicos y compactos, que no solo mejoraron la calidad de vida para los ocupantes delanteros, también para los traseros al dejarles más espacio para las piernas. La calidad visual y la real también ganó enteros, así como el equipamiento.
Los lagos desarrollos del cambio penalizaban algunos detalles de la conducción, pero no afectó a la calidad general y a su comportamiento en carretera, donde se colocaba como una de las referencias
El motor, un cuatro cilindros atmosférico de 1,8 litros –1.796 centímetros cúbicos–, era un propulsor que ya tenía el mismo Ford Mondeo en su primera edición, pero para el restyling también se revisó, principalmente, con la intención de cumplir con las normativas de emisiones que entraban en vigor en aquellos años. Cambios que permitieron mantener los mismos registros de potencia y par, pero con unos consumo más contenidos.
Recurría a una culata multiválvulas con doble árbol de levas y fabricada en aleación ligera, inyección multipunto y una carrera de pistón un poco más larga que la carrera –88 milímetros por 80,6 respectivamente–. La potencia homologada por la marca era de 115 CV a 5.750 revoluciones y 16,1 mkg a 3.750 revoluciones –algo más de 155 Nm–, que se enviaban a las ruedas traseras mediante un cambio manual de cinco relaciones con una quinta tirando a larga –37,69 km/h a 1.000 revoluciones–.
El desarrollo de la quinta relación penalizaba en recuperaciones y, en ocasiones, en repechos y cambios de rasante en carretera. Solo en recuperaciones de 80 a 120 km/h, perdía casi tres segundos con respecto al Mondeo anterior –necesitaba 23,07 segundos–. En el resto de mediciones se quedaba en una zona media. Por ejemplo, los 400 metros con salida parada los hacía en 17,88 segundos y los 1.000 metros en 33,18 segundos. Los consumos, según la revista Autopista, rondaban los nuevos litros de media.
Además, el Ford Mondeo 1.8i 16v ya presentaba los rasgos que sería la nota predominante en los modelos de Ford en siguientes años: un chasis de comportamiento ejemplar, con un paso por curva muy estable y rápido, buen tacto de suspensiones, dirección y frenos y una sensación general de muy alta seguridad y control.
El Ford Mondeo 1.8i 16v costaba, en su acabado CLX, uno con un equipamiento bastante completo –el más equilibrado por equipamiento y precio–, 2.513.000 pesetas, 15.104 euros de 1996. Era el más barato de sus rivales más directos.
Javi Martín
Si me preguntas de donde viene mi afición por el motor, no sabría responder. Siempre ha estado ahí, aunque soy el único de la familia al que le gusta este mundillo. Mi padre trabajó como delineante en una empresa metalúrgica con mucha producción de piezas de automóviles, pero nunca hubo una pasión como la que puedo tener yo. También he escrito un libro para la editorial Larousse sobre la historia del SEAT 600 titulado "El 600. Un sueño sobre cuatro ruedas".COMENTARIOS